Capítulo 63
Narra Willy:
Reí mientras veía a Vegetta irse de mi habitación, madre mía si era un pringao. Me volví a recostar pero esta vez abrazando ambos peluches, no habrá pasado muchos minutos que me dormí rápido.
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Me encontraba en la playa mirando al mar, me sentía tranquilo y relajado, sin problema alguno.
-¡Ayuda! ¡Willy! -escuche la voz de Vegetta que gritaba. Mire más concentrado el mar y veía como movía los brazos en busca de auxilio.
Me levanté quitándome la remera rápido y yendo corriendo al mar. Comencé a nadar hacia el para salvarlo pero me era imposible, había una barrera invisible que impedía que estuviéramos juntos. Él estaba en una especie de cuadrado de cristal encerrado, buscando la manera de salir.
-Tranquilo, yo te sacare de aquí -le dije desesperado buscando la forma.
-No podrás Guille -me contesto llorando.- estaré aquí, hasta que muera.
-¡No digas eso! -respondí intentando no llorar.- yo podré Vegetta
-Te amo -respondió con una leve sonrisa mientras veía como el hundía en el mar.
-¡No Samuel! -grite pero sentí como alguien me empujaba hacia la playa alejándome de él.- ¡Samuel! -grite.
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Desperté exaltado, el sudor caía por mi frente y temblaba de los nervios. Me seque las lágrimas rápido y sujete el mono de peluche con fuerza mientras me levantaba de la cama y corrí hacia la habitación de Samuel.
-¿Vegetta? -dije en susurro mientras me acercaba a su cama para verlo dormir.
-¿Qué ocurre? -pregunto dormido.
-¿Pu-puedo dormir contigo? -pregunte mientras me secaba rápido las lágrimas.- tuve una pesadilla -dije en susurro.
Me di cuenta como él sonreía sin abrir los ojos afirmándome que si podía. Me acosté al lado de él para abrazarlo con fuerza y comenzar a sollozar en su pecho. El me correspondió el abrazo con fuerza.
-Tranquilo Guille, estoy aquí -dijo intentando calmar mis lágrimas.
Me quede unos minutos a él abrazado hasta que me separe un poco para mirarlo a los ojos y él me seco las lágrimas con delicadeza.
-¿Estas mejor? -pregunto y asentí.
-Sí, sigue durmiendo. Lo siento -dije apenado.
-No importa -dijo con una sonrisa para darme un beso en la frente- mañana conversamos.
-Claro -dije mientras cerraba los ojos.
Me costaba dormir, la imagen del sueño acompañado de un vacío en el pecho aparecían cada vez que cerraba los ojos. Samuel ya se había quedado dormido otra vez así que me quedaba intentar volver a dormir.
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No recordaba en que momento me había quedado dormido, pero al despertar Samuel ya no estaba a mi lado. Salí de la habitación y al ir a la cocina ahí estaba preparando el desayuno para ambos.
-Hola -dije mirándolo.
-Buenos días -dijo con una sonrisa mientras me miraba- te iba a llevar el desayuno a la cama.
-¿De verdad? -pregunte con una sonrisa y el asintió con la cabeza.
-Ve a acostarte que ya iré -dijo tímido.
-Vale, está bien -conteste mientras caminaba hacia la cama de él otra vez.
Me senté en la cama tapando mis piernas con la sábana, mire el mono de peluche que estaba en el suelo y lo sujete para mirarlo. Me encantaba ese peluche, era suavecito y sus ojos era algo que me llamaba la atención. En cuanto volvió Samuel, con una bandeja en sus manos, deje el peluche a un costado. Mire como se sentaba al frente mía con una sonrisa y le sonreí.
