Que bonito es querer

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Rin miraba detenidamente desde su lugar a Sesshomaru quien era muy lejano a la atenta mirada que la chica mantenía sobre él.

Un suspiro dejó sus labios mientras ella posaba su cabeza en una mano que descansaba encima de la mesa. Una tonta sonrisa se posó en los labios de Rin mientras Sesshomaru seguía conversando con su grupo de amigos.

—Está perdida—la voz de Kagome se escuchó tan lejana para ella.

—Más que perdida está tonta—esta vez fue Ayame quien habló.

—Yo creo que más que tonta está idiota—habló Sango mientras asentía con la cabeza en una señal de que acababa de decir algo muy inteligente. Ella creía en ese momento que sus palabras eran como la cura para alguna enfermedad mortal.

—Más que tonta es una muy mala acosadora—dijo Kikyo y todas la miraron, excepto la chica que sonría como si estuviera drogada mirando a Sesshomaru.

—¡Si es verdad!—chillaron las demás hacia Kikyo.

—Dejen todo ese escándalo—murmuró Rin—ya se va—dijo haciendo un puchero adorable.

—Tú amiga mía, deberías ir y declararte a ese chico. Llevas un año y medio con ese acoso, solo ve y deja que te conozca—Rin la miró como si estuviera loca mientras Kagome rodaba los ojos.

—Nunca—ellas suspiraron en señal de rendición.

Hoy no es 14 de febrero

Pero te quiero regalar

Las estrellas que hay en el cielo Tal vez te las pueda bajar.

Rin dejó la mesa y salió a seguir a ese chico que hacia palpitar su corazón con solo verlo. Pero entonces tal vez sus amigas tenían razón.

Ella tenía miedo de que él crea que ella no era suficiente para él. Tenía miedo de que se decepcione con ella cuando Sesshomaru era todo en lo que podía pensar.

Y es que tú

Me elevas hasta el cielo amor

Con cada palpitar De tu dulce corazón

Rin iba tan distraída que no se percató del cuerpo frente a ella y chocó contra aquel cuerpo. Sus cosas salieron volando mientras ella cerró los ojos con fuerza esperando el fuerte golpe que se iba a llevar; golpe que nunca llegó.

Abrió sus ojos lentamente, pero luego estos se abrieron tanto que Sesshomaru quedó maravillado con los hermosos ojos que poseía aquella joven la cual a cada segundo se iba sonrojando tanto que en cualquier momento sentía que su cara iba a explotar.

Y es que yo

No puedo ocultarlo amor

Me encantas y es verdad

Y hoy vengo con la intención.

—¿Estás bien?—el aliento de Sesshomaru contra los labios de Rin hizo que está casi se desmayara, pero entonces el tono su voz la volvió papilla.

—Yo... Yo... Bueno... Yo...

Una sonrisa se extendió por el rostro de Sesshomaru mientras la ayudaba a incorporarse. Ella arregló su pelo de manera nerviosa mientras miró el suelo donde sus cosas estaban. Se agachó y Sesshomaru imitó su acción ayudándola en silencio a recoger sus cosas.

Pero entonces pasó, aquel cuaderno que siempre llevaba consigo y donde en letras lindas se veía "El Diario de mi loco amor por Sesshomaru Taisho".

Rin era lejana de que ese cuaderno estaba en manos de Sesshomaru y que este había leído la primera página. Cuando Rin levantó la mirada un jadeo salió de sus labios.

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