Extra: Un Vega Ferrara.

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Rafael

-Valentina -mi esposa estaba pegada a su celular-. Valentina -me vio-. ¿Podemos hablar?

-Claro -dejó su celular a un lado-. ¿Qué pasa, mi amor? ¿Por qué estás tan serio?

-He estado pensando algo, con respecto a Gustavo.

-¿Qué?

-Amor, tú siempre lo has querido como un hijo -asintió-, y para serte sincero, se ha ganado todo mi cariño y aprecio.

-Me encanta escuchar que digas eso, Gustavito es un niño súper lindo.

-Niño, niño, no está, tiene dieciséis, pero, me gustaría que lo adoptaramos -abrió la boca firmando una enorme O.

-¿En serio?

-Sí, amor, quiero que Gustavo sea un Vega más, quiero que sea muestro hijo.

-Por mí eso está perfecto, pero quiero aclararte que también llevaría mi apellido, Ferrara -levantó una ceja.

-Tú también eres una Vega, así que no discutas conmigo -me dio un beso-. Cuando vuelva del viaje le vamos a decir y estoy seguro que le va a encantar la idea.

-Gustavo va a ser nuestro primer hijo, porque aún no te decides para cuando tendremos a nuestros bebés -se subió sobre mí-. Deberíamos hacerlos pronto ¿no crees?

-Sí, pronto -quiero tener más hijos, pero también pienso en lo difícil que sería cuidar de Benjamín y de otro bebé-, pero ahora quiero dormir.

-Sé que estás cansado, así que duerme -me besó-. Te amo.

-Yo te amo más -se giró y la abracé-. Eres mi vida -sonrió.

***

Vi a Benjamín y sonrió, pero yo no lo hice, porque tengo que cambiarle el pañal sucio, pues su madre no está en casa. Tomé muchas toallas húmeda y abrí el pañal, odio hacer esto, pero creo que no eres padre hasta que cambias un pañal. Luego de limpiar sus nalguitas, le puse talco y un pañal limpio.

-Ya estás limpio, cochinito -lo cargué y le di un beso en su pancita desnuda, pues sólo estaba en pañal-. ¿Vamos a jugar?

-Papi -lo llevé a la sala y me senté con el en el sofá.

-Conejo, bebé -le di su conejo blanco-. El conejito le da un beso a bebé -acerqué el conejo a su cara y río-. Otro besito a bebé -volví a hacer lo mismo y volvió a reír.

-Ejo, papi -le di el conejo y lo abrazó-. Eche -lo llevé a la cocina y ahí preparé su biberón, cuando terminé volvimos a la sala y se lo di.

Benjamín es el amor de mi vida, amo a este niño y me duele tenerlo a escondidas, Valentina no sabe nada de él, porque soy un cobarde que tiene miedo de decirle la verdad, de que ella se enoje y me dejé. Valentina es el amor de mi vida, yo no quiero perderla, mi familia es lo más importante para mí, ellos lo son todo.

Luego de tomarse su biberón se durmió y como yo también, porque estaba cansado, estos últimos días he estado trabajando mucho más de lo normal, tenemos varios negocios y debemos cumplir con varias entregas, por eso no he podido dormir bien, sin contar que siempre debo buscar tiempo para venir a ver a mi hijo. Si no vengo se pone muy triste y yo lo que menos quiero es que él esté triste.

***

Sentí que alguien me estaba tocando y abrí los ojos, era Benjamín, escuché una leve risa y volví a ver a mi lado, era Zulema. Abracé a mi hijo y le di un beso.

-Hola, bebé -le di un beso en la frente.

-Papi, amo -tomó mi cara con ambas manos y me dio un beso en la nariz.

-Yo te amo mucho más, mi niño precioso.

-¿Te vas a quedar a dormir aquí? -vi a Zulema.

-Por supuesto que no -vi la hora en mi reloj-. Mierda, ya me tengo que ir -eran las cinco y quede con Valentina en que le ayudaría con algunas cosas y la cena.

-Papi, no -Benja me abrazó-. Papi, amo.

-Yo también te amo mucho, mi amor, pero debo irme -besé su mejilla-. Mañana voy a venir y te traeré un cuento nuevo, ¿sí?

-Shi -lo abracé fuerte.

-Te amo bebé, duérmete temprano para que mañana juguemos -asintió.

-Amo, papi -me dio un beso y se lo di a Zulema.

-Hazme el favor de no dejarlo con alguien más por irte de antro -le dije serio y molesto.

-Sólo fue una vez, ya superalo -rodó los ojos-. En lugar de estar aquí molestando, vete con tu esposa, al fin que a ti es lo único que te importa, porque es más que claro que tu hijo no lo hace -apreté la mandíbula.

-Tú en lugar de hablar estupideces, deberías enfocarte en ser una buena madre, porque no lo eres.

-Claro que lo soy -sonreí.

-El día que menos lo esperes me llevaré a Benjamín y no dejaré que lo vuelvas a ver, al cabo que ni falta le harías -iba a hablar, pero no quería seguir escuchándola-. Nos vemos mañana, mi amor -le di un beso en la frente a mi hijo-. Te amo.

-Amo, papi -con una sonrisa en la cara, salí de la casa. Me subí al carro y conduje a mi casa.

Cuando llegué Valentina estaba en la cocina, hoy vuelve Tavo, que se fue de vacaciones el fin de semana con Lorenzo, Susan y Sheko; este último desde que se dio cuenta que Alejandra se comprometió con el inútil que tiene por novio, anda que no lo calienta ni el sol. Hace una semana Alejandra nos contó y Sheko no disimula sus celos, al parecer él si la quiere, pero ella ya tomó una decisión.

-¿Por qué te tardaste tanto, Rafael? -Valentina salió de la cocina con un enorme cuchillo en la mano.

-Amor, no es necesario usar la violencia -levanté ambas manos.

-Estoy preparando la cena, tarado -sonreí y me acerqué a ella.

-Te extrañe, hermosa -empecé a besarla.

-No importa cuantos besos me des, debes ayudarme con la cena -susurró en mi oído.

-Es lo menos romántico que me has dicho -lanzó una carcajada.

-Ya vámonos a la cocina, ya no tardan en llegar y tú que no te mueves -rodeé los ojos y la seguí a la bendita cocina.


***


Cuando todos terminamos de cenar, me puse de pie y pedí que guardaran silencio porque tenía algo importante que decirle a Gustavo, Valentina se paró a mi lado con una enorme sonrisa en su cara.

-Gustavo, sabes que nosotros te queremos mucho, como a un hijo -empecé. Mientras hablaba él asentía con una leve sonrisa-, porque eres un gran muchacho, que se ha robado nuestro corazón -un patético Aww, se escuchó de parte de Sheko, Lorenzo, Susan y Efrén, los únicos con nosotros-, por esa razón, Valentina y yo queremos que seas nuestro hijo legalmente -Tavo frunció el ceño.

-Queremos adoptarte, mi niño -Valentina lo vio con una enorme sonrisa.

-¿Que dices, quieres se un Vega Ferrara? -empezó a parpadear varias veces seguidas, signo de que quería llorar.

-Yo... -tomó aire-. Yo lo quiero mucho, a todos, son la familia con la que siempre soñé, de verdad se los digo -se limpió una lágrima-. Siempre pensé como habría sido todo si yo hubiera podido elegir quienes iban a ser mis padres y ahora tengo la oportunidad de hacerlo, y por supuesto que quiero ser su hijo. Ustedes son los padres que he querido siempre.

Él estaba llorando, Valentina, Susan y Lorenzo, también y no iba a ser la excepción. Vale y yo nos acercamos a abrazarlo, los dos también le dijimos lo mucho que lo queríamos y lo importante que es para nosotros, ninguno de los tres podía parar de llorar, pero era un llanto se felicidad, uno de esos llantos que terminan en sonrisas y cosas buenas.

-En cuanto tengamos todos los documentos serás un Vega más -dije mientras me limpiaba las lágrimas.

-También un Ferrara -se quejó Valentina y ambos reímos-. Te amamos mi niño.

-Y yo a ustedes y estoy muy feliz de ser un Vega Ferrara.

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