-Todos siempre dicen que yo traicione a mi papá, pero no conocen la verdad. A mí me secuestraron del cártel contrario, cosa de la que nadie nunca se dio cuenta, me torturaron y dieron que iban a matarme sino les decía en dónde estaba mi papá. Él ese día tenía una reunión con unos socios, era una reunión en la que estaban con sus familias, mi papá llevó a su esposa, a su hijo Sergio y a Rafael, a mí no. Entonces en un arranque de ira, les dije dónde estaba, no para que lo mataran a él, sino a Rafael por ocupar el lugar que me correspondía.
»Pero desgraciadamente las cosas no salieron como yo quería, pues mataron a mi papá y a su esposa, pero no a Rafael, él se enfrentó a los tipos, mató a varios y logró salvar a Sergio. Al morir mi papá, Rafael se quedó a cargo del negocio, pues así lo quería mi papá.
-¿Cómo supieron que fuiste tú sino siquiera supieron del secuestro?
-Les enviaron una nota dónde decía que gracias a mí habían logrado matar a mi papá, entonces Rafael intentó matarme y no me quedó de otra que huir. Pero en fin, gracias a eso conocí a la mujer que se convirtió en mi esposa y a la madre de mi hijo.
-¿Osea que en eso no me mentiste?
-Valentina, es cierto que te mentí acerca de quién era, pero no sería capaz de mentir en algo tan serio. Yo amaba a mi esposa y a mi hijo, por eso unas personas con las que hice negocios que salieron mal los mataron. Cuando eso pasó en lugar de quedarme llorando en un rincón de mi casa, el odio que sentía hacia un persona apareció nuevamente.
-¿Por qué si Rafael no tuvo nada que ver?
-Los sicarios trabajaban para él. Por esa razón empecé a investigar acerca de que había sido de su vida en los últimos cinco años y me encontré con su Zulema, ella estuvo dispuesta a ayudarme, ella me dio toda la información acerca de ustedes. Sabía que Rafael te había engañado una vez y que si lo volvía a hacer lo dejarías, entonces cuando supe que estaría en esa reunión, le pedí el favor a esas dos mujeres, bueno les pagué. Yo tomé las fotos y luego te las hice llegar. Sabía que si lo dejabas se iba a debilitar, desgraciadamente nunca baja la guardia.
No sabía que decir, me sentía furiosa, tenía ganas de levantarme de mi lugar y golpearlo, pero lo único que hice fue llorar de impotencia. Creo que Rafael, los niños y yo, no teníamos culpa de lo que le pasó.
-Cuando te vi en la fotos que dio Zulema, me gustaste mucho, entonces cuando a que gimnasio ibas, empecé a ir también, todo eso fue planeado, enamorarme de ti no.
Escucharlo que me cuente todo esto y darme cuenta que yo caí como una estúpida, es lo que más me duele, porque debí haber confiado en mi esposo.
-Valentina, no me arrepiento de eso, porque te amo y porque ahora vamos a tener un hijo.
-¡Eres el puto colmo! -me puse pie-. Arruinaste la maravillosa vida que tenía al lado de mi esposo y mis hijos.
-Valentina.
-¡No! Y desde ya te digo que entre nosotros no va a volver a haber absolutamente nada.
-Amor, por favor, yo quiero estar a tu lado, quiero cuidar de ti y de nuestro bebé. Por favor -como estaba dándole la espalda me abrazó-. Te pido perdón por el daño que te cause, pero estoy siendo sincero contigo, no me arrepiento, yo te amo.
-Yo sí me arrepiento, de haberme enamorado de ti, lo único bueno de esta farsa, es mi hijo -quité sus brazos de mi al rededor-. Aún falta algo que no me has explicado el por qué lo hiciste.
-¿Qué?
-El disparo que me dieron. ¿Acaso querías matarme?
-Por supuesto que no, eso fue un accidente, mi plan era matar a Rafael, el imbécil que disparó falló -lo vi incrédula.
-Rafael no merecía nada de esto, él sólo es una maravillosa persona que hace bien su trabajo y que me amaba -las lágrimas cada vez aumentaban más.
-Yo te amo.
-¡No me importa! -grité con rabia. Sentí un dolor en el vientre, que hizo que me doblará.
-¿Qué tienes, amor? -trató de tocarme, pero no lo dejé.
-¡No me vuelvas a tocar! -otra punzada-. ¡Ay! Me duele mucho.
-Valentina, déjame llevarte al hospital, no quiero que perdamos a nuestro bebé, por favor.-Yo tampoco quiero perderlo, llevame -me cargó-. No quiero que le pase nada.
-Te prometo que todo va a estar bien -lo vi y él tenía los ojos llenos de lágrimas-. No voy a perder otro hijo.
***
Cuando llegamos al hospital me atendieron de emergencia y después de hacerme unos exámenes y un ultrasonido vaginal, la doctora dijo que mi bebé estaba bien, pero que a partir de ahora debía mantenerme en reposo, pues cualquier cosa puede provocar que lo pierda. Octavio no se separó de mí ni un instante y no dejó de sollozar hasta que la doctora nos confirmó que todo estaba bien.
-Vale, creo que necesitarás una niñera, ya oíste a la doctora, debes tener reposo y estar cuidando a los niños tú sola, no te dejará tenerlo -en eso tiene razón-. Es eso o que te vengas a vivir conmigo, yo no tengo un mansión, pero a puesto a que mi casa te gustaría.
-Prefiero a la niñera -asintió.
-Pero piensa en que pasaría si volvieras a tener algo como lo de hoy, ¿quién te va a cuidar a ti? -en eso también tiene razón. En caso de emergencia no tengo quien me ayude.
-Si me voy a vivir contigo, voy a poner mis reglas.
-Con tal de que estés conmigo y yo pueda cuidarte, haré lo que quieras.
-Bien. Pero desde ya te digo que no lo haré en este mismo instante, necesito tiempo porque sería otro cambio muy rápido que puede afectar a mis hijos.
-No importa, siempre y cuando tengas a la niñera y te cuides, así me das tiempo de arreglar todo, la habitación de los niños, la tuya -asentí.
-Bien. Por ahora quiero descansar mientras me dan el alta.
-Está bien amor, duerme -me dio un beso en la frente.
***
Llegamos a mi casa a las ocho de la mañana, los niños aún no habían vuelto, Octavio me llevó a mi habitación, me ayudó a bañarme, porque aún me siento un poquito mal, y luego me dejó en mi cama y dijo que me prepararía el desayuno. Mientras él hacía eso, yo abrí el cajón de mi mesa de noche y saqué una foto de Rafael y mía en nuestra luna de miel.
A pesar de que en algún momento dije que lo odiaba, lo extraño mucho, él para mí era el hombre perfecto: atento, romántico, detallista, protector, un padre estupendo. Él es lo que soñaba de adolescente y más, pero por no ternele confianza lo perdí, tuve tantas oportunidades para recuperarlo, pero por pensar que Octavio era el hombre indicado para hacerme olvidarlo, lo perdí para siempre. Bien dice el dicho, por perseguir piedras, perdí el oro.
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Dispuesto a Todo
AcciónUn enemigo del pasado ha regresado dispuesto a acabar con Rafael, cuyo objetivo principal es: separar a Rafael y a Valentina. Para Rafael, la familia es primero y perderla será suficiente para destruirlo. ¿Qué tanto estará dispuesto a hacer Rafael...