Narra Willy
Miraba mil y unas veces la pantalla de mi ordenador, un mensaje en skype había aparecido preguntándome si quería agregarlo como amigo; no creía que lo había dicho enserio a lo de eliminarme. Vale que estuviera cabreado conmigo pero tampoco para tanto como eliminarme ¿no? Aun que si me pongo en su lugar… me dolería muchísimo al saber que la persona que me ilusiono estuviera con otro y… ¡ESTÚPIDO SOY! Rubén tenía razón, tendría que haberme alejado de él; quizá el, aparte de los celos me lo haya dicho por precaución pero, joder tío, que gilipolleses estaba pensando, todo lo que había dicho Rubén fueron por puros celos, estaba claro. Entre a youtube, al último capítulo que habíamos grabado con Samuel que no hacía mucho que lo había subido. Miré los mensajes y la mayoría era pidiendo que no termináramos la serie, o que comencemos una nueva; empecé a ver la mayoría de todos los vídeos, todo lo que él me decía: “a mí no me molesta levantarme desnudo para llevarte el desayuno”, no envite sonreír al recordar ese vídeo. Todas las veces que me decía cariño, cuando gritaba de felicidad, cuando me hacía chistes solo para hacerme enojar. Extrañaría todo eso, despertarme, abrir el skype y que él ya estuviera conectado y no pasara ni un minuto que me hablase. Él era el que me alegraba el día básicamente, hablábamos todo el tiempo que podíamos, jugábamos a todos los juegos posibles cuando teníamos tiempo libre; extrañaría todo eso. Mis días serían distintos sin él, serían algo… ¿aburridos? Si, exactamente eso, no tendría nada que hacer ya que seguramente Luzu estaba de lado de él y Frank… con la novia no se conecta mucho tiempo, se conecta lo justo y necesario para grabar algo, subir y nada más. Lo tenía a Rubén pero no era lo mismo, Samuel me hacía sentir de una forma especial, distinta, solamente él sabía las palabras para hacerme sonreír y sonrojarme. Ahora entendía todo, él me gustaba pero nunca lo quise admitir, y ahora tendría que olvidarme de él, no me quedaría otra, no podía seguir lastimándome a mí mismo. Lo que seguro iba a hacer era concentrarme en mi relación con Rubén y youtube, estaba seguro. No cagaría mi relación con Rubén, lo amaba y de eso no dudaría ni un segundo. Seguía mirando los vídeos, juegos del hambre, cube world y prop hunt. “Willy…. Willy…. Willy… quiero un hijo tuyo”. Tan solo una palabra de él ya podía sonreír. Las lágrimas habían vuelto, me arrepentía de todo lo que le había hecho, todas las ilusiones que le había dado. Cubrí mi rostro y comencé a llorar, nunca había llorado así por alguien, he tenido varios problemas más “serios” pero ninguno me hizo llorar así.
-Guille, ¿qué te pasa? –me pregunto una pequeña vocecita, era Caro, mierda.
-Nada, no me ocurre nada –le dije mientras me daba vuelta con la silla para darle la espalda y que no me viera.
-¿Por qué lloras Guillermo? –me pregunto de nuevo y se acerco para sentarse en mi falta y quitar mis manos de mi rostro.
-Por nada importante, Caro ¿qué haces aquí? –le pregunte mientras intentaba sonreír.
-Me aburría en la casa de mi amiga así que vine aquí, ahora, ¿me dirás porque llorabas?
-Na… -no pude terminar la frase que ella me abrazo, necesitaba tanto un abrazo de alguien en estos momentos.- gracias –le susurre.
-Por más que te viva peleando, serás mi hermano y me preocupo por ti.
-Te quiero -le dije mientras nos separábamos de aquel abrazo.
-Y yo a ti –dijo con una sonrisa- ahora ¿me dirás? –volvió a insistir.
-Problemas de amor, solamente eso –le admití y ella hizo una sonrisa mas grande.
-¿tienes novia?
-Caro –alargue en tono de suplica, no sabía que decirle.
-Dale Guille, cuéntame.
-Jura que no le contaras a nadie, pero a nadie, ¿vale? –le pedí y ella asintió con la cabeza- Yo… salgo –suspiré y luego volví a inhalar para cerrar los ojos- con Rubén.
-¡¿Con Rubén?! –Pregunto ella casi a los gritos- ¿eres gay?
-Sí, bah, no lo sé. Me atraen las chicas pero Rubén es especial y… -dije para hacer una pausa.
-¿Y? –pregunto ella esperando mi respuesta.
-Hay otro chico.
-Pero Guille que tienes a chicos atrás tuyo –dijo con una risa pero cuando vio que no reí, dejo de hacerlo- ¿qué ocurre con él?
-Mañana te cuento –le dije con una sonrisa- ve a dormir –le dije mientras la levantaba y la acostaba en mi cama- en unos minutos vengo, ¿sí?
-Vale –me dijo mientras se acomodaba y cerraba los ojos.
Salí de la casa y comencé a caminar sin rumbo, tenía que aclarar todo, mis sentimientos, pensamientos, etc. Miraba al cielo y luego al suelo de nuevo, era muy tarde y eso lo tenía en cuenta pero me daba igual. Estuve caminando por varios minutos, empecé a escuchar risas, subí la mirada para ver de quienes eran y ellos me miraron y comenzaron a reír mientras se me acercaban.
-Miren tíos, es ese tal “Willyrex” –dijo uno en tono de burla.
-Hey muy buenas a todos aquí Willyrex comentando –dijo otro y los demás comenzaron a reír.
-Dejad de joder –les dije mientras intentaba pasar de ellos pero uno me agarro y me empujo para atrás.
-¿A dónde iras? ¿por otro patner? Vamos que tú te haces el mejor cuando en realidad eres un estúpido.
-Acaso ¿estás buscando a alguien para robarle los suscriptores? –dijo otro con una botella de cerveza en la mano.
Lo miré al que había dicho eso, de suerte se mantenía de pie. Por un impulso me acerque y comencé a golpearlo hasta que cayó en el suelo, en ese momento me agarro uno de atrás, intente zafarme pero el primero que se había comenzado a reír de mi me golpeo en el estomago. Tras ese golpe, el aire comenzó a faltar, me sentía mal. Intente pegarle pero era en vano, no podía moverme demasiado ya que los de atrás me tenían bien sujeto. El primero había comenzado a golpearme, usaba mi cuerpo como una bolsa de boxeo, me golpeo en el rostro un par de veces y luego los de atrás me soltaron dejándome caer en el suelo. Se habían ido corriendo no sin antes, pegarme un par de patadas. Intentaba levantarme pero no podía, me costaba al respirar y me dolía casi todo el cuerpo. El ojo izquierdo se me nublaba y no podría ver bien con ese. Sentía como alguien se agachaba al lado mío y me acariciaba la mejilla con delicadeza.
-¿Willy? ¿Estás bien? –me pregunto.
-Me duele –admití.
-Ven, te acompañaré a tu casa –me dijo mientras me ayudaba a caminar.