Narra Willyrex
-Adiós Guille
Fueron las últimas palabras que él me había dicho antes de irse de mi casa, mire como caminaba hacía su casa y de vez en cuando me miraba y seguía su camino; cuando lo perdí de vista entre a mi casa y me recosté en mi cama mientras suspiraba.
“volveremos a los viejos tiempos donde estos sentimientos no existían”. Eso era algo que quería pero a la vez no, los sentimientos iban a seguir estando y lo que tendría que hacer era ignorarlos. Ya no había vuelta atrás, había renunciado a la oportunidad que hubiera tenido con Samuel pero prefería eso antes de que él siguiera lastimado; conociéndolo como era Luzu sabía que lo iba a cuidar, hacerlo sentir feliz y eso era lo que quería. Suspire y miré mi móvil, madre mía que no lo tenía nunca a mano; tenía varios mensajes de whatsapp, comencé a leerlos todos y responderlos; tenía uno de Rubén pidiendo disculpas que se haya ido sin despedirse, que luego me llamaría. Le conteste con un vale y volví a dejar el móvil en donde antes estaba, me levante y me dirigí al ordenador para empezar a grabar algo, no sabía qué hacer, estaba aburrido y no me molaba grabar solo. Miré con quién podía grabar algo y lo llame a Alex, el aceptó con entusiasmo y comenzamos a jugar un par de partidas de juegos del hambre.
-¿Sabes lo que me ha contado Mangel?
-¿Qué te ha contado? –le pregunte una vez que se había terminado la partida.
-Que está saliendo con Rubén, ¿quién lo diría?
-¿Qué? –pregunté en casi un grito.
-Por lo que me ha dicho hace más de un mes están saliendo –dijo él tranquilo.
-Ah –fue lo único que le dije.
-¿Jugamos otra partida? –me pregunto.
-Vale.
Rubén ¿me había engañado? Tenía ganas de llorar, la persona que amaba me había hecho eso. Sentía como me clavaban una daga en el corazón, había confiado en él, creía que me amaba pero no era así, solo estaba jugando conmigo. Después de esa partida me despedí de Alex y apague el ordenador, comencé a llorar mientras me recostaba en mi cama y hundía mi rostro en la almohada. Nunca me había sentido tan destruido, me sentía utilizado. Recordaba todos los momentos que había tenido con Rubén, creía que él estaba interesado por mí. Después de un rato de estar llorando, me quede dormido.
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-Guille… cariño, despierta –escuchaba que me decían mientras me movían.
Abrí los ojos y estaba Rubén mirándome con una sonrisa, respiré fondo mientras lo miraba. Me ardían los ojos por haber llorado.
-¿Has llorado? –me pregunto.
-Vete –fue lo único que le dije.
-¿Por qué has llorado?
-Vete Rubén –volví a insistir pero él paso.
-¿Fue Samuel, verdad? –me pregunto mientras me tocaba con delicadeza la mejilla.
-Rubén vete –insistí y él se quedo callado mirándome- ¡VETE! –le grite mientras comenzaba a llorar.
-No me iré –me dijo con dulzura.
-¿No te irás? Entonces respóndeme esto –le dije y él se quedo callado mientras me miraba- ¿por qué no me dijiste que salías con Mangel?
Él se puso tenso y miro hacia abajo mientras soltaba mi mejilla.
-Por favor, vete. –Le pedí y él se levanto para luego mirarme- Adiós –le grite y él se fue.
Él hace un mes que estaba saliendo con Mangel y aun así estaba jugando conmigo. Todos los “te quiero” eran falsos, había jugado conmigo y le daba igual lo que yo por él podría haber sentido. Sabía que nunca más iba a confiar en él, gracias a Alex me había enterado de la verdad, de la mierda de persona que podía a llegar ser él. Ahora era cuando me arrepentía de haber dejado ir a Samuel, él podría ser ahora mi apoyo pero por estúpido que soy lo había dejado ir. Me quede llorando, por Rubén y por Samuel; creyendo que Rubén me iba a ser feliz lo había dejado a Samuel y ahora me di cuenta que no era así. De a poco sentía como el mundo se destrozaba, todo lo que me hacía feliz ya no estaba.
