Punto de vista Vegetta777
Comencé a caminar hacía mi casa, de vez en cuando giraba para ver a Willy y ambos reíamos. Llegue a la esquina de la otra cuadra y ahí era cuando tenía que girar a la derecha, lo perdí por completo de vista, busque en mis bolsillos los auriculares y comencé a desenredarlos. Odiaba tener que hacer esto ¿por qué no se desenredan solos? O más fácil ¿por qué mejor no se enredan más y listo? Seguía caminando concentrado en desenredar los auriculares. “Lo logré” –susurré una vez que ya los tenía desenredados.
Un fuerte impacto hizo que cayera al suelo.
-¡Idiota! ¡Mirá por donde caminas! –grito el conductor de la moto que me había chocado, ¿enserio tío? qué se fije él para conducir.
Miré como él se iba a toda velocidad, me quede en el suelo pidiendo auxilio; me sentía fatal y me dolía todo.
-¡Samuel! –Escuche el grito de una mujer- ¡Gilipollas!, ¡Aprende a conducir! –Le grito al conductor y se acerco rápido a mí.- ¿Estás bien?
-No –dije honesto en susurro y ella me ayudo a levantarme para correrme de la mitad de la calle.
Miré a la mujer y me di cuenta rápido que era la madre de Willy, no entendía como era que estaba al lado mío pero le agradecía.
-¿Qué te duele? –me pregunto mientras me ayudaba a caminar, no sabía a dónde íbamos pero necesitaba ayuda.
-Todo –dije honesto y ella me sujeto más fuerte.
-¿quieres que te lleve al hospital?
-No –dije al instante y ella suspiro mientras me guiaba.
Me dolían demasiado las piernas, las costillas, básicamente todo el lado derecho del cuerpo.
Ella paro un taxi y le dio la dirección de su casa, estaba a tres cuadras la casa pero no podía caminar demasiado. Admitía que soy testarudo y odiaba ir al hospital, solo por eso no acepte.
Una vez que llegamos a la casa, ni siquiera habíamos entrado y ya estaba llamando a Guillermo. Me hizo sentar en el sofá y rápido se fue a buscar algo para el dolor.
-¿Qué haces aquí Samuel? –escuche hablar a Willy mientras se me acercaba.
Lo miré, con una sonrisa, no quería que se preocupara.
-Nada –dije intentando disimular el dolor.
-Ha tenido un accidente, un gilipollas paso sobre él –dijo la madre mientras me traía un vaso de agua con una pastilla y algo de hielo.
-¿Qué? –pregunto Willy sin entender- ¿Cómo?
-Un estúpido que no se fija por donde anda y lo choco, encima le echa la culpa a él.
-Hala que pringao’ –dijo Willy mientras me alcanzaba el vaso con la pastilla- ¿no quieres que vayamos al hospital? –me pregunto mientras me sujetaba con delicadeza de las mejillas, ejem Willy está tu madre.
No dije nada, solo negué con la cabeza y él suspiro.
-Lo llevaré a mi habitación para que descanse y cuando se sienta mejor lo llevaré a la casa ¿vale?
-Está bien, yo iré a hacer las compras –dijo la madre para luego darme un beso en la mejilla- cuídate cariño
-Muchísimas gracias señora –dije y ella me miro con una sonrisa para luego irse-
-Ven amor –me dijo en susurro mientras me ayudaba a levantarme.
Me ayudo a ir hasta su habitación, me hizo acostarme en su cama y él se sentó a mi lado. “Ven amor” nunca me dijo así.
