22- Mis hijos.

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Rafael

Hace unos días Alejandra, me contó que Valentina, tenía planeado ir al gimnasio por las mañanas y que si yo podía cuidar a los niños mientras ella iba, pero desgraciadamente no he podido hacerlo. Ese día que Alejandra me lo dijo ya tenía planeado ir los Mochis, que desde hace tiempo tenía que ir y simplemente no había podido y no podía seguir posponiendo más ese viaje. Desde entonces he estado aquí revisando la producción.

-Con esto será suficiente para cumplir con lo que vamos a enviar Europa, ¿verdad? -le pregunté a Toño, encargado del laboratorio.

-Así es y también ya casi tenemos listo el otro pedido -sonreí.

-¿Ya están empacando?

-Gran parte ya está lista, sólo de subirla a los camiones -tomé una bolsa y la puse sobre la pesa.

-¿Está bien ahí? -asentí.

-Entre más se pueda meter en las bolsas, mejor, siempre y cuando no haya peligro de que las encuentren -seguí caminando y salí del laboratorio-. Creo que sólo es eso lo que teníamos que ver, ¿no?

-Sí. Sólo eso.

-Entonces yo me regreso a Culiacán, cualquier cosa que necesites me llamas.

-Por supuesto, señor -nos dimos la mano y subí a la camioneta-. Vamos a la pista -le dije al Seis. Saqué el celular de mi bolsillo y marqué el número de Sheko-. Aquí en los Mochis, todo está listo.

-Mañana en la noche salen los camiones y en unos días esa mercancía va a estar siendo distribuida por Europa.

-¿Los pilotos ya están listos?

-Sí, todo está listo.

-¿Tú dónde estás?

-En Tijuana, con Lorenzo, Alejandra y Susan, pero tranquilo que yo voy a estar pendiente de todo.

-Está bien, cualquier cosa que pase me avisas y cuida mucho a mi hermana. Adiós.

-Siempre la cuido. Nos vemos en una días.

Colgué y guardé el celular en mi bolsillo.

***

Cuando llegamos a Culiacán, recibí una llamada de Valentina, cosa que me dejó sorprendido.

-Bueno.

-Papi -sonreí al escuchar a mi hijo.

-Hola bebé, hermoso, ¿cómo estás mi niño?

-Ben.

-¿Y tus hermanitas?

-Ben. Ati tan tonmio, uando papi -poco a poco ha ido aceptando a las niñas.

-Que bueno que mis bebés están jugando.

-Shi papi.

-Mañana, voy a mandar a Tavo para que los traiga a la casa porque los extraño mucho.

-Papi estlano.

-Tavo va a llegar temprano por ustedes, así que guarda todo en tu mochila, para que vengas a jugar aquí, ¿sí?

-Shi papi, euches -escuché que Valentina le susurró algo, pero no pude entender-. Papi, ayos.

-Adiós bebé, hasta mañana -colgaron.

Ya llevo una semana sin poder ver a mis hijos y los extraño mucho. Lo único que he podido hacer es hablar con Benjamín, por teléfono, pero de las niñas no sé nada, sólo lo que me dice Benja, que no es mucho pues está pequeño.

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