Capitulo 43 Wedding

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Nos despertamos temprano ese soleado sábado. La ceremonia ahora tan esperada tendría lugar a la tardecita, temprano, en una reconocida iglesia tradicional. No queríamos perder nada de tiempo, debíamos comenzar a arreglarnos de inmediato.

Nos turnamos para bañarnos, tomándonos nuestro tiempo para hacer relucir cada porción de piel de nuestros cuerpos. Tardamos dos horas hasta que todas estuvimos limpias por completo.

Las ocasiones especiales como esta, requerían de mucha cooperación de nuestra parte. Cada una oficiaba de estilista para todas las demás, con el objetivo de quedar todas despampanantes. Georgi y yo nos encargábamos de las uñas de las manos y pies, las nuestras y las de nuestras amigas. Sol era la peluquera oficial, ayudada por Lu, y Mari oficiaba de maquilladora.

La sesión no duró mucho más de las acostumbradas tres horas, y, una vez listas, nos pusimos nuestros vestidos y zapatos de fiesta.

La más osada había sido Sol: había escogido un vestido escotado y largo, rojo, que iba a la perfección con su labial del mismo vibrante color. El resto del maquillaje era muy natural. Los tacones de 15 centímetros iban a juego con el modelito, rojos. Llevaba el pelo castaño oscuro recogido, realzando sus ondas. Siempre llevaba su largo cabello suelto, por eso había decidido cambiar y enmarcar su rostro con el recogido.

Yo me había puesto mi vestido favorito, un strapless azul claro, corto hasta las rodillas y ajustado al cuerpo que realzaba mis curvas. Los tacones eran de color natural, casi color piel, y, al igual que Sol, había optado por pintar mis labios de rojo carmesí por primera vez. Mi cabello rubio estaba suelto y bien peinado, no tan alborotado como lo llevaba siempre, con el flequillo bien liso y planchado.

Georgi, a quien la moda mucho no le importaba, había escogido un vestido corto, negro y ajustado. Levaba el cabello suelto y natural y poco maquillaje. No le gustaba mucho arreglarse sólo en las ocasiones especiales, y, aún así, nunca usaba mucho maquillaje. Con un poco de rimmel, delineador y brillo en los labios, ella era feliz. Lo que sí le importaba era que su cabello castaño oscuro luciera bien. Lo tenía largo y bastante lacio, con un flequillo al costado.

La más romántica del grupo, Mari, había elegido un vestido tan romántico como ella. Era corto y bastante escotado, de un color rosa claro muy hermoso. Llevaba su cabello rubio tirado hacia un costado, sujeto con invisibles. Los tacones eran altos, pero no mucho y eran del mismo color que el vestido. El maquillaje no era muy fuerte, pero contrastaba mucho con su acostumbrada cara lavada.

Lu nos sorprendió con un vestido brillante, de color cercano al beige o al champagne, largo hasta el suelo. Era muy del estilo de Taylor Swift, lleno de lentejuelas. Nos reímos por su manía de llevar su papel a la perfección. Su cabello castaño estaba suelto y ondulado, peinado con una crema especial. El maquillaje era natural, ya que ella nunca lo usaba y no estaba acostumbrada a recargarse con él.

Lucíamos estupendamente estupendas.

Llegó la hora y subimos a la limusina que compartían los cinco padrinos de boda, hermosos, vestidos con los mejores trajes, todos de negro con corbata azul oscuro. Sí, digo cinco y no cuatro, ya que Josh, el baterista de la banda estaba incluido entre estos. Él estaba acompañado por su novia, que resultó ser argentina como nosotras ¿cómo? No lo sabíamos.

Antonella había nacido en la argentina, sí, pero se había criado con su madre, inglesa, en Inglaterra desde los 2 años, por lo tanto tenía tanto conocimiento de español como de ingles. Su padre era italiano, y se había mudado con ellas. Sólo era argentina porque había nacido en medio de un viaje, al adelantarse el parto.

Era castaña, con el pelo largo hasta la cintura, con rulos. Su estatura estaba dentro de lo considerado normal, y su figura era un poco rellena, curvilínea. Lo que más destacaba en ella eran sus ojos marrones y su gran habilidad para el habla. Nos contó toda su historia en el camino, dejándonos hacer comentarios de vez en cuando y ametrallándonos a todos con preguntas curiosas. Al final del viaje, podíamos decir que éramos amigas.

Todas teníamos mucho en común, además de tener novios pertenecientes a la misma banda. Nos gustaban las mismas bandas y la misma música, admirábamos a los mismos actores y actrices… En fin.

Mientras nosotras charlábamos despreocupadas, ellos nos oían y también conversaban entre sí, sobre fútbol, claro está.

Teníamos muy en claro lo que teníamos que hacer, por eso no estábamos preocupados.

La guitarra de Niall estaba bien empacada en la parte trasera del coche, y ya habíamos hablado con John para que hiciese acto de presencia en la boda. El novio no sabía nada de nuestro plan, él lo había dejado en nuestras manos, por eso Lu iba a hacer lo que iba a hacer. Trataba de no pensar en eso hasta que la ocasión lo demandara, no quería acobardarse.

Liam no era muy bueno fingiendo, pero por suerte no iba a tener que ver o hablar con la novia antes de la boda, según dicta la tradición. Él y Úrsula ya deberían encontrarse en la gran iglesia, preparándose en habitaciones separadas.

Nos sentamos todos del lado del novio, que estaba ridículamente mucho más concurrido que el lado de la novia. Supongo que la gente malvada no tiene más amigos que su familia y sus leales secuaces.

En su caso, se trataba de un grupo de chicas, modelos de seguro, vestidas todas de rosa chillón, que iban a hacer de damas de honor.

Esperamos a que empiece la ceremonia en tranquilidad.

Todos los que estábamos del lado sabíamos que la boda no se iba a consumar, ya que Liam había tenido la consideración de advertir a sus parientes, para evitar cualquier desmayo o descompensación.

No paramos de charlar hasta que el novio se puso en su lugar, junto con sus padrinos y madrinas, y la conocida marcha comenzó a sonar.

Diario de Londres (Una novela de One Direction) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora