No promises

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Respiraba con dificultad mientras trataba con todas sus fuerzas controlar los latidos descontrolados de su corazón. Las lágrimas continuaban navegando fuera de sus ojos. Se sentía una tanta perdida, estaba cansada de tantas promesas vacías, de tanto luchar para solo terminar nuevamente destrozada.

Nadie le explicó que el amor era tan difícil. Nadie le dijo que el amor no siempre puede hacernos feliz y tampoco nadie le dijo que Inuyasha no podría estar siempre a su lado.

Córtame como un cuchillo

y siéntelo, profundo en mis huesos

Haciéndolo duro

pero amo inclusive más duro

¿quieres saber?

Una cruel canción para ella se escuchaba. Esa fue la primera canción que ambos lograron bailar juntos.

Solo quiero bucear en el agua, contigo

nena, no podemos ver el fondo

es tan fácil para caer por cada uno

espero que podamos vernos.

Kagome sacudió su cabeza y miró el lugar hermoso en el que se encontraba. Tan verde y lleno de vida. Quiso correr para alejar sus pensamientos tortuosos y lo hizo. Corrió como loca por todo el lugar bajo la atenta mirada de muchas personas, no le importó porque la vida es muy corta.

Oh na na solo se cuidadoso, nana

el amor no es simple, nana

no me prometas promesas

oh na na, solo se cuidadoso nana

el amor no es simple

no me prometas promesas.

Inuyasha la buscaba sintiéndose miserable. Él sabía que solo prometía, prometía, pero no cumplía sus promesas.

—No prometas promesas—murmuró Kagome mirándolo de manera reprobatoria.

—Kagome, solo escúchame—ella levantó su mano para que haga silencio.

—Tú solo me haces daño—sus ojos se llenaron de lágrimas—y lo peor es que no me quito este sentimiento de amarte a cada instante—confesó y caminó lejos de él.

Nene pienso en ti

y lo siento, dentro en mi corazón

tal vez solo no somos el uno para el otro

¿tal vez lo somos?

Kagome sintió como la brisa fresca golpeaba su rostro y trató de que con cada respirar el dolor cesara por completo. Se acostó en el césped mirando el cielo azul y dejando que el sol, caliente de manera cálida su cuerpo. Su deseo era que Inuyasha estuviera junto a ella para presenciar ese hermoso paisaje, pero la realidad la golpeó, él solo prometía y nunca cumplía.

Solo quiero bucear en el agua contigo

nena, no podemos ver el fondo

es tan fácil para caer por cada uno

espero que podamos vernos.

Inuyasha encendió un cigarro y lo llevó a sus labios. Miró, pero nada de Kagome. Puede que Sango le haya mentido y ella no se encuentre en el paisaje frente a él. O estaba la opción de que Kagome se haya marchado sin antes avisar.

Quería disculparse por lo idiota que ha sido con ella.

Recordó la primera vez que bailaron juntos porque la misma canción estaba sonando.

Oh na na solo se cuidadoso, nana

el amor no es simple, nana

no me prometas promesas

oh na na, solo se cuidadoso nana

el amor no es simple

no me prometas promesas.

Inuyasha vestido con esmoquin bebía del cóctel que le brindaban. Rodó los ojos porque sólo a su prima Rin se le ocurría llevarlo a una fiesta de graduación sabiendo cuanto odia a estar entre las personas.

Además, que aún él siendo mayor no le querían regalar una copa de alcohol. Lo estaban tratando como un niñato más del lugar lo cual enojó a Inuyasha, pero su enojo pasó al ver una hermosa azabache que tenía un vestido negro con morado que le quedaba hermoso.

Sus ojos se agrandaron al mirarla. Parecía una diosa. Sin ser consciente de sus movimientos ya se encontraba caminando en dirección a la azabache.

Solo quiero bucear en el agua contigo

nena, no podemos ver el fondo

es tan fácil para caer por cada uno

espero que podamos vernos

Oh na na, just be careful, na na.

—¿Quieres bailar?—preguntó Inuyasha sin perder esa sonrisa que la puso nerviosa la instante.

—Claro—contestó. No promises se escuchaba y ambos se dejaron envolver en una nube de fantasía que más tarde los llevaría a otra realidad.

El amor no es simple, nana

no me prometas promesas

oh na na, solo se cuidadoso nana

el amor no es simple

no me prometas promesas.

Inuyasha se lamentaba el decir que cambiaría. El que ya no iba a lastimarla y terminar haciendo su corazón añicos. Sabía que ella ya no quería que él prometiera un cambio, que la poca esperanza que Kagome tenía era para que él actúe no quería palabras, ella quería hechos.

Inuyasha la vio a la distancia y con todo el valor del mundo empezó a caminar.

Tenía miedo a que Kagome lo rechace o simplemente no quiera verlo, pero él era el causante de que ella actúe así y debía ser responsable de sus actos.

Kagome era lejana a que Inuyasha se acercaba. Ella respiraba con tranquilidad. La canción seguía sonando y solo quería a Inuyasha juntos a ella. Fueron muchos recuerdos juntos y ahora de le hacía difícil el que ya no estén juntos, pero al parecer eso era necesario para que él cambie. Ella no podía simplemente siempre aguantar los golpes que sus acciones le causaban. Ella lo amaba, pero también se amaba a sí misma como para aguantar eso.

No me prometas promesas

no me prometas nada

prometeme prometeme

solo se cuidadoso

no me prometas promesas

—Kagome—se levantó mirándolo. Inmediatamente se dio cuenta que algo en él había cambiado—está vez ya no te voy a prometer nada. Yo solo quiero que con esos hermosos ojos me miren solo a mí y vean que he cambiado—se le acercó con una sonrisa—no te pido que volvamos, pero sí que me des la oportunidad de estar a tu lado una vez más—Kagome se levantó y lo miro fijamente. Esas eran las palabras que ella deseaba escuchar de Inuyasha.

—Está bien—Inuyasha contuvo las ganas de besarla.

—¿Quieres bailar?—Kagome le regaló una sonrisa.

—Claro—y en un hermoso paisaje ya Inuyasha no prometía, siempre actuaba.

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