Día 29

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Como de costumbre, llegué al colegio con mis cosas dejándolas en el casillero, caminé hasta los vestidores de chicas para cambiarme ya que teníamos clase de ed física y el profesor odiaba que no fuéramos puntuales.

Me sentía con ganas de empezar un nuevo día porque ayer gracias al cielo no había tenido ningún problema y había dejado todo claro. Ya no quería que me molestaran, lo único que quería era paz y tranquilidad.

- Hasta que al fin te encuentro...- dice Nash llegando a mi lado- anoche no sabía como comunicarme contigo, te trate de marcar pero al parecer no entraba la llamada.

- Lo apagué ¿por qué?

- Hayes y Connor comenzaron a pelear y ya sabes...- dice y mira mi grupo- Oh, también te toca ed física, hoy practicaré para entrar al equipo de Basketball espero que me den la oportunidad de entrar.

- ¿Se golpearon?- pregunté.

- Como te decía...- mira mi grupo- tienes que rezar para que me quede.

- Si, si...- dije apartandolo un poco de mi vista- ¿Dónde está Hayes?

- Dijo que llegaría tarde y si no, obvio va a faltar- dice sonriendo.

- ¿Tiene algún golpe?

- Uno que otro...- dice pensando- en el ojo creo, oh y también tiene la parte derecha del labio hinchada.

- ¿Tus padres no lo llevaron al hospital?

- ¿En serio crees que ellos harían eso?- dice riendo- mi mamá lo vio y le preguntó si alguna chica había hecho eso, como si fuera una broma y mi padre sólo le pregunto si había ganado la pelea.

- Que mal- dije mirando mi grupo- ¿puedes llamarlo y preguntarle si vendrá?

- ¿Para qué?

- Vamos Nash, te lo estoy pidiendo como un favor.

- Por qué no faltas a clases y vas a verlo.

- Mmm no...- respondí dudosa.

- Él lo haría por ti.

- Yo no haría tal estupidez.

- No traje mi celular- dice suspirando- así que elige faltar a clases o perder tu orgullo y llamarlo.

- Que buen amigo- dije rodando los ojos.

- Sólo te estoy ayudando a elegir- dice riendo.

- ¿Como estaré segura de que realmente él va estar en casa?

- Sólo ve...- sonríe.

- No puedo...

[🚀]

Cincuenta minutos después estaba en la puerta de la casa de Hayes dándome el valor suficiente como para tocar el timbre o tocar la puerta.

Me había escapado gracias a Nash que no dejaba de insistir en que me escapará y viniera a su casa.

Mis dedos estaban a un milímetro de tocar el timbre cuando la puerta se abrió y la cara de Hayes se asomó. Una sonrisa enmarcaba su rostro un poco hinchado por la pelea.

- Hey- dice.

- Otra vez...- dije cruzandome de brazos.

- Siento que no te he visto desde hace años...- dice sonriendo.

- ¿Cuáles tu afán por pelear con otros chicos?

- ¿Quieres pasar? Estoy sólo.

- ¿Me puedes regalar un vaso con agua? Me vine caminando del colegio.

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora