Capitulo 32 I miss you

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La semana pasó y los novios seguían sin hablarse. A decir verdad ¿seguían siendo novios? No lo sé, pero sé que debían verse todos los días, pues los chicos se habían instalado temporalmente en nuestra casa.

“Voy a tardar unas semanas” había dicho el plomero, que los chicos habían contratado para reparar la gran inundación de su mansión. “Las cañerías están completamente podridas, corroídas, deshechas. Eran realmente viejas, y deberé cambiarlas por unas nuevas.”

Conclusión, los chicos no habían salido de nuestra casa por un tiempo bastante largo, y eso nos encantaba. Pero últimamente cada conversación en la que Mari o Harry estuvieran incluidos se sentía muy extraña, incómoda.

Pero lo peor de todo era que ya casi todos estábamos deprimidos, tanto como Mari y Hazza. Teníamos que soportar el silencio, las discusiones y las miradas llenas de tristeza cuando estaban juntos. Pero también teníamos que soportar el llanto, las quejas, las historias, la nostalgia…

También teníamos que cuidar nuestro lenguaje. Cualquier frase que sonara un poco mal, o que les recordara el uno al otro, resultaba en miles de lágrimas descontroladas.

Además de la música triste.

Esa tarde, Mari me pidió que le enseñara a tocar una canción con mi guitarra, y se pasó la semana cantándola, generalmente llorando en su habitación, o en el baño. Donde sea que nadie pudiera verla.

Aún así, Harry podía oírla desde la cocina, aunque le doliera en el alma. Mari cantaba con tanta pasión y sentimiento esa canción… Esa canción significaba tanto para ella…

--------------------------------------------------White Horse-------------------------------------------------------------

Mari: Said you’re sorry, that face of an angel comes out just when you need it to. As I pace back and forth all this time cause I honestly believed in you. Holding on, these days drag on. Stupid girl, I should have known, I should have known. / Dices que lo sientes, esa cara de angel solo sale cuando lo necesitas. Mientras me paseo adelante y atrás, todo este tiempo, porque honestamente creí en ti. Me aferro, estos días continúan. Chica estúpida, debí saberlo, debí saberlo.

I’m not your princess, this ain’t a fairytale. I’m not the one you’ll sweep off her feet, lead her up the stairwell. This ain’t Hollywood, this is a small town. I was a dreamer before you and you let me down. Now it’s too late for you and your white horse to come around. / No soy tu princesa, esto no es un cuento de hadas. No sos la que vas a sorprender, guiarla por la escalera. No es Hollywood, es una pequeña ciudad. Era una soñadora antes tuyo y me decepcionaste. Ahora es demasiado tarde para vos y tu caballo blanco para buscarme.

Baby I was naive got lost in your eyes and never really had a chance. I had so many dreams about you and me, happy endings, now I know. / Nene, fui muy naïve, me perdí en tu Mirada y nunca realmente tuve chance. Tenía tantos sueños sobre tú y yo, finales felices, ahora sé.

I’m not your princess, this ain’t a fairytale. I’m not the one you’ll sweep off her feet, lead her up the stairwell. This ain’t Hollywood, this is a small town. I was a dreamer before you and you let me down. Now it’s too late for you and your white horse to come around. / No soy tu princesa, esto no es un cuento de hadas. No sos la que vas a sorprender, guiarla por la escalera. No es Hollywood, es una pequeña ciudad. Era una soñadora antes tuyo y me decepcionaste. Ahora es demasiado tarde para vos y tu caballo blanco para buscarme.

And there you are on your knees. Begging for forgiveness, begging for me. Just like I’ve always wanted, but I’m so sorry. / Y allí estas, arrodillado. Rogando perdón, rogando por mí. Justo como siempre quise, pero lo siento tanto.

I’m not your princess, this ain’t our fairytale. I’m gonna find someone, someday, who might actually treat me well. This is a big world, that was a small town. There in my review mirror disappearing now. And It’s too late for you and your white horse… to catch me now. / No soy tu princesa, este no es nuestro cuento de hadas. Voy a encontrar a alguien, algún día, quien puede que me trate bien. Es un gran mundo, esa era una pequeña ciudad. Allí en mi espejo retrovisor, desapareciendo. Es demasiado tarde para ti y tu caballo blanco… para atraparme ahora.

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Harry había tenido que escuchar su canción por milésima vez. Pero esta vez no pudo aguantarse, se levantó del sofá y salió corriendo por las escaleras. Desesperado, se paró en la puerta de la habitación de Mari, también indeciso.

Yo estaba en mi habitación, en frente de la suya, con la puerta abierta, de modo que podía ver y oír. Lo sé, soy una chismosa mala persona, pero deseo lo mejor para mi amiga, y quiero saber cómo ayudarla. Y para eso, debo saberme su historia de principio a fin. Ella me contaría todo, de todos modos, así que ¿por qué esperar?

Harry tocó la puerta, o más bien la golpeó, dos veces consecutivas. Nadie abría. Volvió a tocar, esta vez gritando.

-Déjame pasar, o tiraré la puerta de todos modos.

Mari por fin se dignó a hablar.

-Pues no tienes necesidad de romper mis muebles, tal como lo hiciste con mi corazón. La puerta está abierta. Pero no quiero que pases.

-Pero necesito pasar, necesito que me escuches una vez más. ¿Qué no ves que estoy agonizando sin ti?

Mari no volvió a emitir palabra. Ella seguía tan furiosa como antes, o aún más.

A él no pareció importarle, abrió la puerta de un tirón y se abalanzó a la habitación, acorralando a mi amiga.

-Ahora tendrás que escucharme.- dijo- Lo siento.

Mari ya estaba llorando, sin que él hubiera empezado siquiera. Yo escuchaba atentamente, tratando de mantener mis ojos secos.

-Sé que soy el más idiota de los idiotas, el peor de los novios. Y también que te herí, y no tendrías por qué perdonarme. Lo que hice no tiene excusa, es… fue muy estúpido e infantil. Y lo peor de todo es que, ahora que sé cuánto te amo, sé que te hubiera podido esperar decenas de años, con tal de saber que algún día estaríamos juntos, y que seríamos felices juntos por siempre.- Su voz se quebraba cada vez más.

Las lágrimas comenzaron a rodar con vehemencia por su rostro, aumentando el llanto de Mari, y haciendo que mi garganta fuera un horroroso nudo.

-Pero te extraño. Extraño cómo me abrazabas y besabas. Extraño cómo me llamabas “boludo”, y te reías de mí. Extraño cómo me insultabas en “argentino” cuando yo te ganaba en el fútbol de mesa, creyendo que yo no sabía qué estabas diciendo. Extraño tu llanto cuando veíamos películas de comedia, y llorabas por la más mínima tragedia. Te extraño demasiado. Por favor dime algo.

Diario de Londres (Una novela de One Direction) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora