Día 80 (pt 4)

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H A Y E S P O V

Camino de un lado a otro, la presión en mi pecho sigue ahí y se me hace difícil poder respirar con tranquilidad.

Mamá ya sabe de la apuesta y ahora tengo casi cien porciento de probabilidades de perder. ¿Por qué? fácil: mamá podría contarle a Stassie y terminar esta trágica apuesta, esta trágica historia.

Cierro con fuerza la mano para que la hoja con las reglas se arrugue aún más si es posible. Exhalo para que toda la presión salga de mi cuerpo, pero no funciona. Me detengo para mirar la ventana, la abro para salir al balcón y sentarme en la silla que tengo ahí. Me cruzo de brazos mientras miro los árboles que se encuentran a unos metros de distancia... suspiro una vez más mientras oculto mi cabeza en mis manos. Escucho pasos, creo que es Nash.

- Hayes.

Giro el cuello y lo veo recargado en el umbral de la puerta de cristal- ¿puedes hablar con Stassie?

Su pregunta hace que el nerviosismo interior crezca.

- ¿Para qué?

- Según mamá, ya no la veré más por algo de sus estudios, y estaba pensando en por lo menos estar hoy con ella.

Mamá ya se asignó la tarea de terminar rápidamente con el asunto. No iré a las vacaciones y antes de que ellos regresen la apuesta estará cumplida.

Observó que Nash realmente quiere estar con ella. y creo que él no tiene la culpa de nada de lo que está pasando.

-¿Quieres que se quede a dormir hoy?- pregunto con una ceja levantada, a veces la actitud de mi hermano me confunde.

-¿La puedes llamar o no?- pregunta ligeramente impaciente.

- Está bien, grumpy- pongo los ojos en blanco para después sacar mi celular del pantalón,

S T A S S I E P O V

Contemplo una vez más el vestido azul, cierro la puerta del clóset. Me aviento boca arriba hacía la cama e intento pensar en otra cosa que no sea la mala noticia de que el quedante de mamá y sus hijos se quedaran a dormir otra vez en la casa. Al parecer, creo que esto ya es cosa seria. Tocan la puerta tres veces para después abrirla.

- Stass ¿podrías bajar un momento al comedor?- escucho la voz de mamá- Por favor.

Tiene un tono de voz nervioso, por lo que no dudo ni un segundo en obedecerla. Me levanto de la cama y me acerco a ella, ahí están Nathan, Brooke y Steve. Creo que esto si será o algo malo o serio.

- Bueno...- comienza a hablar mamá- ya que están todos aquí, queremos decirles algo- inmediatamente los ojos de Steve se iluminan- Oficialmente somos una pareja.

Las palabras hacen eco por toda la habitación. ¿Acaso escuché bien? ¿Apenas son oficialmente una pareja si hace cuatro días antes nos lo había presentado? Hay una ligera molestia creciendo en mi. Muy en el fondo espero que esto sea una broma, sé que no lo es, pero para ser honesta la idea no me agrada en lo más mínimo. O mejor dicho: la idea de tener a Brooke como hermanastra la detesto y me provoca nauseas.

- ¿Es en serio?- habla Nathan.

- Hemos tomado la decisión y esperamos que ustedes puedan ser comprensivos.

- Esperen... ¿me están diciendo que tendré que ser la hermanastra de esta perra?- dice Brooke con su característica voz chillona.

Todos voltean a verla sorprendidos.

- ¡Brooke!- la regaña el señor colgate- Cuida tu vocabulario.

- Esa es la maldita verdad, ¿Cómo pretendes que acepte esto?- se pone de pie- ¿Cómo pretendes que lidie con esta tipa y peor aún siendo su hermanastra?

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora