Se preparó

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Las luces del lugar la cegaron por un leve momento. Todo el bullicio y los constantes movimientos de las personas hicieron que Kagome se sintiera intimidada. Miró por encima de su hombro como Sango y Ayame la seguía por lo que se ordenó no enloquecer.

Ella aceptaba que hace mucho tiempo no pisaba una disco, pero de solo recordar lo que pasó, regresaba la valentía a su lado y ella decía en su mente que esa fue la mejor idea. La música era pegajosa por lo que meneó la cabeza de un lado a otro mientras atravesaba la multitud de personas. Se ordenó no pensar y solo disfrutar.

Se preparó, se puso linda, a su amiga llamaba

Salió de rumba, nada le importó

Porque su novio a ella la engañaba

Como si nada.

Kagome llegó a la mesa que habían encargado y sonrió. No iba a llorar por él a pesar de que su corazón este roto. Solo iba a disfrutar. La música era muy contagiosa, pero le llegaba a lo más profundo. Sabía que la letra era justamente lo que estaba viviendo.

Ella se preparó, se puso linda, a su amiga llamaba

Salió de rumba, nada le importó

Porque su novio a ella la engañaba

Como si nada.

Naraku y ella tenían tres años de noviazgo. Noviazgo que terminó cuando lo encontró penetrando a una chica que no era ella, una chica que conocía muy bien ya que era ayudante de Kagome en un nuevo programa de la empresa.

Kagome empleaba como trabajadora social, ella y la chica llamada Kikyo se hicieron muy amigas por esto. Kagome le abrió las puertas de su casa y ella le abrió las piernas a su novio. Que extraño funcionaba el mundo.

Sale a olvidar las penas y el sufrimiento

El novio la hizo llorar, mató su sentimiento

prometió palabras que se fueron con el viento

Ahora ella le dice lo lamento, lo siento.

Kagome salió a la pista y se movió al son de la canción. Ella decidió que no iba a sufrir por él, no merece la pena que ella este triste mientras él seguro está disfrutando con otra.

Una de las cosas que la azabache extrañaba más, eran aquellos abrazos tan protectores que le regalaba Naraku, sin embargo, ya no quería nada de eso. Todas las palabras, todas las promesas, todo se fue a la borda en el momento en el que él decidió que ella no sería la única mujer en su vida.

Hoy ella hace lo que quiera

Se monta en su nave, a quemar la carretera

Le mete al baile con la música buena

Dale champagne y se prende en candela, esa es mi nena.

Sango y Ayame sonrían por la música que sonaba en ese momento. Es como si el mundo gritara al viento la vida amorosa de Kagome. Sin embargo, se levantan y caminan hasta estar a su lado y moverse junto a ella.

Hoy ella hace lo que quiera

Se monta en su nave, a quemar la carretera

Le mete al baile con la música buena

Dame la champagne y se me prende en candela, esa es mi nena.

Kagome busca champagne para hacer más realista la letra de la canción dándole un trago seco hasta el fondo. Sus amigas abren los ojos porque ella suele ser la conservadora se las tres. Kagome solo sonríe, una sonrisa que muestra liberación.

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