Hola, soy ______, vivo en _____. Que mas quieres que te diga? no hemos venido a una interrogación. Ash, me considero a mi misma por ser una chica bipolar, tonta, fea, gorda, sí, esa soy yo. A la que nadie presta atención, la que no tiene amigas...
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El auto condujo al rededor de 20 minutos. Al llegar nos bajamos, Christopher me abrió la puerta y hablo algo con el chico que venia manejando. Nos esperaría.
Caminamos hacia la entrada, Christopher dio unos billetes a una colaboración que era para un niño que no tiene piernas ni brazos. La verdad esos casos me ponen triste, saber que no pueden hacer lo que una persona común hace. Y nosotros que gracias a dios tenemos piernas y brazos nos da pereza ir a la esquina. Ellos desearían aunque sea tener brazos y piernas por un día.
-Casos así, me hacen sentir mal sabias? -dice Chris.
Asiento triste. Pero enseguida Christopher sonríe.
-Bonita, ven -me toma de la mano.
Caminamos a un juego de disparar para llevarte un premio (o como se llame :"v) había un lindo panda, me quede mirándolo.
-Quieres ese? -dice desafiante.
Asiento feliz.
-Uno por favor -le dice a la vendedora.
-Esta bien, tiene que derribar tres tazas. -decía dándole la pistola de juguete.
-Muy fácil. -termina.
-Uno por favor -digo.
Christopher me miro de reojo y rió.
-una competencia? -propuse.
-Jaja si quieres perder -levanta su ceja derecha.
-lo veremos -susurré.
Esas tazas se movían, primera, fallé punto para Christopher.
-Que pasó? -dice burlón
Suspiro hondo y me concentro. Primera taza derribada, segunda taza derribada, y tercera taza derribada.
Carraspeo victoriosa y digo.
-Que pasó?-burlona.
Fue cuando entonces acabó de derribar la ultima taza.
-Por poco -dice le vendedora.
A mi me dio una funda de papas! Y a Christopher el unicornio, iba a protestar pero Christopher interrumpe hablando.
-Gracias, adiós -me toma de la mano.
Caminamos unos metros y digo:
-Chris....... -interrumpe
-Shhh shh, déjame disfrutar mi victoria -ríe mientras me da el panda- espero que te guste -dice divertido.
-tramposo -río- muchas gracias. También tengo algo para ti -extiendo la funda de papas.
-Ja, ja, muy chistosa -sarcástico- muchas gracias -toma la funda enseguida las abre y comienza a comer.
-Bueno, y que haremos ahora? -pregunto.
-Vamos al martillo-propuso.
Hace mucho tiempo le temía a las alturas, y en estos años no he probado nada alto, espero que con el tiempo ese miedo se haya caducado.
-Si!
Comenzamos a caminar hacia el juego. Los gritos de los que estaban subidos acelero mi adrenalina. Ya era nuestro turno. Nos recomendaron dejar celulares y billetera. Así lo hicimos.
Dentro del juego Christopher y yo nos sentamos juntos. Comenzó lento, subiendo hasta el medio, luego subió su velocidad, todos comenzamos a gritar de la adrenalina, al momento que nos quedamos de cabeza, tome la mano de Christopher de miedo, duro. Era demasiada adrenalina en un día, así fue dando 5 vueltas, una chica que estaba a mi lado estaba a punto de vomitar. Pero por suerte se acabo el juego. Y vomitó a la salida. UF. Bajamos y tomamos nuestras pertenencias.
-Eso fue, wow! -dice Chris.
-Si! No había sentido esto desde hace años, fue increíble.
Reímos de lo sorprendidos que estábamos.
-Esa chica que esta vomitando en el servicio no es la que estaba a tu lado? -ríe.
-Si, ya estaba resignada a la hora de que me vomitase encima. -rio.
Christopher me compro un algodón de azúcar azul. Asi pasamos toda la tarde. Entre juego y juego.
-Ya son las 16:20 vamos -me toma de la mano y corremos a la salida.
Llegamos al auto y nos subimos rápido, no se porque estaba apurado o a que lugar vamos. El chico condujo por 10 minutos hasta llegar a la playa.
-Ponte esto - me da una funda con no se dentro.
Me aproxima al baño. Saco lo que hay en la funda y era un bikini. Demasiado lindo. Me lo puse y metí mi ropa en la funda.
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Cuando salí, el chico con el auto se habían ido, Christopher estaba esperándome, estaba con una pantaloneta negra, que se le veía sexy. Me miro por detrás de su hombro.
-Que...que hermosa -tartamudea- como siempre
-Tu igual, como siempre -timida.- que haremos? -pregunto.
-Daremos una vuelta al rededor de la playa -sonríe.
Asiento suavemente y comenzamos a andar. Conversamos de cosas sin sentido, el me contaba sus mañas de niño. Me hacían reír demasiado, de repente el se pone delante mío y dice:
-Tapate los ojos, ok?
-Está bien.
Cierro los ojos con mis manos. Chris me guía el camino hasta detenernos.
