32- Mi novio.

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Estaba sentado en el sofá de la sala jugando con mis hijos, mientras Valentina está en la cocina, aún sigue molesta por lo que le dije así que no me ha hablado y la verdad no importa, ya no quiero seguir con este juego, me encanta estar con ella, pero no así. Cada vez que pienso que ese imbécil la besa, la toca o le hace el amor, me encabrono y mucho. No quiero que mi mujer esté con alguien más, pero si no quiere volver conmigo me voy a alejar y a continuar con mi vida o al menos intentar hacerlo.

-Papi -vi a Benjamín.

-¿Qué pasa? -acaricié su carita.

-Ame pollo -tomé el pollo que estaba a mi lado y se lo di.

-Vengan acá mis niñas -las niñas estaban recostadas a mi lado, las senté en mis piernas y llené de besos a ambas-. Son tan hermosas, bebés -Valery sonrió-. Que bella sonrisa tiene mi niña preciosa.

-Papi, ¿mi toneo? -hice una mueca al escuchar esa pregunta, cuando Benja era tan sólo un bebé, le regalé un conejo, un día me lo dio y no recuerdo dónde lo guarde, sé que no lo perdí, pero no se dónde está-. Tiedo mi toneo. Estlano mi toneo.

-Lo sé mi amor y te lo voy a traer, sólo dame tiempo.

-No tiedo tiempo, tiedo mi toneo -se cruzó de brazos.

-¿Quieres qué te compre un conejo nuevo? -negó-. Uno muy grande.

-No tiedo un toneo ande, tiedo mi toneo peteno-durante meses se le había olvidado y tenía que recordarlo ahora.

-Tu conejo pequeño está de paseo.

-¿Ton mamá? -suspire.

-Sí, con mamá -dije en susurro.

A pesar que estaba acostumbrado a pasar más tiempo conmigo que con ella, he notado que a veces le hace falta. Hay noches en las que no puedo dormir pensando que le diré cuando crezca y me pregunte por su verdadera madre, sé que ya ama a su mami Valentina, pero en algún momento me preguntará por su mamá.

-Ya es tarde, necesito cambiar a las niñas, darles de comer y dormirlas -dijo Valentina parada frente a mí.

-Está bien -le di a las niñas-. Yo voy a hacer lo mismo con Benjamín -asintió y se fue al cuarto-. ¿Quieres cenar? -me vio.

-Shi, tiedo eche e totoate.

-Vamos a la cocina -lo cargué.

-Pollo tiede lleta -me puso la cabezota del pollo en la cara-. Beto, pollo -le di un beso-. Beto a Benamín.

-A Benjamín le voy a dar muchos besos -empecé a llenarlo de besos.

-Papi, ya no tiedo betos -lo senté en la isla y fui a buscar todas las cosas para preparar su biberón-. Papi, ¿ío Ego?

-Por ahí anda ese pendejo, ¿quieres hablar con él?

-Shi, popavo, papi -saqué mi celular, le marqué a mi hermano, lo puse en altavoz y seguí con el biberón.

-¿Qué pasó reputo? ¿Qué verga quieres, no te bastó con dejarme encerrado? -por cuestiones de seguridad ni él ni Tavo, pueden salir de la casa.

-No seas vulgar, Benjamín te está escuchando.

-Ío Ego.

-A la próxima avisa -reí-. Hola Ben 10.

-Ío Ego, estlano.

-A todo el mundo andas extrañando, hijo.

-No seas envidioso, él me ama y yo también lo extraño mucho, ven a visitarnos, junto con tus bebés.

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