Día 59

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MARATÓN 1/3

Me acomodo la mochila en el hombro y respiro profundamente mientras me bajo del coche de Katty.

Bienvenida a la tortura.

Katty se pone a mi lado y caminamos a la entrada de la escuela, donde hay personas que me miran sin parar. ¿Tan en serio se toman las cosas? Siento la mirada de todos, en especial la de las chicas, y no me transmite nada bueno.

- Quiero cambiarme de escuela- le murmuro.

- Malditas zorras sin vida social- me dice de la misma manera- ¿No pueden mirar a otro lado?- les grita.

Me cubro la boca para evitar que miren mi sonrisa y ahogo una carcajada. Las chicas pierden el interés en mi, lo cual me hace sentir un poco mejor.

- Gracias.

Katty chasquea la lengua y me guiña un ojo. Ella insiste en acompañarme a mi casillero, por si algunas chicas locas quisieran atacarme.

Nos detenemos en seco al notar que mi casillero está lleno de fotos del partido y algunas que otras notas pegadas. Me acerco y lo primero que noto es una foto en la que Hayes me está besando y otra en la que aparecemos sentados; ésta es de la noche de la fiesta. Katty y yo nos quedamos perplejas.

- Te dije que eso sería noticia.

Despego todo y lo meto a mi mochila, no me tomo siquiera la molestia de leer los recados. Al abrir la puerta, miles de papeles caen al piso. Katty chasquea la lengua mientras hace soniditos con la boca en plan "Esto no está nada bien"

- Yo sabía que era una mala idea ir al partido.

- Querida Stassie- escucho a Hayes al lado mío imitando una voz chillona-, si no te alejas de Hayes, tendré que alejarte yo. O mira aquí hay otra nota... No, mejor no la leo.

La hace bolita y la avienta al bote de basura.

Katty gurada silencio y se aleja como cualquier persona lo haría al ver a su amiga hablando con el chico que le gusta.

- ¿Esas notas que son?- pregunta cuando me ayuda a recogerlas.

- Las encontré cuando llegué, supongo que amenazas...

"Perra, no sabes en el problema que te has metido, simplemente aléjate de él si no quieres tener un ojo morado y unos cuantos problemas". No sé por qué presiento que la nota es de la loca de Barbara; quizá porque ella me había dicho perra y me había dejado en claro que me alejara de Hayes. Meto todas las notas que puedo en mi mochila; Hayes me ayuda con otras tantas. Me extiende una mano para ayudarme a parar.

- Ninguna chica ardida se va a meter contigo mientras esté yo- me asegura y aprieta una de mis mejillas.

No evito sonreír y me siento segura por un instante.

- Te propongo algo- me dice con una dulce sonrisa que enamora- no hay que entrar a la escuela; vamos a algún lugar, el que sea.

Lo miro pensativa y con una sonrisa de lado.

Me extiende su mano y pregunta:

-¿Me haría el honor de escaparse conmigo?

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora