Mirrors

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Miroku miró nervioso la joven que sonría junto a su amiga. Se veía espléndida de aquella manera y no como la vio días anteriores al pensar en su hermano.

Miro como se levantaba y se alejaba. Admiró su silueta al moverme con esa gracia única que tenía.

Eres alguien, admirable

Porque eres como todo un reflejo

Brillando de lejos, tú reflejas lo que ahora soy

Si te sientes, algo triste

Y la luz no me deje ver

Hoy quiero decirte; que yo siempre ahí estaré

Sin poder evitarlo comenzó a seguirla. La siguió un largo rato hasta que la vio a orillas de un pequeño río dejarse caer. La vio desahogarse sola en llanto y el pecho de Miroku comprimió.

¿Cuánto dolor podría guardar una persona? A veces pensaba que Sango era demasiado fuerte.

No hay nadie más fuerte que aquel que sonríe desde el fondo de su corazón aun cuando en ese corazón solo habite un inmenso dolor.

Se acercó a ella y sin que se diese cuenta la abrazó sobresaltando a la exterminadora.

—Tranquila, quiero que, si necesitas un hombro donde llorar, tengas el mío Sango. No te guardes tu dolor, déjame cargarlo contigo—Sango giró y lo abrazó.

Ese día fue vulnerable a él.

Porque no importa el lugar con tu alma y mi amor

Llegaremos al cielo tocando el sol

Solo te digo que sepas que aquí siempre estoy

Solo ten el valor

Desde ese día ambos por momentos compartían miradas cómplices, pero nadie más lo notaba.

El plan de Miroku era hacerla tan feliz que su dolor se aplacara un poco. Ella lo merecía, lo merecía más que nadie porque su corazón era inmensamente bondadoso, inocente, puro y muy cálido.

—Sango—la llamó cuando Inuyasha y Kagome comenzaron a pelear como siempre.

—¿Si, excelencia?—él la tomó de las manos alejándola de los demás. Sango se sonrojó y mordió su labio.

—Quiero que cierres los ojos—Sango lo miró desconfiada causando que él sonría—prometo mantener mis manos quietas—ella suspiró y cerró los ojos—extiende tus manos—eso hizo. Sintió como dejaba algo en su mano—puedes abrirlo—cuando lo abrió se sorprendió. Era una hermosa piedra muy extraña de encontrar en los ríos. Podía verse reflejada a en el—Kagome me dio la idea del collar—murmuró con timidez.

—Es hermoso—admiró ella.

—No tanto como tú—le respondió con una sonrisa.

No quiero perderte no

Porque tú eres la otra parte que hay en mí

Lo que faltaba en mi corazón

Ahora está lleno de ti

Enséñame como luchar

Para poder decir que fue fácil

Llegar a tu lado porque sé que en verdad

Haz estado junto a mí

Igual que un reflejo

One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora