Narra Willy:
Mire como me miraba con lastima por última vez antes de levantarse y dejarme solo.
-¿Mejor para quién? –dije sin mirarlo y sentí como freno en seco, quedándose callado por unos segundos.
-Para nosotros, Guillermo. ¿No te das cuenta? Vivimos sufriendo, duramos unos pocos meses bien y luego nos tomamos un tiempo, sufrimos con esta relación.
-Sufro cuando no estoy contigo.
-¡Guillermo! –grito para que lo mirara- por favor, date cuenta. Es obvio que no estamos hechos el uno para el otro.
Nos quedamos mirando mutuamente por unos segundos y solamente sonreí para girar el rostro mirando mis manos.
-Creí que sí, ¿sabes?
-¿Qué te hace pensar eso? –pregunto en suspiro.
-No lo sé, todo lo que pasamos pudimos seguir adelante. Creí que viniendo a vivir aquí, los dos solos, se arreglaría todo. Tonterías mías, creo.
-El amor se transformó el dolor Willy –murmuro-. Y lo mejor es ser amigos.
-Samu –lo llame deteniéndolo- que sepas que todo lo que te he dicho en la cena, es verdad.
No me dijo más nada y entro al edificio. Suspire mirando cómo se iba y me quede allí sentado hundido en mis pensamientos.
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Habían pasado dos semanas de que lo nuestro con Samuel haya terminado. No lo veía dolido, todo lo contrario, lo veía un poco animado y me hablaba como si nada hubiese pasado, siendo únicamente amigos.
Siempre lo escuchaba hablar con Frank, grababan cosas o solamente hablaban para pasar el rato. No iba a negar que no me molestara porque lo hacía pero prefería quedarme callado, solamente porque lo escuchaba reír y eso me alegraba.
Por mi parte, no he derramado ni una lágrima más después de aquella noche. Intentaba sonar siempre alegre pero por momentos recordaba y abandonaba lo que estaba haciendo para estar distraído en mis pensamientos.
Varias veces se me han venido a la cabeza los besos de Rubén en el reality pero intentaba oprimirlos y pensar en otra cosa
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-¡Willy! –me llamo mientras me hacía una señal para apartarnos un poco del grupo y lo seguí mientras caminábamos.
Seguía su paso en silencio, ninguno de los dos decía nada pero una sonrisa estaba plantada en su rostro.
-¿Qué sucede? –me animé a preguntar al darme cuenta que ya estábamos muy apartados. Incluso, no los conseguía visualizar.
-Te he extrañado –murmuró mientras me estrechaba entre sus brazos.
Me quede callado sin apartarlo. ¿Me extrañaba? ¿A qué se refería con aquello? Se separó un poco mientras me miraba a los ojos.
Sentí como colocaba sus dos manos en cada una de mis mejillas y sin previo aviso, me beso. Coloqué mis manos en sus muñecas con la intención de separarme de él pero… no lo conseguí, no conseguí moverme ni reaccionar. Se separó mirándome fijamente a los labios, acariciando con su pulgar mi labio inferior y solo me limite a sonreír.
-Lo siento –murmuro mientras cerraba sus ojos y volvía a besarme.
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Últimamente salíamos mucho, más que todo para andar en bicicleta por la playa y pasar un rato allí.
