Dispuesto a Todo

45- Uno a uno caerán.

Cuando Rafael me dijo que habían matado a Lorenzo no me la podía creer, estúpidamente quise pensar que era una broma, pero al ver lo destrozado que estaba Rafael, entendí que era verdad y empecé a llorar. Me duele mucho saber que no volveré a ver a Lorenzo, a quién considero ha sido uno de los mejores amigos que he tenido, el me entregó en mi boda, durante el embarazo el me cuidaba, cuando tuve los dolores de parto él estuvo conmigo ayudándome mientras Rafael llegaba al hospital, es el padrino de mis hijas.

—Lorenzo era un gran hombre —dije con un nudo en la garganta. Rafael que estaba sentado en el piso se puso de pie.

—Por eso mismo voy a acabar con los que le hicieron esto —en su mirada se puede notar el odio que está sintiendo y da miedo.

Rafael es bastante tranquilo, pero cuando llega a sentir odio, es demasiado peligroso, ni él mismo puede controlar lo que hace cuando está así.

—Rafael —una idea pasó por mi mente y realmente me aterró—, ¿esto significa que ya no estamos seguros? —negó.

—Van a tener gente cuidándolos día y noche, nadie va a entrar ni a salir de este departamento sin antes yo saberlo. ¿Entendido?

—Está bien, Mario se fue a un viaje de negocios, así que por una semana los niños y yo los íbamos a quedar solos.

—¿Ya vive aquí? —negué.

—Sólo estaba aquí para cuidarme y ayudarme con los niños —asintió.

—No le digas nada, absolutamente nadie que no pertenezca a la familia puede saber lo que pasó.

—No tenía intenciones de contarle.

—Bien. Yo ya me voy, tengo que ir a reunirme con Efrén y Sheko, voy a dejar gente aquí, así que no te...

—Yo quiero ir contigo, tendí que estar con Susan, ella debes destrozada, si yo estoy mal, no quiero ni siquiera cómo está ella.

—Tú te vas a quedar aquí con los niños y eso es todo.

—Rafael, piensa en que necesitas gente para buscar a los culpables, así que será mejor que por ahora te lleves a todos los hombres que puedas.

—A parte de mi gente tengo a la gente de Efrén, Sheko y Lorenzo.

—Estaremos más seguros contigo —bufó. Más que nada quiero estar con Susan y por lo memos quiero despedirme de Enzo.

—Está bien, alista todo.

***

Cuando llegamos a la casa todo era llanto, Alejandra estaba abrazada de Javier, quién tenía los ojos llenos de lágrimas, pero no lloraba, Susan estaba inconsolable, pero aún así Diego y Tavo estaban con ella, aunque ellos también estaban llorando. Efrén no estaba no estaba llorando, pero tenía una expresión de seriedad que pocas veces se la he visto.

—Tenemos que hablar —dijo Efrén y Sheko se separó de Alejandra.

—Ya vuelvo, ¿sí? —Ale asintió—. Diego quédate con Ale.

—Claro —Diego se sentó al lado de su hermana y la abrazó.

—Siéntate ahí —Rafael señaló el sofá. Como yo aún tengo vendado mi hombro no puedo moverlo mucho, entonces él traía a las niñas y yo a Benja. Me senté y me dio a las niñas—. Por favor, quédate tranquila, no quiero que los niños se pongan mal.

—De todas formas están dormidos —en el camino los tres se durmieron.

—Aún así —asentí—. Yo ya vuelvo —entró al despacho en dónde también lo habían Efrén y Sheko.