70- Despedida.

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Rafael

Estaba sentado en el sofá con mis tres hijos pequeños sobre mí, los tres jugando de lo más contentos. Lanzaban carcajada y yo con ellos; mis bebés me hacen tan feliz, cada una de sus risas están grabadas en mi memoria y cada una de sus palabras y muestras de afecto para mí, las llevo en mi corazón.

-Papi, amo -Benja me dio un beso.

-Yo te amo más, bebé.

-¡Apa! -gritó Vales al ver que le di un beso a su hermano-. Apa, amo -abrí los ojos como platos, nunca la había escuchado decir eso.

-Es la primera vez que dice eso -vi a Valentina y también estaba sonriendo-. Y lo mejor de todo es que lo grabé -me mostró el celular.

-Yo te amo mucho, mi niña preciosa -besé su mejilla.

-Ledy, di papi amo -Benjamín empezó a animar a Valery-. Papi amo -le decía y Valery sólo lo veía con su cabecita ladeada-. Papi amo.

-Api, am.

-¿Am, es amo? -Valentina la vio sorprendida-. A mí todo el tiempo me dice am y ni cuenta me había dado de que me ama.

-¡Am! -gritó y todos reímos.

-Señor -El Seis entró-, la avioneta ya está lista, cuando quiera se puede ir.

-Está bien. Gracias -se fue.

-Amor, yo te traje algo -Leslie sacó una caja de su bolso-, ya lo había olvidado -se acercó a mí-. Son tus favoritos, mi amor -me dio una caja de chocolates.

-Gracias, bonita -le di un beso en los labios.

-¿Eto, papi? -Benja señaló la caja.

-Son chocolates, ¿quieres? -asintió. Cuando iba a abrir la caja, vi que Vales estaba chupando la caja-. Vales, espera que abra la caja -reí. Saqué un chocolate, se lo di a Benja, tomé tres y le di la caja a Leslie-. Tomen uno todos, ¿no? -Leslie tomó uno y fue pasando la caja-. Haber bebés -empecé a darle a las niñas, uno a cada una, luego me comí yo el otro.

-Ito papi, oto.

-No, ya no, luego te puede doler la pancita y después no vas a poder dormir -hizo puchero.

-¿Qué tal si mañana yo te compro un chocolate, mi amor? -le preguntó Valentina.

-Shi mami, popavo.

-Ya deberías irte, cabrón -vi a Sheko.

-Sí, ya me voy. Benja, ve con mamá -mi hijo se bajó de mis piernas y fue a donde su mamá.

-Danos a la niñas -Alejandra y Sheko viven enamorados de mis hijas-. Vengan con sus tíos favoritos preciosas.

-Eso está a discusión -Diego y Efrén la vieron serios.

-Bien, nos vemos en unos días, cuando llegue los llamo.

-¿Vas a aterrizar en la pista de Emiliano, verdad? -preguntó Efrén y asentí.

-Sí, él me van a estar esperando y me va a dar gente para que me acompañen a verme con los socios ya que no los conozco.

-Es mejor no confiarce. Recuerda volar bajo, para que el radar no te detecte, ten cuidado, Colombia no es fácil, más si no conoces como es todo, hay militares, hay otros narcos y con todos esos ni siquiera en el aire estás a salvo. Así que cuando llegues a la selva, procura subir un poco, por precaución -me aconsejó Sheko, él viaja mucho a Colombia y a toda Sur América.

-Sí, tendré bastante cuidado -me puse de pie-. Estén pendientes de todo acá, no descuiden nada, Diego y Alejandra, a la universidad. Gustavo a la escuela y vigilenlo, que no haga ninguna pendejada.

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