Rafael
Estaba bañándome, aprovechando que las niñas estaban dormidas y que Valentina estaba jugando con Benjamín. Ellos dos se estaban llevando de maravilla y eso me encantaba, porque Benjamín no solía pasar tiempo con otras personas que no fuéramos El Seis o yo y por supuesto cuando pasaba tiempo con su madre.
Lo que sí parecía que sería difícil era que aceptara a las niñas, ni siquiera las volvía a ver y eso era preocupante, pues lo que quería era que aprendiera a querer a sus hermanas. Pero sabía que con el tiempo lo llegaría a hacer.
-Papi -al escuchar la voz de Benjamín casi me ahogo, pues como tenía la cabeza hacia arriba se me fue agua a la nariz.
-¿Qué haces aquí? -cerré la llave para escucharlo bien.
-Entina me va a bañal.
-El bebé necesita un baño -saqué la cabeza por la puerta de la ducha y Valentina ya lo estaba metiendo a la tina.
-Todavía tenemos que arreglar la habitación en dónde va a dormir.
-Puede dormir con nosotros -tomó el jabón de bebé y empezó a tallarlo con la esponja-, al menos hasta que su habitación esté lista.
-Si a ti no te molesta, por mí está bien e incluso mejor, ya que será su primera noche acá, pero desde ya te digo que tendremos que dormir con todos los peluches.
-Mi eduches, papi.
-Si bebé. Voy a terminar de bañarme -entré y terminé de lavarme el pelo.
-Te amo, papi.
-Yo te amo más, bebé.
***
Valentina estaba racostada en el lado izquierdo, yo en el derecho y todo el centro lo estaban ocupando Benjamín y sus peluches. Las niñas aún estaban dormidas, pero como eran igual que un reloj suizo, estaba seguro que no tardarían en despertar y en llorar, porque ambas tendrían hambre.
-Papi, tiedo eche -Benjamín se sentó y recostó su cabecita en mi pecho.
-¿Chocolate o fresa? -acaricié su cabeza.
-Oate -asentí y me puse de pie, en cuanto lo hice las niñas empezaron a llorar.
-Justo a tiempo amor ¿Puedes preparar sus biberones, también?
-¿A las dos?
-Sí, porque me duelen los pechos y estoy ocupada -fruncí el ceño.
-Estoy teniendo una conversación muy interesante con Diego y Tavo -señaló su celular.
-Está bien. ¿Vienes conmigo, bebé?
-Shi, mamos papi -lo cargué.
Cuando llegamos a la cocina lo senté en un taburete, saqué su biberón del bolso pañalero, su leche y una especie de endulzante de chocolate que le gustaba. Primero preparé la de las niñas porque tenía que calentarlas, en cambio a Benjamín le gusta fría.
-Papi, una lleta -señaló el recipiente de galletas saladas que me pertenecía. Igual que a él, no me gustaban las galletas dulces.
-Sólo una, vas a tomar leche y luego te dolerá la pancita -asintió y le di su galleta.
Tomé los biberones de las niñas, que ya estaban listos y empecé a preparar el de Benja, quién estaba comiendo su galleta feliz de la vida.
-Papi, Dayo -señaló a Rayo que iba estirando sus patas pues ya tenía horas de estar dormido-. Dayo, tiedo, Dayo -el perro, que iba moviendo su cola, se acercó a él-. ¿Tiedes lleta? -señaló la mitad de su galleta y Rayo ladró-. Shi, tiede lleta -le lanzó su galleta-. Papi, ota lleta.
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Dispuesto a Todo
ActionUn enemigo del pasado ha regresado dispuesto a acabar con Rafael, cuyo objetivo principal es: separar a Rafael y a Valentina. Para Rafael, la familia es primero y perderla será suficiente para destruirlo. ¿Qué tanto estará dispuesto a hacer Rafael...