Dedicado a:
isa210604
Kagome miró por su ventana. Su rostro enrojecido al ver a Inuyasha, el chico que le gustaba y su vecino de al lado, hablando animadamente con otra chica. Su novio desde hace una semana. Cerró la ventana con algo de fuerza para que él sepa que los estuvo viendo.No, ya no me llores
No me vayas a hacer llorar a mí
Dame, dame tu mano
Inténtalo, mi niña
Quiero verte reír
Inuyasha era un mujeriego antes de estar con ella, así que estaba una pequeña inseguridad en su ser que la hacía lagrimear. Inuyasha, que estaba hablando con una compañera de clase, se despidió. Tenía que ir a buscar a cierta chica celosa. Sonrió, Kagome era demasiado hermosa para su propio bien y verla enfadada solo causaba que Inuyasha sintiera ganas de besarla por lo tierna que se veía de esa manera.
Abrázame fuerte
Ven corriendo a mí
Te quiero, te quiero, te quiero
Y no hago otra cosa
Que pensar en ti
Miró a su novia maldecir cuando trepó por la ventana para verla. Kagome era de temer cuando estaba molesta. Entrando sin anunciarse la hizo gritar del susto. Miró a su novio con cara de niña poseída y él solo esperó a que ella lo lanzara otra vez por la ventana. Kagome cerró la boca y cruzó sus brazos. Aún molesta le parecía de lo más bonita, de verdad estaba loco por ella.
—¿Por qué estás molesta?—preguntó suavemente sentándose en la cama de ella.
—Nada que te importe—contestó la azabache manteniendo su postura tensa.
—Todo lo que tiene que ver con mi hermosa novia me importa Kagome—y por esa razón era que Kagome se derretía, era un experto en hacerla babear por él.
Tú, ya estás dormida
Y yo te abrazo y siento que respiras
Sueño, con tu sonrisa
Te beso, muy despacio en las mejillas
—Solo, estoy un poquito celosa—murmuro—sé que no me has dado motivos, pero—se calló y respiró profundo—antes eras un puto y ahora todo parece tan perfecto que parece mentira—dejó salir su miedo más grande.
Él se levantó y pasó a su lado conectando una música; Te quiero. La alcanzó y limpió la lágrima que se había deslizado por su mejilla. Con suavidad la incitó a bailar y ella lo siguió. Inuyasha cantaba bajo y eso derretía a Kagome. Ella recargó su frente en su hombro y se movió suavemente por la habitación, disfrutando del chico que la sujetaba fuerte.
Necesito verte
Donde quiera que estés
Te quiero, te quiero, te quiero
Y no hago otra cosa
Que pensar en ti
Sólo vivo y respiro
Para ti
Era una bonita canción que le dedicaba en voz baja. La hizo girar suavemente y cuando quedo frente él, Inuyasha bajó y la besó, Kagome se sintió como la chica más afortunada del planeta tierra. Mordió los labios de su novio suavemente y lo abrazó.
—Nunca tienes que temer Kagome, me tienes—murmuró él y siguió cantando.
Te quiero
Te quiero
Te quiero
Te quiero
—Te quiero Inuyasha—dijo ella siguiendo el baile—y agradezco cada día porque soy feliz a tu lado—murmuró la joven. Abrazó a su novio sonriendo dulcemente.
Abrázame fuerte
Ven corriendo a mi
Déjame que te diga
Otra vez que te quiero
Te quiero, te quiero, te quiero
Te quiero, te quiero, te quiero
—Te quiero Kagome, eres mi novia, la chica con la que estoy—murmuró mirándola a los ojos—Nadie jamás se podría comparar a ti, cariño—él sonrió—te amo, te quiero—murmuró suavemente y luego selló el pacto, besándola.
Porque el amor más bonito, es el que mantiene la confianza como base.