Narra Willy
-Willy venga hay que bailar –me dijo entusiasmado mientras se paraba.
-No –le respondí, odiaba bailar y bailaba demasiado mal, me daba vergüenza que él me mirará.
-Anda Willy –insistió mientras me sujetaba de las manos e intentaba hacer que me parará.
No dije nada, él solo se fue hacia donde estaban los demás. Lo seguí con la mirada pero en un momento a él se le acercaron un par de chicas; conversaron un poco y luego él quedo bailando con una sola.
¿Enserio? Sentía celos, miraba como bailaban ambos cerca y fue ahí cuando me canse de mirarlos. Gire para mirar a la barra y tomar un trago, el mismo que le había sacado a Vegetta hace unos minutos. Me sentía mal, triste; no creía que se iría con la primera guarra que viera solo porque no quería bailar. Suspire y giré para verlo otra vez a él pero no estaba más, seguí bebiendo mirando a la gente bailar, como se divertía y demás.
-¡Guille! –sentí como alguien me decía al oído, giré para encontrarme a Rubén con una sonrisa.
-¿Rubén? Hola
-¿Qué haces aquí? Es raro verte
-la verdad… no sé qué hago aquí. Ya me iba igual
-Vamos afuera y conversamos, ¿te parece?
-Va…vale –dije algo no muy convencido.
Comenzamos a caminar hacia afuera, en la fuente nos quedamos parados sin hacer nada, solo nos mirábamos mutuamente.
-¿Aquel no es Samuel? –preguntó mientras señalaba un hombre.
Miré y estaba Samuel con la misma guarra de antes conversando, ella tenía sus manos sujetas y él se había dejado. Vale esto iba mal.
Me quede mirando unos segundos más hasta que vi cómo se daban un beso. Lo miré a Rubén que él miraba aquella escena. No iba a llorar, no me lo iba a permitir. Demasiadas veces había llorado antes y no quería volver a repetirlo. Rubén se me acerco y me dio un abrazo, cuando nos separamos apoye mi brazo en su hombro sin decir nada.
-¿Quieres que te acompañe a tu casa? –me pregunto mientras me miraba a los ojos.
-No, está bien. Iré solo –dije seguro.
-No creo Willy, vamos te acompaño, me queda más o menos de pasada –insistió con una sonrisa y solo acepte.
Empezamos a caminar sin decir nada, solo miraba el camino y de vez en cuando le daba una mirada a Rubén. Frene en seco y cuando él se dio cuenta se acercó a mí.
-¿Estás bien? –se animó a preguntar.
-Siempre me pasa lo mismo, a la mierda el amor –dije seguro
-¿Qué? No digas eso Guille. Lo siento por haberte lastimado ¿vale? Pero… no sabes lo que él haya estado haciendo.
-¡Que no! ¡Estaba con una guarra! –le grite y él me abrazo
-Puede que la chica lo haya besado
-¿Y? igual, estaba con una tía. Aparte, tú no los viste en la pista como yo.
-Mañana le pides explicaciones. Guille, no creo que él sea así
-No lo sé –dije en suspiro
Llegamos a mi casa, sin decir nada pase y deje la puerta abierta para que él también pasara, le hice una señal y paso.
-Ya me voy
-¿No te quieres quedar? Mi hermana no está.
-No quiero causar molestia
-Duerme en la habitación de ella sí quieres.
-Vale gracias
Lo acompañe hasta la habitación, él me dio un beso en la mejilla y luego se acostó. Caminé hacía la mi habitación y me acosté allí recordando lo que había visto, daba vueltas en la cama sin poder reconciliar el sueño. Mi móvil comenzó a sonar, atendí rápido antes que se despertara alguien.
-¿Hola?
-¡GUILLE! ¿Dónde estás? –pregunto desesperado, era Samuel.
-En mi casa
-¿Qué haces allí? ¿Quieres que vaya? –pregunto un poco más aliviado pero nervioso igual.
-Mañana hablamos.
Corté sin dejar que me respondiera, apague el móvil y volví a intentar dormirme.
No, no podía dormirme. Esa imagen aparecía cada vez que cerraba los ojos. Las lágrimas se hicieron presentes y había comenzado a llorar, ya estaba cansado de llorar por amor; menuda mierda era y con esto lo había comprobado.
Me quede dormido, miré la hora y eran las diez de la mañana. Suspire y diferencie a alguien acostado en el suelo, con la luz del móvil alumbre para verlo a Samuel acostado allí.
-Hey, Samu… Vegetta
-¿Ehmm? ¿Qué?
-¿Qué haces aquí? Levántate –le ordene y él me hizo caso.
-¿Has llorado? –me pregunto mientras me miraba a los ojos, le esquive la mirada rápido.
-No… ¿qué haces aquí?
-¿Por qué te fuiste Willy?
-Te vi que ya estabas entretenido.
-¿Qué? ¿De qué hablas?
-De la guarra, te vi besándote con ella Samuel.
-No… -él se quedó callado unos segundos- te lo explico.
-¿Qué me dirás? ¿Que como no quise bailar contigo fuiste con la primer guarra que viste en la pista, bailaron, conversaron, salieron, se tomaron de las manos y se besaron? Ya lo sé.
-no fue tan así. Mira Willy, iba a ir con mis amigos pero aparecieron unas suscriptoras y una se quedó bailando conmigo. Salimos y ella fue la que me beso, ¿vale? Tú sabes que te quiero a ti
-Pero… te vi tan cerca de ella que no evité ponerme así
-Te amo Willy y no tienes que dudarlo –dijo en susurro mientras me acariciaba con delicadeza la mejilla.
Nos quedamos mirándonos a los ojos fijamente, un lado de mi confiaba en él, sabía que me amaba y que jamás haría una cosa así. Había una parte de mi cuerpo que confiaba en él pero otra que no, desconfiaba el hecho de haber besado una chica no sintiera seguridad de lo que siente por mí y en verdad no sea gay. Se acercó y me dio un beso con delicadeza. No me sentía seguro, aún estaba dolido peor esperaba que no fuese nada importante para él aquel beso.
-Willy ya me… -nos separamos rápido y ambos miramos a Rubén que no miraba nervioso desde la puerta, algo malo se me iba a venir, iba a tener que dar explicaciones, seguro.
-¿Willy? –pregunto Vegetta mientras me miraba arqueando una ceja. Que alguien me salve, ahora.