Narra Willy
-Willy, no me pidas que no se lo diga.
-Frank, por favor -suplique mirándolo.- no puedo lastimarlo.
-¿no puedes? Eso no se notaba cuando andabas a los besos con Rubius.
-Entiéndeme Frank, por favor…
-¿sabes lo que entiendo? Que vuestra relación se basa en engaños Guillermo y que tu aún no te olvidas de Rubén.
-Fue mi primer pareja -me defendí pero era en vano.
-Hiciste que Vegetta dejara todo para irse contigo allá a Los Ángeles para que tu hagas eso, has hecho que Vegetta ande detrás de ti como perro sólo por tener su atención -contesto enojado- pero esto no continuara así Guillermo.
-Él se mandó sus cagadas, ¿yo no puedo?
-Un beso vaya y pase tío, pero estar todo estos días a los besitos y que seguramente después vosotros estéis a los mensajes como dos amantes, que lo sois, tiene mucha diferencia. Y no te olvides lo que te he dicho en su momento: “el no dejaba de decir tu nombre” ¡no dejaba de pensar en ti! Vegetta vale oro, el te ama y tu no lo aprovechas Guillermo.
-Yo a él lo amo.
-¡No mientas! -grito.- escúchame una cosita, no diré nada sobre tu “secretito”. Pero si no le dices tu, juro que me tomo un avión hasta allá para decirle porque esto no dejare que pase.
-Frank, dame tiempo.
-Un mes te daré Guillermo, ¿lo entendiste? Vegetta es mi mejor amigo y no dejaré que lo engañes de esa manera.
Mire como se iba caminando dejándome con la palabra en la boca, suspire y tome mi móvil.
“Rubén, lo mejor es que nos distanciemos un tiempo. Necesito acomodar un poco mis pensamientos y… no quiero lastimar a Samuel. Espero que me entiendas.”
Una vez que envíe el mensaje, guarde en el bolsillo mi móvil y espere que llegara la hora de volver a Los Ángeles
-
-Vegettita -dije con un tono y agudo, y escuche la risa de él.- no te podrás esconder de mi, ¿sabes?
No escuche nada por su parte, solamente escuchaba su risa que intentaba taparla y ahí fue cuando me di cuenta de donde estabas.
-Se que estas detrás del sofá. Anda, ven.
-Sigo sin entender como lo sabías.
-Tengo poderes -bromeé y el sonrió.
-No lo creo -dijo y me dio un leve beso.- ¿Quieres que comamos algo?
-¿Sabías que tengo el poder de que mi cerebro controle mi cuerpo?
-Hombre, como todos.
-Pero mira, si digo que no tengo hambre… no lo tengo. Lo controle -dije riendo y me miro serio.
-Estoy pensando seriamente en llevarte a un psiquiatra. Me preocupas cariño. ¿Te sientes bien? -pregunto acariciando delicadamente mi mejilla.
-Eres tonto tío. No vivirías ni un día sin mi.
-Willy el humilde apareció.
-Pero escucha, mañana te invito a cenar al restaurante más elegante de aquí así que… vístete más guapo si puedes.
-¿De verdad? ¿Es una cita? -pregunto mientras me tomaba ambas manos.
-Una cita típica de películas y telenovela, ¿te apetece?
-Si -dijo feliz con una sonrisa.
-Genial entonces, ¿paso por ti mañana?
Sonreí al ver como el reía y rodeaba los ojos para después mirarme.
-Claro que sí, pero llega puntual.
-Haré lo posible. Hasta mañana entonces -dije dándole un beso para irme a mi habitación.
Entre sonriendo como bobo a mi habitación, me recosté en mi cama para mandarle un whatsapp a Vegetta.
“Ya me extrañas? Porque yo a ti si z4”
Una fuerte carcajada escuche proveniente de su habitación.
“Si te extraño cariño, no me dijiste al final. ¿A que hora vienes por mi?”
Sonreí al leer su mensaje.
“A las ocho?”
“Vale. A las ocho nos veremos entonces.”
“Me iré a dormir, mi amor. Mañana hablamos. Te amo z4”.
Después de enviar ese mensaje, apague el móvil y lo deje a un lado para dormir.
-
En todo el día no había visto a Vegetta, habíamos intentado no vernos hasta que llegara la hora de la “cita” solamente para hace la tontería.
Antes de que sean las ocho, había salido para comprarle una rosa ya que sabía que al le entusiasmaba las cosas románticas y “cuquis” como el decía.
Para hacer la tontería, toque el timbre del apartamento y en cinco minutos él había abierto la puerta.
-Hola -dijo sonriendo.
-Hola -conteste mirándolo- te he traído una rosa -dije para extender mi brazo y entregársela.
-Joder, te tomaste enserio lo de una cita de película -bromeo- muchísimas gracias -dijo con una sonrisa para darme un beso.
-Te trato como una princesa, ¿te has dado cuenta?
-Chaval no arruines el momento -dijo riendo- espérame aquí.
Habré esperado unos quince diez minutos sentado en el sofá hasta que él vino con una sonrisa.
-Listo. ¿Vamos?
-Vamos -conteste extendiéndole la mano para comenzar a caminar.
Lo guíe hasta un restaurante que había visto esta tarde; íbamos caminando lento y en silencio disfrutando de la compañía que nos teníamos uno al otro.
-¿Te gusta? -le pregunte una vez que nos estamos en nuestra mesa mirándolo.
-Es hermoso -contesto y le sonreí.
-Había preguntado por el lugar pero gracias por el cumplido -le dije sonriendo.
-Eres tonto, chaval -contesto riendo.
-Que va, si por más tonto que soy me amas
-Porque nadie más que yo te soporta -contesto hostil y sonreí.
-Hala Vegetta -le dije riendo.
Se quedo unos segundos callados mirándome con una sonrisa para después hablar.
-¿Creamos salseo?
-¿Qué? ¿Como? -pregunte riendo y note como el tomaba una fotografía con su móvil.
-Ahora me tomas una a mi y la subimos a Twitter -contesto guiñandome el ojo y sonreí.
Hice lo que el me había dicho y subimos ambas fotos, esperando las reacciones.
-Vegetta -dije mirándolo- ¿puedes dejar el móvil? -le pedí y el lo dejo en la mesa mirándome.
-Claro, lo siento. ¿Qué sucede?
-Necesito decirte algo.
-Si, cariño. Dime.
-Es la primera vez que siento algo así, me refiero, la primera vez que amo a una persona como te amo a ti.
-Cariño -dijo con una amplia sonrisa- yo tambi…-lo interrumpí y lo tome de las manos.
-Déjame seguir que nunca me expreso de esta manera -bromeé y el me sonrió dejándome hablar- apenas te conocí pensé: “este es el mayor pringao’ que conocí jamás” y sigo pensando lo mismo -ambos reímos- pero en poco tiempo te convertiste en alguien indispensable para mi, en alguien que lo conocía hace un mes pero pasábamos toda la noche conversando y conociéndonos mutuamente hasta que… otros sentimientos distintos aparecieron; cada vez que hablaba contigo no me salían las palabras, cuando bromeabas diciéndome cariño, cielo, me ponía nervioso pero contento a la vez y fue cuando reaccione que estaba enamorado de ti, siento que cuando estoy contigo todo va a salir bien, ¿sabes? Me haces sentir felicidad, confianza, muchas cosas. Tu eres mi apoyo, si siento que el mundo de derriba, tu estas conmigo para que no caiga. Nos entendemos sin entendernos, es mirarnos y saber que le sucede uno al otro, poder comunicarnos con la mirada y… mejor paro que son puras cursilerías lo que digo y te debo estar aburriendo.
-No tío, sigue por favor -pidió secándose una lágrima y le sonreí acariciando su mejilla para secar otra.
-Solamente eso; quería que supieras que te amo tanto que duele -murmure lo último- pero el dolor que siento, termina agradando y convirtiéndose en un hermoso dolor. Eres el amor de mi vida cariño, jamás me perdonaría si te pierdo.
-Jamás me perderás -dijo para levantarse y acercarse a mi para abrazarme- te amo, cariño. Gracias, de verdad. -volvió a sentarse en su lugar para tomar mi mano y sonreír.- joder, que bonico todo lo que me has dicho. Lástima que no lo grabe.
-Hombre, cuando quieras te las repito -sonreí.
-¿Me las repites ahora?
-Déjame descansar -bromeé y me sonrió.
-
Todo lo restante a la cena habían sido bromas y risas hasta que decidimos volver a casa.
-Samuel -toque la puerta inseguro- ¿podemos hablar?
-Claro -me contesto mientras me abría la puerta de su habitación y me dejaba pasar- ¿qué sucede?
Me quede mirándolo unos segundos, se veía feliz, despreocupado por todo. No podía ser yo quién terminase con todo esto, me era imposible volver a lastimarlo y que llorará. No lo haría.
-Willy, chiqui. ¿Estas bien? -pregunto ahora con un rostro preocupado- ¿por qué lloras?
-¿Eh? -pregunte y me toque la mejilla para darme cuenta que estaba llorando y sonreí falsamente- no, nada. Te amo, ¿sí? -le dije para después abrazarlo e intentar marcharme pero me sujeto del brazo.
-Tú no vienes a decirme solamente que me amas y tampoco llorarías -dijo honesto- ¿qué sucede?
-Nada, de verdad. Sólo… me acorde de algo que me emociono -conteste secándome las lágrimas con una sonrisa- confía en mi.
-Claro que confío en ti, cariño.
Lo mire con lágrimas en los ojos y volví a abrazarlo ocultando mi rostro en su pecho.
-Willy, me estas preocupando. ¿Qué te sucede?
-No, nada. Necesito -dije haciendo una señal con los dedos- llamar a Frank.
-Eh, vale. Ve.
Salí de su habitación para ir hacia la mía y marcar a Frank.
-¿Hola? -pregunto el algo dormido y cerré los ojos rompiendo en llanto.
-No puedo Frank.
-¿Willy? ¿Qué sucede? -pregunto alterado.
-No puedo lastimarlo, estaba muy feliz.
-Tienes que decirle Willy, él lo entenderá.
-¡No lo hará! Lo destrozara.
-Créeme que entenderá.
-Claro, entenderá que yo le diga: pues nada en el reality estuve a los besos con Rubius. -dije irónico.
-¿Qué tu que? -sentí la voz de Samuel detrás mía y gire para verlo con el ceño fruncido.- ¿qué es lo que dijiste?
-¿Qué haces aquí? -pregunte nervioso mirándolo sorprendido.
-Me tenías preocupado y quería saber que te pasaba pero ya me entere -contesto cínico mirándome.- ¡Eres un idiota, Guillermo!
-No, yo te puedo explicar.
-¿Qué me vas a decir? ¿Qué escuche mal o no es lo que quisiste decir? ¡Vamos, Guille! Miénteme otra vez.
-Por favor, escúchame.
-No, no lo haré. Ya escuche lo suficiente.
Mire como salía corriendo y me senté en la cama frustrado. Cogí el móvil para darme cuenta que la llamada seguía.
-¿Feliz? -pregunte irónico.
-¡Pringao! Ve a buscarlo -me ordeno para después colgar.
Salí corriendo para comenzar a buscar por toda la casa pero no habían rastros de él.
Salí del apartamento y seguí buscando mientras lo llamaba al móvil pero era inútil porque no atendía. Corrí hacia la piscina donde creí que estaría y estaba, mirando hacia el agua con los pies sumergidos. Me acerque para sentarme al lado de él.
-Entonces todo lo que dijiste en la cena fue una mentira…
-No -me acerque intentando darle un beso en la mejilla pero me evito mirándome- Vegetta, te amo perdonam…
-Ya no se si creer en ti.
-Tu me hiciste lo mismo y peor, ¿tú crees que confío en ti?
-Es algo que ya paso y que no ha vuelto a suceder porque te amo, y te soy fiel. Pero ya me demostraste que tu no. Lo mejor es que nos demos un tiempo o igual que tu vuelvas con Rubén y yo pues… Intente algo con alguien que se que no me será infiel.
-No cariño. Por favor -supliqué con los ojos llenos de lágrimas mirándolo- se que arruine todo pero… no me dejes.
-Es lo mejor, Guille. Para ambos.