68- Algo importante.

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Leslie

Luego del gran orgasmo que tuve, Rafael pegó su frente con la mía y me besó, me vio a los ojos y sonrió. Nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor, ambos teníamos la respiración agitada, pero a la vez estábamos satisfechos, las expectativas que tenía con Rafael, no le llegaron ni a los talones a la realidad, porque ésta fue mil veces mejor. Rafael salió de mí, se recostó a mi lado y me abrazó.

-¿Estás bien, preciosa? -asentí. Me apoyé en mi codo para quedar frente a él-. ¿Por qué me ves así? -frunció el ceño y sonrió.

-Esta la ha sido la mejor noche de mi vida -pasé una mano por su cara-. Nunca, lo digo en serio, nunca nadie me había hecho sentir lo que tú, ni tampoco se habían preocupado por complacerme a mí.

-Yo siempre voy a complacerte -me dio un beso-. Ahora que lo pienso, si nadie lo había hecho, eso significa que en otra vida me elegirías a mí. ¿O me equívoco?

-¿Otra vez con eso?

-¿Sí o no? -mordí mi labio inferior.

-Te elegiría a ti -su sonrisa era fe oreja a oreja.

-Lo sabía -me besó nuevamente-. Yo soy mejor -empezó besando mi cuello, fue bajando al mis pechos, levantó la cabeza y me vio una sonrisa. Con unas de sus manos tomó uno de mis pechos, mientras con su pulgar y su índice masajeaba mi ya erguido pezon, el otro lo llevó a su boca.

-Rafael -metí mis dedos en su cabello y lo hale, cuando lo hice el también haló mi pezón y gemi.

-¿Qué pasó? -me dio un beso en los labios.

-Quiero que... -me besó.

-Dime -lo tenía tan cerca que sentía su respiración golpeando en mi cara-. ¿Qué quieres?

-Ser tuya, otra vez -asintió.

-¿Qué tal si cambiamos de forma? -fruncí el ceño.

-Has lo que quieras, pero hazlo ya.

-Ansiosa -se apartó-. Quiero que voltees -no entendí a que se refería-. Acuestate boca a bajo -lo hice.

-¿Qué planeas?

-Shh -puso sus manos en mi cadera e hizo que levantará ni trasero-. Lo haré desde atrás, ¿te parece? -preguntó y asentí.

Se puso detrás de mí, acarició mis nalgas y besó mi espalda, de un momento a otro entró por completo en mí. Un gruñido salió de sus labios. Salió y volvió a entrar repetidas veces, su cuerpo estaba recostado sobre el mío, una de sus manos en uno de mis pechos y su pecho pegado a ni espalda.

-Oh, Rafael -mis manos estaban aferradas a las sábanas y mi cara hundida en la almohada.

-¿Te gusta, amor? -asentí. Bajó un poco el ritmo, entró y salió despacio, pero más duro.

-¡Ah! -así era más satisfactorio, pero ya no aguantaba más, sentía mi cuerpo tembloroso y ya estaba a nada de terminar, al parecer Rafael lo sabía, porque aceleró su ritmo-. ¡Rafael! -grité. Cuando estalle en un orgasmo, Rafael también lo hizo y calló sobre mi espalda, donde podía sentir el subir y bajar de su pecho de forma agitada.

Salió de mí, se recostó a mi lado, me hizo girar, dejándome recostada en su pecho, me besó el pelo y nos cubrió a ambos con la sábana.

-Mi amor, ¿estás cansada? -me arregló el pelo que tenía pegado en la cara, porque estaba cubierta de sudor.

-Mucho -lo abracé.

-Entonces descansa, preciosa. Te amo -cerré los ojos.

***

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