Just a dream

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La noche había caído, el frío se colaba por aquella ventana que permanecía abierta y con el dueño sin ganas de pararse de aquella cama a cerrarla. El viento sopló fuerte logrando que las cortinas se muevan con fuerza, sin embargo, aquella acción no le importó en lo más mínimo a Miroku.

Él permanecía sentado con las piernas levemente flexionadas hacia arriba y la cara enterrada entre sus manos mientras se daba cuenta de que era un idiota enamorado de una mujer que le dio todo, pero sus malas mañas poco a poco le quitaban eso.

Estaba pensando en ella, pensando en mi

pensando sobre nosotros, lo que vamos a ser

abro mis ojos si, y solo fue un sueño.

Miroku había soñado que ella estaba de nuevo en aquella casa dándole el calor que él necesitaba en esos días tan fríos y que solo la presencia de aquella chica de cabellos marrones lograba. Pero todo fue una falsedad de su mente que le jugaba una mala pasada.

Así que volví atrás, por ese camino

deseo que vuelva, nadie sabe

me di cuenta si, fue solo un sueño.

—Me iré a dormir Sango, ¿estarás despierta todavía?—Kagome miro a Sango y le regaló una sonrisa a pesar de lo preocupada que estaba de su amiga.

La chica de cabellos marrones no había llorado, no había derramado ninguna lágrima y eso la tenía bastante preocupada porque entonces Sango en vez de superar el dolor solo lo estaba reteniendo.

—Sí, voy a terminar de ver una serie—le sonrió a su amiga y ella desconfiada asintió.

—Sabes dónde estoy—besó la frente de Sango y se perdió por los pasillos que daban con las habitaciones.

Sango miró la televisión sin ganas y apretó con más fuerza la cobija que cubría su cuerpo. Extrañaba el calor que el cuerpo de aquel idiota le daba.

Estaba en la cumbre y ahora es como si estuviera en lo más bajo

el número uno y ahora ella ha encontrado un sustituto

juro que no puedo aguantarlo, sabiendo que alguien tiene a mi nena

y ahora que no estás alrededor nena no puedo pensar

debí hacerlo, debí tener el anillo.

Días habían pasado y Miroku sabía que los sábados ella visitaba una pequeña cafetería por lo cual se arregló de forma natural y caminó hacía aquella cafetería.

Él la vería, por fin lo haría y entonces él iba a tener el valor de confesarle cuanto la amaba y que ella era la única mujer que hacia enloquecer su corazón de una manera tan vergonzosa.

Estando cerca miró a través del cristal y sintió como su corazón se partía en dos; Sango estaba riendo con otro chico mientras este besaba su mano de manera tan íntima que lo hizo sentir un intruso al solo presenciarla.

Porque todavía puedo sentirlo en el aire

veo su linda cara pasando mis dedos sobre su pelo

mi amante, mi vida, mi nena, mi mujer

ella me dejó, estoy atado

porque sabía qué simplemente no estaba bien

—¿Vas a dejar que otro te la quite?—le preguntó su mejor amigo de cabello plateado que mantenía atado en una coleta.

—Ella ya eligió a otro—murmuró Miroku dándole un trago a la botella de Brandy que mantenía en sus manos.

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