Narra Rubén
Las cosas con Willy eran distintas de hace tiempo, no entendía del porque me gustaba él. Una de las cosas que más amaba era su sonrisa, me encantaba, es perfecta. Todos los días hablaba con él, ya se me hacía necesario estar escuchando su voz y saboreando sus besos. Había ido a visitarlo a la casa, la hermana me dijo que pasará a su habitación que el pronto llegaría así que eso hice, me quede sentado en la cama, pensando en todo, en cualquier cosa que se me cruzara por la cabeza. Por suerte no paso mucho tiempo de que Willy entro y se acerco para besarme mientras que le correspondía el beso. Al separarnos me pregunto que éramos nosotros, era mi oportunidad para decirle que seamos pareja, el acepto con una sonrisa para luego darme otro beso. En un momento él se había ido a llamar, a los dos minutos había recibido un mensaje de skype. Había decidido en leerlo, era mi pareja y creo que no tendría que haber secretos entre nosotros.
“Vegetta.Samuel: Guille, respecto al beso de anoche, ¿podríamos conversarlo? Te quiero explicar eso.”
¿Se habían besado? Pero… ¿Cómo? Estaba claro, él se había ido a dormir a la casa de él, o al menos eso suponía. Los celos aparecían, odiaba ese sentimiento pero es que él era solo mío, me había costado todo y que ahora viniera él como si nada, besarlo y ¡JODER QUE BRONCA! No podía permitir eso. Me puse a jugar minecraft por si él llegaba a venir para disimular un poco; pasaron 10 minutos y él volvió, me dio un beso y luego se sentó en el ordenador.
Se había puesto a grabar juegos del hambre, y como siempre estaba ese Samuel, estúpido que es –pensé. Pasaron 10 minutos, me aburría demasiado; me puse al lado de Willy y él me miro con una sonrisa, me hizo gesto de que me siente en su falda y así hice, me dio lugar para que yo sujetara y mouse y él se ocupaba del teclado. Para divertirme un rato empecé a mover para todos lados, intentaba no reírme fuerte pero él sí, se reía como nunca.
-Willy ven, no sé donde estoy –le dijo Samuel.
Los nervios volvían a aparecer, por pleno impulso le había dado un beso que al parecer, los demás escucharon. Bien, esto era divertido, me acerque y le di otro beso, me pare rápido y me acosté en su cama. Pasaron pocos minutos y él término de grabar, después de “retarme” un poco tomé el suficiente valor para decirle que dejará de hablar con Vegetta que al parecer le había cabreado demasiado ya que discutimos y me tuve que volver a mi casa, la había cagado, genio Rubén.
Después de estar un par de horas pensando, le mande un mensaje a Willy para hablar de lo que había pasado. Iba a ir a la noche a su casa, genial, creo que se iba a poder solucionar todo. A la noche camine hacía la casa de él y al llegar no había nadie, me quede en la puerta sentado esperándolo, cuando llego me dio un beso en la mejilla y fuimos a su habitación. Solucionamos todo pero me había dejado en claro que él seguiría grabando con Vegetta, resignado tuve que aceptarlo, solo esperaba que no me dejara por él ni nada. Esa noche me había quedado a dormir con él, me había sentido tan a gusto y cómodo durmiendo en los brazos de él, deseaba nunca despertar o que el tiempo se detenga y estar toda la vida sí.
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Se había despertado porque Samuel había tenido un accidente, ¿por qué lo llaman a él? Podría haber sido a los padres, hermanos u otro amigo pero ¡no! ¡Justo lo llamaban a él!. Me había quedado en la casa de él, me aburría demasiado. No sabía qué hacer así que decidí volver a mi casa y ponerme a jugar al LOL, solamente para entretenerme un rato. En todo el día no había hablado con él, mañana iría a visitarlo a la casa, seguramente.
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Cerca de las dos y media de la tarde lo llame para decirle que iría a la casa y él me dijo que valla y pasará directamente, que pronto iría él. Me quede mirando la televisión hasta que a los pocos minutos llego él. Me había invitado a comer así que iba a ir a avisarle a Mangel por skype cuando Vegetta lo había llamado al skype, era mi hora de vengarme. Acepte y salí corriendo para que no me viera, sabía perfectamente que iba a hacer, iba a dejarle bien el claro cómo eran las cosas.
Me acerque a Willy y comencé a besarle, nuestras lenguas jugaban. Me senté sobre la mesada y pase mis piernas por su cadera mientras le quitaba la remera, él me agarro de los muslos y me llevo hasta la habitación como estábamos. Genial, mi idea iba funcionando.
Nos acostó en la cama, el encima de mí. Empezó a besarme mi cuello, no podía evitar gemir un poco su nombre, me podía tenerlo así. Cuando estaba por quitarle el pantalón él se freno para pedirme que aun no. No me quedo otra que aceptar, nos volvimos a acostar para conversar de temas sin sentido. Ahora estaba seguro que nadie se iba a interponer en nuestra relación, de que él iba a ser únicamente mío.
