Día 55

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- Esto es tan extraño- le digo.

- ¿Por qué?- responde Hayes confundido.

Sonrío y le doy un leve golpe en el hombro.

- Meses antes podría haberte golpeado- río.

- No me recuerdes algo que ya sé- se une a mi risa- Y... ¿Qué quieres que hagamos?- me pregunta, lo que provoca que lo mire de mala manera.

- No lo sé, tu me invitaste- río.

Murmura un "cierto" y se para rápidamente de la cama, me extiende la mano y me levanta de un jalón.

Bajando las escaleras toma mi mano y me lleva hasta su jardín. De repente, siento los brazos de Hayes sobre mis piernas y de un momento a otro estoy sobre su hombro suplicando que me baje.

HAYES POV

Escucho la risa de Stassie y sus gritos suplicando que la baje. La sostengo bien y camino en el jardín de mi casa.

Me doy cuenta que nunca he tonteado con una chica, sino que voy al grano, hago que tengamos relaciones sexuales y al final todo es como si nada hubiera pasado. Sin embargo, Stassie es diferente a todas las chicas con las que me he acostado.

La bajo, pero antes de eso saco su celular de la bolsa del pantalón. La miro burlonamente y ella sospecha que le quité algo; comienza a tocarse las bolsas del pantalón con desesperación.

- ¿Buscabas esto?- le pregunto mientras sostengo su celular frente a mi cara. Me mira sorprendida en intenta recuperarlo. Lo alzo lo más alto que mi brazo permite y, aunque brinca lo más que puede, no lo alcanza.

- Devuelveme mi celular, pedazo de idiota.

- Si lo quieres, tendrás que alcanzarme.

Me echo a correr y es lógico que Stassie jamás me alcanzará. Me detengo muy lejos de ella y observo lo lento que corre.

- ¡Corres más lento que mi abuela!- le grito.

- ¡HAYES!

Desde la cocina (me encuentro a dos metros) mi madre me prohíbe hacer comentarios como esos. Stassie se acerca, pero vuelvo a correr, esta vez más lejos de la cocina para que mi mamá no me regañe.

Miro hacía atrás y Stassie corre (mejor dicho: trota) hacia mi. Sin querer me tropiezo con mi propio pie y caigo de frente, mi celular sale lanzado y no lo puedo alcanzar tan fácilmente. Intento pararme pero, justo cuando estoy por lograrlo, siento el cuerpo de Stassie sobre mi espalda mientras su mano tapa mis ojos para tomar el celular.

- Eres muy cómodo Hayes.

- Stassie- aunque ella no me ve, sonrío maliciosamente- Eres peso muerto para mi, verás que puedo levantarme aunque estés en mi espalda.

Por más que se recarga en mi, no puede impedir que me levante porque me sacudo y logro quitarmela de encima. Rápidamente consigo recostarla y ahora soy yo quien está sentado en su espalda; obviamente, sin dejar caer todo mi peso.

- Eres muy cómoda Stassie.

Después de un tiempo, Stassie se deshace de mi, me quedo acostado en el pasto y ella se sienta al lado mío.

- Mañana tienen partido ¿cierto?- asiento y una sonrisa se asoma de sus labios- Y les patearán el trasero ¿cierto?

No contesto de inmediato porque me quedo sorprendido de lo que veo: el poco aire que sopla hace que su cabello dance; el sol la hace resplandecer como si tuviera una corona de luz. Me quedo sorprendido y los latidos de mi corazón se aceleran.

- Quizás lo hagan- desvío mi mirada de ella- o tal vez nosotros se los patearemos a ellos... Por cierto, ¿quién te aviso del partido?

- Fred- me dice con un tono de obviedad.

Me siento en el pasto y comienzo a jugar con el.

- Tengo hambre- le digo.

Ya puedo mirarla sin que el pulso del corazón se acelere y quiera salirse de mi pecho.

- Creo que yo también tengo hambre- me toca levemente el brazo y me sonríe. Me pongo de pie y la ayudo a levantarse, nos sacudimos el pasto y la tierra del pantalón y me pongo frente a ella pero de espaldas.

- Te llevaré de caballito- le propongo.

Casi puedo sentir cómo su mirada me atraviesa. Dice no con la cabeza.

- Vamos, sube, no pasará nada.

Se acerca y coloca sus manos en mis hombros; da un salto, agarro sus piernas por debajo de las rodillas y me abraza el cuello, comienzo a caminar.

- ¿Qué pasa si me caigo?

- Pues tu amortiguas mi caída- me dice entre risas.

Ella no para de reír ni de decirme que me fije por dónde camino y que no me vaya a tropezar con mis propios pies.

Stassie no pesa nada, podría correr con ella y no sería problema, pero siendo sinceros, me da flojera.

- ¿No te has cansado?- pregunta.

Niego con la cabeza.

Cuando estoy a punto de cruzar la puerta, como por arte de magia, mamá entra en la cocina y se detiene cuando nos ve; me regala una mirada enternecida.

- ¡Hayes!- chilla.

Stassie me aprieta sutilmente el cuello mientras me mira con cara de: ¿Qué se hace en estos casos?

- Nunca te había visto haciendo eso con ninguna chica- le sonríe a Stassie, me muero por dentro porque se que es verdad- No se muevan, voy por o cámara.

- Madres...- murmuro.

- ¿Tengo que ponerme nerviosa por esto?- me pregunta.

- Nah, sólo tomará la foto y se la enseñará a toda la familia.

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora