Capitulo 3 Start of Something New

952 24 0
                                    

Ya había pasado una semana desde nuestra llegada al Reino Unido, y aún no habíamos logrado ningún contacto con los chicos. Habíamos estado demasiado ocupadas consiguiendo empleos, y nuestros esfuerzos habían dado resultados. No eran nada de otro mundo, pero aún útiles para nuestros primcipales objetivos: dinero para comer y, más alto en lista de prioredades, una forma de conocer a nuestros adorables ídolos.

Habíamos basado nuestro "plan de búsqueda" en los lugares que los chicos frecuentaran, o en lugares donde se habían sacado (o les habían sacado) fotos, en fin lugares donde las posibilidades de conocerlos fueran más altas.

Mariana gue la primera en conseguir un trabajo, en una tienda de ropa donde se había visto a Louis y Harry varias veces. Es decir, donde Hazza y Boo Bear conseguían ropa en forma gratuita por ser estrellas y proporcionales a la marca algo de publicidad fàcil.

Luego, Lu consiguió uno en la tienda de CD y otros productos relacionados con lo artístico y lo musical. Era donde Niall solia comprar artículos para su guitarra.

Yo fui la siguiente en conseguir un trabajo: era en el restaurante donde ellos se solían reunir una vez por semana. A pesar de mi falta de equilibrio, logré pasat todas las pruebas (llevar bandejas pesadas, copas, etc.) y me convertí en camarera.

Georgina y Solange consiguieron empleo en la empresa de venta de tickets y entradas para conciertos, y eso nos proporcionaba descuentos seguros para todos sus shows.

Era lunes y mi primer día en mi nuevo empleo, por lo que quería generar la mejor impresión posible. Me esmeré en que mi cabello estuviera lo menos revuelto posible y lo até en una cola de caballo, como, según mi mama, mis amigas y algunos peluqueros, "realzaba mis facciones". Me perfumé y maquillé muy sultimente y, luego de infundirme todo el coraje posible, me dirigí al restaurante. No quedaba muy lejos de casa, por lo que fui a pie.

Llegué y mis nervios se aliviaron: el restaurante no estab demasiado concurrido, por lo que, por lo menos hoy, no me iba a volver loca con los pedidos.

La tarde fue pasando sin mayores problemas. Hasta ahora, no se me había equivocado ninguna orden, ni roto ningún plato. Eso genera que mi confianza aumentara, pero mi burbuja se pinchó cuando vi a esos 5 chicos atravesar la puerta principal, riendo, como si fuera una publicidad. Sabía que algùn día me iba a cruzar con ellos en el restaurante, pero no sabía que sería tan pronto.

Tomé aire y caminé hacia su mesa, les dejé los menus y me alejé sin decir ni una palbra. Temía estropearlo todo, estaba muy nerviosa y no sabía qué clase de tonterías podrían llegar a salir de mi boca.

Los observé en silencio desde mi puesto, esperando alguna señal para ir a tomarles la orden. Me veía aturdida por su belleza. Siempre había creído que sus fotografías tendrían algún poquito de photoshop, pero al parecer, su perfección era real. Lo único que les falta era brillar como diamantes a la luz del sol. Parecían vampiros.

Vi que Zayn hacía una seña con la mano, entonces me dirigí hacia ellos como un rayo. Tomé sus pedidos cuidadosamente, fijándome de no equivocarme en nada. Por suerte, no parecían ser muy quisquillosos con la comida y no cambiaron ningún plato del menú, sinó que los pidieron tal como estaban escritos.

Al poder observarlos más de cerca, tuve que desechar mi teoria de los vampiros por dos razones. Primero: sus ojos no eran dorados, ni negros, ni rojos, aunque podrían estar unsando lentillas. Segundo: Estaban pidiendo comida, no snagre, po lo cual mi ocurrencia estaba totalmente fuera de lugar.

Les llevé su orden y, para mi sorpresa, mi equilibrio no me falló a pesar del hecho de que mi corazón latía a mil por segundo  y mis reflejos aún estaban bajo el hechizo de su cegadora belleza. Los chicos terminaron su comida rápidamente y no pidieron postre. Mientras yo me llevaba los platos sucios de nuevo a la cocina y ellos atravesaban la puerta, algo inesperado sucedió. Todo fue muy confuso.

Antes de que Niall atravesara la salida, se dio media vuelta y me sonrió. No tuve dudas de que la sonrisa iba dirigida a mí, ya que era la única persona en un radio de 2 metros a la redonda. Emití una risita, que probablemente sonó muy estúpida. Y trastabillé. Me caí, pero al menos logré que ningún plato tocara el suelo.

Nialler se acercó para ayudarme. y en un intento de pararme, uno de los vasos que llevaba se volcó, manchando toda su blanca camisa son un color café, propio de la coca cola. Mi rostro se tornó rojo tomate, y esperaba que el me gritara o algo por el estilo, Pero, en cambió, el rió.

-¡Me las vas a tener que pagar!- dijo con una sonrisa pícara.

Mi cabeza estaba tan aturdida que no podía siquiera pensar. Y, mientras intentaba lograr articular una frase, una canción en la radio comenzó a sonar----Start of something new----

Diario de Londres (Una novela de One Direction) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora