Rin tomaba un café mirando como Sesshomaru parecía embobado mirado hacia otra mesa. Sus ojos chocolates siguieron la mirada de su mejor amigo, quedó en una chica que reía mirando enternecida a el chico frente a ella.
—Sesshomaru—él volteó viendo a Rin quien tenía una ceja enarcada—se supone que hoy era el día donde no me ignorarías como lo ha hecho toda la semana—Rin se dio cuenta que la chica de antes ya había salido del café.
—Perdón, no quería ignorarte—Rin puso sus codos sobre la mesa mirando a su mejor amigo con atención.
—Ahora cuenta lo que me ibas a decir, parecías muy nervioso—Sesshomaru pellizcó la nariz de Rin en un vano intento de no estar tan nervioso.
Hola, qué gusto verte
¿Qué tal?, ¿todo bien?
¿Qué era lo que me ibas a contar?
Mira alguien me gusta y le hablo muy seguido
Me estoy enamorando, yo no lo hubiera querido
No sé, pero algo tiene, me llama la atención
Y no sé si a ella le cause la misma ilusión
Sesshomaru confesó que había una chica a la cual quería invitar a salir, que ella le atraía. Rin no pudo evitar que su corazón se estruje, pero en vez de hacer que sus lágrimas salgan, le regaló la sonrisa más perfecta que a Sesshomaru lo dejó satisfecho. Eso era como un ritual, él nunca se daba cuenta de lo que ella sentía, nunca había descubierto como el corazón de Rin se rompía lentamente. Sesshomaru siempre miraba a mujeres, pero nunca la miraba a ella. A ella que quería ser amada por él.
—Veo que te alegras por mí, como siempre, tienes un corazón precioso Rin—ella solo cortó el contacto visual para mirar otro lugar que no sean los ojos brillantes de Sesshomaru mientras hablaba de otra mujer.
—Sabes que siempre velaré por tu felicidad tonto—él sonrió—, invítala a salir—él asistió.
—Eso pensaba... Pero sabes que...
Ella comprendió que tenía miedo, Sesshomaru era tan fácil de leer para Rin, pero él nunca sabía leerla a perfección. No supo en qué momento sus sonrisas llegan a ser falsas, no sabe en qué momentos tiene ganas de llorar, como los tenía ahora. Sesshomaru ya no sabía muchas cosas de ella.
Cuéntame más, ¿cada cuánto la miras? po
r tu cara de alegría se ve que en verdad la admiras
Más que eso, sueño con darle un primer beso
Pero sé que todo esto conlleva un proceso
Quiero invitarla a salir, ¿y por qué no lo haces?
Tengo miedo, ¿a qué?
A que me rechace
Inténtalo, puede que acepte la salida
Pero si pasa lo contrario me sacará de su vida
Tal vez después te arrepientas de no haberle preguntado
Lucha por ella si la quieres a tu lado
Está bien, la invitaré, luego te cuento que pasó
Gracias por tu consejo, mucho me motivó
Luego de esa larga conversación con Rin, Sesshomaru ilusionado salió corriendo fuera de aquel café olvidando que ese día prometió dedicárselo a Rin.
