25- Esperanza y enfermedad.

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-¡Auch! -gritó Tavo cuando sin querer Benjamín le partió la mano-. Es a la pelota no a mí -empezó a sacudir su mano.

-Shiento nito -Benja hizo un puchero.

-Bien, pero sólo si me das un abrazo -Benja se lanzó a sus brazos.

-¿Mañana vas a llevar a los niños a la casa de Valentina? -vi a Tavo.

-No -negó-. Hoy Diego vendrá por mí para ir a dar una vuelta por ahí, porque mañana no tengo clases.

-¿Con permiso de quién? -levantó una ceja.

-¿Mío? Sí. Mío. ¿Por qué?

-Pues vete y no vuelvas cabrón -tomé a mis hijas y las llevé a sus mecedoras para dormirlas.

-Cuando me extrañes no me llames, te voy a bloquear y voy a dejar de seguirte en instagram, pá' -le saqué el dedo medio.

-Que te jodan.

***

Valentina

Hoy que Rafael vino por los niños lo note muy distante, eso me dejó bastante sacada de honda, pero lo que empeoró la situación fue cuando lo escuché hablar con Lorenzo y le dijo que ya se le había pasado. Estoy segura que se refería a lo nuestro y la verdad me dolió, aunque sé que yo tengo la culpa por todo lo que le he dicho y también estoy consciente que eso no debería importarme pues no voy a volver con él, pero me duele porque aún lo amo.

-Valentina -vi a Mario-. ¿Estás bien?

-Sí, sólo me quedé pensando en los niños, ahora me van a hacer micha falta.

-¿Y eso por qué?

-Porque su papá se los llevó y los traerá hasta mañana -asintió.

Mario después de salir del gimnasio me invitó a cenar y como no tenía nada que hacer acepté, aparte me cae muy bien, es guapo, soltero y no voy a negar que me atrae, pero la razón principal por la que acepté, es porque debo dejar de pensar en Rafael. Si a él ya se le pasó, a mí también se me va a pasar y si para eso necesito a Mario, pues que así sea.

-El lado bueno es que a pesar de que su relación se llevan bien, ¿no? -suspire.

-Más o menos -hice una mueca-. ¿Qué tal si cambiamos de tema?

-Me parece bien -se quedó pensativo-. Antes me gustaría hacerte una pregunta.

-¿Cuál?

-¿Piensas volver con tu esposo? -me quedé helada sin saber que responder. Desde el segundo día que nos conocimos he notado que le gusto-. Desde hace días he tenido esa duda.

-No, no vamos a volver -negué.

-Que bueno -lo vi y fruncí el ceño-. No es porque piense que está bien que tu relación haya terminado, sino por qué -bajó la mirada un momento y luego me vio-, me gustas mucho, Valentina. Desde el primer momento en que chocaste conmigo, cuando te vi en el piso lo primero que pensé es que eras un ángel que había caído del cielo -reí.

-No seas mentiroso.

-Es en serio -por sobre la mesa extendió su mano hasta tomar la mía-. Valentina, me encantaría que saliéramos, que conociéramos mejor y que pase lo que tenga que pasar -se encogió de hombros-. ¿Qué piensas? Por favor dime algo, me pone nervioso tu silencio.

-A mí también me gustaría que saliéramos -sonrió ampliamente-. Eres un gran hombre Mario y me encantaría conocerte más.

-¿Eso significa qué hay esperanzas de qué pase algo más?

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