53- Fracaso y cirugía.

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Eran las nueve de la noche y estábamos en el carro, sólo esperando a que el imbécil saliera y se alejara del edificio, pues no quiero que Valentina y mis hijos se den cuenta de lo que va a pasar. Todos estamos listos para cualquier cosa, se supone que viene solo, pero no queremos confiarnos, lo más probable es que traiga gente con él y si es así, lo más probable es que haya un enfrentamiento.

•Ya va saliendo -se escuchó la voz de El Tres a través del radio.

Un minuto después el imbécil salió, se subió a un carro rojo y arrancó, de inmediato empecé a seguirlo, no muy cerca para que no se diera cuenta. Cuando estuvimos a tres cuadras del edificio, decidí que era hora.

•Seis, bloquealo -ordené por el radio.

El Seis que iba conduciendo una camioneta, se atravesó en su camino y a él no le quedó de otra que detenerse. En ese momento El Seis y Sheko bajaron de ma camioneta, Sheko traía un rifle y le apuntó al carro; Efrén y yo también bajamos, el mal nacido no tardó mucho en hacerlo.

-Vaya -aplaudió-. Como has crecido hermanito -Sheko apretó la mandíbula-, lástima que seas un traidor -río-. Tardaron mucho en darse cuenta que estaba acá -me vio-. Por cierto, que linda familia tienes, a excepción del mocoso de Benjamín, es idéntico a ti y no lo soporto -quise abalanzarme sobre él para romperle la cara, pero Efrén me detuvo y él río.

-Tenemos un plan, no te dejes llevar por lo que dice.

-¿Qué se siente ser reemplazado por la persona que odias? Porque Valentina ya ni siquiera piensa en ti, ahora me ama a mí y las niñas ya hasta me llaman papá. Tengo grandes planes para que esta familia sea perfecta, luego de que te mate a ti, haré que Valentina se deshaga del mocoso insoportable.

-Mejor dinos tú, ¿qué se siente ser el culpable de la muerte de tu propio padre, maldito hijo de puta? -Sheko le dio el rifle al Seis, se acercó a Octavio y le dio el primer golpe-. Lo que le hiciste a mi papá lo pagarás muy caro -le dio otro golpe he hizo que la cabeza del maldito girará.

-Que buen golpe -sonrió con un poco de sangre saliendo por la comisura izquierda de su boca-. ¿Te cuento un secreto? No me arrepiento de lo que hice, él se merecía eso y más -un golpe directo a la nariz de parte de Sheko, hizo que cayera al piso.

-Te vas a morir -Sheko siguió golpeándolo en el piso, hasta que se escuchó un disparo y se fue hacia atrás-. Me dieron -dijo poniendo su mano derecha sobre su pecho, al lado izquierdo. Efrén lo haló y lo metió al carro.

Vi al tipo que le disparó, así que empuñé mi pistola y le disparé justo en el cuello, una camioneta empujó la de El Seis, que estaba disparando a unos tipos que se estaban acercando y logró pasar. De ésta bajaron dos hombres que empezaron a dispararnos y nosotros nos cubrimos con mi carro.

-¿Pensaron que iba a estar solo? -preguntó el maldito antes de subir a la camioneta blanca-. Que gran error, todo este tiempo los he esperado y ahora se van a morir, lástima que me tenga que ir -lo subieron a la camioneta y se fue, pero unos siete tipos se quedaron disparándonos.

Mientras Efrén y yo le disparabamos a los que estaban en frente que eran más, El Seis le disparaba a los de atrás que sólo eran tres. Cambié el cartucho pues ya me había quedado sin balas, cuando ta iba a seguir disparando, sentí un dolor en mi espalda.

-Efrén, creo que me dieron -dije muy adolorido-. Me dieron en la espalda -me giró y reviso mi espalda.

-Mierda, tenemos que irnos ya, pero si nos vamos nos van a seguir -sacó el radio.

-Efrén, me duele mucho -también empezaba a sentir que me faltaba el aire.

•Quince, necesitamos refuerzos, Sheko y Rafael están heridos, debo llevarlos al hospital.

•Ya estamos cerca.

-Tranquilo cabrón -Efrén siguió disparando y yo empezaba a sentir que mis ojos pesaban, pero no quise cerrarlos.

Escuché un chillido de llantas y luego más disparos. El aire cada vez se hacía menos en mis pulmones, pues respirar me estaba costando mucho.

-Vámonos -vi como El Pollo junto con alguien más, me levantó del piso.

-¡Ah! -grité por el dolor que sentí cuando me subieron a una camioneta.

-Tranquilo, ya nos vamos -sin poder evitarlo cerré los ojos y me quedé dormido... o muerto.

***

Efrén

Llegamos al hospital, entre El Quince y yo bajamos a Rafael de la camioneta y lo llevamos a dentro, detrás de nosotros venían El Seis y El Pollo con Sheko. Cuando entramos un grupo de enfermeras y doctores nos atendieron, los recostaron en unas camillas, nos preguntaron que había pasado y cuando les dijimos que les habían disparado se los llevaron.

-El Cinco viene para acá -dijo El Seis con en radio en la mano-, trae sangre para ambos y un equipo para montar un anillo de seguridad -asentí.

-¿Qué pasó con el hermano de Sheko? -preguntó El Pollo.

-Una vez más huyó.

-Pero no muy lejos -vimos al Quince-. Volvió al departamento de la señora y llegó con el cuento de que el señor lo había golpeado y amenazado para que se alejara de ella.

-Que hijo de puta -sentía una tremendas ganas de ir y matarlo yo mismo.

-¿Le digo al Tres que lo mate? -negué.

-Rafael, no quiere que Valentina o los niños vean eso, así que no. Sólo dile que lo mantenga vigilado y que no lo deje solo ni con Valentina, ni con los niños. Que tampoco diga nada.

-Está bien -lo llamó y le dijo todo lo que le dije. El doctor que se había llevado a Rafael se acercó a nosotros.

-¿Pasó algo malo?

-No, pero sí tengo malas noticias. La bala que tiene su amigo en la espalda está muy cerca de la columna y para retirarla de ahí, y no cause más daño, necesitamos realizar una cirugía.

-Está bien, hagalo.

-Como se lo dije, está muy cerca de la columna y hay riesgo de que no vuelva a caminar -pase una mano por mi cara-. Aunque eso no lo sabremos hasta que despierte.

-¿Sino lo opera pueda morir?

-Así es. La bala podría dañarle algún órgano.

-Entonces operelo -asintió y se fue-. Va a estar bien -asentí-. Él es fuerte y sé que luchará por sus hijos, por recuperar a su familia.

-El patrón es fuerte, una bala más que le haya dado no lo va a matar -dijo El Seis.

-¿Por qué no nos dicen nada de Sheko? -vi al Pollo-. ¿El que no nos vengan a dar información es bueno o malo?

-Pídamosle a Dios que sea bueno, no quiero más malas noticias.

Las horas pasaban y no nos daban información de ninguno de los dos, ya eran las doce de la mañana y aún no sabíamos si estaban vivos o no. Me tomé el quinto vaso de café y lo tiré en el basurero, ninguno de los cuatro hemos parado de dar vueltas por toda la sala de espera, el nervio y la preocupación se sienten en el aire.

-Ahí viene el doctor -cuando escuché eso me giré.

-¿Cómo está Sergio, doctor? -pregunté.

-Bien, ya está fuera de peligro y dentro de poco será trasladado a una habitación -todos respiramos un poco más aliviados al escuchar eso.

-Gracias por darnos buenas noticias -estreche su mano.

-De nada -sonrió-. Me retiró, voy a revisar su traslado a la habitación y les avisare cuando despierte -se fue.

-Al menos ya sabemos que Sheko está bien, sólo falta saber como va la cirugía de Rafael, espero que bien.

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