Narra Willy
Nos separamos y nos miramos a los ojos con una sonrisa ambos; desvié mi vista hacía la puerta para ver a mi familia asomados con una sonrisa, no evite reír.
-No mires detrás pero está mi familia mirándonos
-¿Saben que los miras? –pregunto sonriendo.
-No, creo.
Él se acercó y me dio un beso en los labios. Pase mis brazos por detrás de su cuello para profundizar el beso.
Él me levanto y rodee mis piernas en su cintura, nos separamos por la falta de aire y él me sonrió sin alejarnos mucho aun. Comenzó a hacerme cosquillas, no evité reír e intentar hacer que me dejara de hacer cosquillas; en un rápido movimiento caímos ambos al suelo, yo sobre él pero por la caída termine del lado derecho.
-Joder Willy –dijo entre risas.
-¿Estás bien? –pregunté riendo.
-Sí cariño, ¿y tú? –pregunto.
-También –respondí sonriendo.- ¿Quieres chocolate caliente? –pregunté y el asintió con la cabeza.
Él se levantó y me ayudó a mí. Giramos para dirigirnos a la puerta y vimos a mi familia aun ahí. Me sonroje y entramos.
-¿Cómo estás Samuel? –le pregunto mi padre con una sonrisa.
-Bien, gracias.
-¿Por qué has venido? Guille nos había comentado que ibas a pasar navidad con tus abuelos.
-Sí, pero extrañaba a Guille y por eso, decidí volver.
Lo miré con una sonrisa y noté como estaba ruborizado, hice que me mirará para darle un leve beso. Nos separamos en cuestión de un segundo y escuchamos un: “aww” por parte de mi familia.
Sentía como mis mejillas ardían y Vegetta se había sonrojado un poco más de lo que ya estaba.
-¿Y tus padres? –pregunto mi madre.
-Se quedaron en el pueblo de mis abuelos.
-¿Te quedarás acá?
-Sí no hay problema, sí –dijo sincero con una leve sonrisa.
-¿Qué dices pringao? –le pregunte y él me miro-
-Sabes que siempre eres bienvenido acá Samu –le dijo mi padre y él sonrió nervioso.
-Gra…gracias.
-Vamos a mi habitación –le dije mientras me paraba y le sujetaba la mano para subir.
-Guille –me llamo la mire- no quiero escuchar ruidos extraños.
No tardé en ruborizarme y subir rápido a mi habitación con Vegetta que él venía riendo.
-Nunca te lo he dicho pero, que majos tu padres.
-Ajá. ¿Cuándo le dirás a los tuyos? –me animé a preguntar y él suspiro.
-Hoy estuve a punto pero… no pude. No me animó, es difícil.
-Lo sé cariño –me acerqué para abrazarlo y él también me abrazó- sabes que contarás conmigo y mi familia para lo que sea.
-Gracias, de verdad –me dijo en susurro y sonreí.- Willy –me miró mientras se separaba y lo miré.
-Dime
-¿Mañana quieres venir conmigo al pueblo de mis abuelos?
-¿Qu-que? –lo miré y él se sentó en la cama y me hiso sentarme en su falda.
-Sí no quieres no te preocupes cariño.
Me acomodé para mirarlo a él, colocando mis piernas al costado de las suyas y quedando cerca de él.
-Claro que quiero pero… tengo miedo –confesé y él sonrió.
-¿Miedo? Cariño que no pasa nada, confía en mí.
-Pero, ¿le dirás?
-No sé… vemos como está todo –me dijo sincero mientras se acercaba a mi cuello para besarlo.
-¿Y cuánto tiempo sería?
-Dos días –me dijo entre medio de los besos para empezar a acariciar mi cintura por debajo de la remera.
-Tengo que preparar las cosas –le dije pero él me detuvo dándome un beso y acariciando mi entrepierna por encima del pantalón.
No evité gemir sólo gemí sin vergüenza alguna, cosa que a él se notó que le gusto.
-Luego la preparas, nos iremos a la tarde.
Él me comenzó a levantar la remera hasta que termino sacándomela. Cuando él estaba distraído me levante rápido escuchando como él suspiraba.
-Willy…
-Luego tendremos tiempo –le dije con una sonrisa y el me miro resignado acostándose en mi cama.
-¿Qué tienes que preparar Guille?
-La ropa, los vídeos…
-Son las dos de la madrugada cariño, ¿y sí la preparas mañana?
Me acosté al lado de él y le di un leve beso.
-Te amo –le dije en susurro.
-Te amo más –me respondió con una sonrisa mientras acariciaba con delicadeza mi mejilla.
-¿Sabes que tengo ganas?
-¿Empieza con s? –me pregunto mientras se mordía el labio inferior.
-Sí
-¿Seee…? –dijo mientras se acercaba más a mí.
-Smite –le dije riendo.
-Buah chaval, lo que te tengo que aguantar –dijo mientras se unía a mi risa.- y aun así te amo.
Sonreí para apoyar mi cabeza en su pecho y acurrucarme cerca de él.