Epílogo

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Valentina

-Ya llevan mucho tiempo en la tina, ¿quieren convertirse en peces? -le pregunté a mis tres hijos que estaban jugando en la tina, pues aquí no hay piscina y como los tres estaban hiperactivos, decide meterlos en pañal de tela al agua y ahí se calmaron.

-Benamín, Nemo -mi hijo levantó los brazos.

-Ya tienen que salir no quiero que se enfermen.

-¡No! -gritó Valery, hace un día que empezó a decir esa palabra y ahora es lo único que dice, a excepción de cuando quiere comer.

-Usted no grite, pequeña loca -pique su pancita y río. Mi celular empezó a sonar, así que lo tomé, era Susan-. Hola, Susan.

-Hola, Vale. ¿Tienes algo que hacer hoy?

-Lo mismo de siempre, cuidar a los niños, ¿por qué?

-Porque tendremos una reunión aquí en casa de Rafael y queríamos saber si puedes venir a las dos.

-Está bien, ahí estaré. ¿Han sabido algo de Rafael?

-No, aún no, dice Javier que quizás llame hoy.

-Eso espero porque ya hoy se cumplen dos días desde que se fue. Bien, te dejo, voy a sacar a mis pecesitos de la tina y llego en un rato.

-Aquí nos vemos, entonces -colgué y dejé el celular en una repisa.

-¿Quieren ir a la casa de papá? -los tres me vieron.

-Apa.

-Entonces salgamos de acá -envolví a las niñas en su toalla-. Ya vuelvo por ti, amor -Benja asintió. Llevé a las niñas al cuarto, las sequé, les puse pañales limpios y las metí en su corral-. Ya vámonos, bebé -saqué a Benja-. ¿Quieres un pañal o un bóxer, bebé? -le mostré un pequeño bóxer y un pañal.

-Eto, mami -señaló el pañal de tela. Tomé los seguritos azules y me acerqué a la cama.

-Vamos a ponerle el pañal a bebé -lo doble y se lo puse-. Listo bebé -lo cargué y le di un beso-. Vamos a comer -lo puse en el piso. Saqué a las niñas del corral y Benjamín iba caminando a mi lado, llegamos a la cocina, senté a las niñas en sus sillas y luego a Benja.

-Mami, Dinotaudio -dijo cuando puse unos Nuggets en forma de dinosaurio frente a él, no soy de darle muchas de estas cosas, pero a él le gustan los dinosaurios.

-Los dinosaurios también comían verduras y tú te vas a comer las zanahorias y brócoli.

-Ito, mami -tomó un trozo de brócoli y lo metió en su boca.

-Ese es mi niño -tomé el razón en el que tenía el puré de papa de las niñas-. Ahora van a comer mis niñas -empecé a darle de comer ambas.

***

-Pi. Pi. Pi -hizo Benja mientras paseaba con sus hermanas en el carro que le dieron Alejandra y Sheko para su cumpleaños. Diego y Tavo los estaban cuidando-. Mami, mida -reí.

-Sí, mi amor.

-Se ven hermosos, ya quiero que nazca el mío -Susan acarició mi vientre-, pero falta bastante.

-Yo quiero disfrutar... de mi embarazo -dije despacio y ambas, Alejandra y Susan, me vieron.

-¿Estás embarazada? -asentí a la pregunta de Alejandra-. ¿Es de mi hermano? A puesto a que cuando Rafael lo sepa se va a emocionar mucho -bajé la mirada.

-No, no es de Rafael, es de Octavio -la sonrisa se borró de la cara de Alejandra.

-Felicidades de todas formas, espero que ese estúpido por lo menos sepa ser un bien padre.

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