Giró sobre el colchón de su cama, pero luego volvió a girar haciendo que su cara quede en las sábanas.
—¡Ah! ¡Soy una grandísima idiota! ¡eres una idiota Kagome Higurashi!—gritó la chica levantando la cabeza y con la cara enrojecida. Miró su teléfono y suspiró con cansancio. Quedaban unas horas para la fiesta de mierda donde Inuyasha iba a ir con alguien más.
Ellos no eran novios, pero tenían ese algo especial ¿dónde diablo la dejaba eso ello? No estaba segura que maldito terreno pisaba y además de eso, Ariana Grande parecía burlarse de ella con la maldita canción Boyfriend. Suspiró tratando de calmarse ya que, alterarse no le traería nada bueno. Bien, si Inuyasha iba a jugar a que entre ellos no había besos, caricias, miradas y algo más, ella también jugaría a eso.
Tomó su teléfono y marcando rápidamente se lo puso en la oreja. No esperó más que un segundo pitido y ya tenía a Koga mencionando su nombre.
—¿Te apetece ir a una fiesta en compañía de este bombón?—preguntó melosa y la línea quedó en silencio. Rogó que él aceptara, ella no iba a verse insípida frente a Inuyasha y su acompañante. Moría de celos, eso era lo que pasaba.
—Claro muñeca, ¿a qué hora paso por ti?—preguntó el chico sonando feliz.
—¿Te va a las 8:00pm?—preguntó mirando el reloj. Dos putas horas.
Excelente trabajo en ir genial Kagome.
—A esa hora tocaré tu puerta—colgó y corrió al baño a darse una ducha, debía quedar despampanante.
Soy un maldito choque de trenes
no quiero ser demasiado
pero no quiero perder tu toque
y parece que no te importa una mierda
no quiero hacerte esperar
pero hago justo lo que tengo que hacer
y podría no ser el indicado para ti
pero no estás a punto de no tener abucheos.
Sonrió mirando a algunos compañeros de la universidad y bajó con cuidado. El ajustado vestido negro tenía un escote de lo más sensual que hacía maravillas en su cuerpo. Las ondas rebeldes y un intenso rojo en los labios, si, Kagome estaba ardiente.
—No pensé que me invitarías a mí—comentó el chico de ojos azulados mirando a la azabache con una sonrisa. La mano del joven se ubicó en la espalda desnuda de la muchacha.
—Ya ves, el mundo da muchas vueltas—comentó con una sonrisa.
Porque sé que seremos tan complicados
pero estamos tan enamorados, es una locura
no puedo tener lo que quiero, pero tú tampoco.
Algunas personas se acercaron a saludarla, Kagome era una de las personas que más socializaba en la universidad, conocía casi a todas las personas al igual que Inuyasha. Ambos eran en sus respectivos sexos, los más populares.
Una chica que conocía a la perfección se acercó a ella con una sonrisa y la miró con sorpresa al ver su acompañante.
—Kagome, pensé que no ibas a venir—comentó Sango, su mejor amiga mirando aún a su acompañante.
—Ya ves, al final me decidí—la mirada de la peli marrón cambió de repente.
—Tengo algo que decirte y...
