Narra Willyrex
Desperte y estaba en mi cama, me dolía todo el cuerpo y con el ojo izquierdo veía todo borroso y nublado. Mire a mi costado y Samuel no estaba más, seguramente se había ido a la casa; me levante con un poco de dificultad y me coloque en el ordenador, me había puesto a leer todos los comentarios de los vídeos que había subido ayer. A la gente les encantaba los juegos del hambre, con quien sea que los haga les parecía divertido. Cuando menos me di cuenta había entrado Samuel con una bandeja que traía el desayuno, cerre todo y me quede mirándolo. Lo salude y él me devolvió el gesto, me había contado un par de cosas y luego me dio un beso en la mejilla. No sabía porque lo había hecho pero no evite sonreír. Nos quedamos un par de segundos mirándonos mutuamente.
-Lo siento –le volví a decir y a él se le borro la sonrisa, la había cagado.
-No te preocupes, ya está –me dijo y yo le sonreí.
No le dije nada y solo me pare para abrazarle, al sentir nuestro choque de los cuerpos me había empezado a doler todo el cuerpo devuelta pero en esos momentos me daban igual; necesitaba un abrazo de él.
-Ah…con que él es el otro chico –dijo Caro ¿en qué momento había entrado a mi habitación? No evite ponerme nervioso.
-Caro adiós –le dije mientras me separaba de Samuel e intentaba caminar hacía ella.
-¿Qué te ha pasado? –me pregunto mientras me miraba sorprendida.
-Nada –le dije mientras suspiraba y Samuel se metía.
-pequeña, ¿nos dejas hablar a solas? -dijo él y ella asintió con la cabeza y se fue corriendo- ¿cómo te sientes? –me pregunto.
-me duele el cuerpo, aun ni me he visto en un espejo –admití mientras suspiraba.
-Tienes el ojo izquierdo todo morado y un poco inflamado, el labio partido –comenzó mientras me miraba y luego me levantaba la remera para sacármela- y mira, el cuerpo todo moretoneado –dijo para luego dar un gran suspiro- ¿por qué te metiste con ellos Willy?
-No lo sé, casi ni lo recuerdo. Solo sé que estaba caminando y ellos empezaron a insultarme, veía que eran muchos pero… no sé. –admití.
-Tendrías que haberte ido, me di cuenta cuando los veía huir que estaban borrachos.
-Si no hubieras aparecido podría haber pasado algo peor –le dije para luego sonreír.
-Sh, no hace falta que lo digas, ya se que soy tú héroe –me dijo
Comenzamos a reír, siempre me hacía sonreír con sus chistes. En un momento él dejo de reírse y me miro de arriba para abajo, me daba vergüenza que me mirará, no sé porque; no evité sonrojarme un poco.
-¿No quieres que vallamos a un medico?
-No Samuel, estoy bien –le dije con una sonrisa.
-Vale… me tengo que ir, cualquier cosa me avisas ¿sí? –me dijo algo inseguro.
-Está bien, te acompaño –le dije mientras intentaba caminar
-¿Te ayudo? –me pregunto con una sonrisa.
-Vale –le sonreí, él me agarro de la cintura y comenzamos a caminar.
Me ayudo a bajar las escaleras, íbamos lento pero igual reíamos. Cuando íbamos por la mitad sentimos como el timbre sonaba “Yo voy” grito mi hermana mientras bajaba corriendo pasando de largo de nosotros dos. Cuando abrió la puerta la sonrisa se me fue del rostro y los nervios habían aparecido.
-Rubén –dije en susurro sorprendido.
-¿Qué? –me pregunto Samuel algo confundido.
-¿Está Guillermo? –se escuchaba la voz de él, me separe de Vegetta y comencé a bajar por cuenta mía-
-Rubén –dije mientras iba hacía la puerta dejando a Samuel atrás- Caro, ve para arriba –le dije y ella obedeció, miré de reojo a las escaleras y estaba él, mirando todo.
-Cariño, ¿qué te ha pasado? -me pregunto al verme.
-Nada, luego te cuento –le dije con una sonrisa y él se acerco a darme un beso.
Le seguí el beso dos segundos hasta que recordé a Samuel y ahí me separé rápido.
-entremos mejor –le dije mientras entrabamos.
-bueno, creo que aquí sobro –dijo Samuel mientras terminaba de bajar las escaleras.
-¿qué hace él aquí? –pregunto Rubén en susurro pero Vegetta lo escucho.
-Estaba cuidando a tu noviecito mientras que tú andabas en saber donde –dijo directo- adiós Willy –dijo mientras me saludaba-
-¿Perdón? –dijo Rubén mientras sonreía- ¿estás insinuando algo? –mierda, se venía la pelea y yo aquí al medio.
-Si tú lo crees, quizá –dijo él con una sonrisa.
-Es MI pareja ¿vale? Tú no tienes nada que hacer por mí, me ha costado mucho convencerlo y no voy a permitir que un estúpido aniñado como tú venga a impedir esto –dijo Rubén algo enfadado.
-Joder hablo el maduro ¿verdad? Él que vive haciendo la gilipolles todo el rato –dijo mientras reía con ironía.
-Samuel, mejor vete –le pedí pero fue en vano, no me oían.
-Yo lo hago feliz a Guillermo siendo su pareja y ¿tú qué? Nada, solo para él eres su amigo ¿vale?
Samuel se quedo callado por unos segundos, lo miré y tenía los ojos algo lloroso.
-A pesar de ser el amigo al parecer me preocupo más por él que la pareja, acaso ¿tú has pasado toda una puta noche sentado en la silla al lado él cuidándolo? No lo creo, ni creo que hagas eso por Mangel.
-Nadie te lo pidió –dijo él.
-Sí, nadie me lo pidió pero lo hice solamente para que él se sintiera bien.
-Samuel –grité y ambos me miraron- vete ¿vale? –le pedí mientras suspiraba.
-Adiós –fue lo único que él dijo antes de irse por la puerta.
Miré como el salía por la puerta, me arrepentía de la manera que acababa de gritarle pero no quería que los dos siguieran discutiendo ahí, y yo como en el medio de por sí. Miré a Rubén serio y él me miro con una sonrisa. Suspiré para ir al sofá y sentarme con él al lado.