Día 74

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H A Y E S P O V

Al abrir los ojos, me desconcierta donde estoy. Mi cuarto no es tan pequeño ni las paredes son de color crema, ni mucho menos tengo una pared llena de fotos y cuadros raros. Pienso que es un sueño, pero la realidad es otra.

¿Grier, qué demonios has hecho?

Intento moverme, pero un brazo en mi cintura y un cuerpo frente a mí lo impiden. Casi se me sale el corazón al ver a Stassie acurrucada en mi pecho. Tengo un brazo debajo de su cabeza y otro en su cintura, nuestros pies entrelazados y estamos totalmente juntos. La miro: los ojos cerrados, la boca cerrada y el cabello despeinado. Recuerdo la noche anterior y otra vez algo se retuerce en mi estómago; me siento extraño. Sonrío al recordar que, por falta de espacio en su tonta cama individual, o me caía yo o se caía ella.

Cierro los ojos para seguir durmiendo, pero Stassie se retuerce y después se queda totalmente quieta, como si estuviera igual de desconcertada que yo.

- ¿Estás despierta?- susurro con la voz ronca.

- Sí- responde un poco más bajo de lo común-, pero aún tengo sueño.

La abrazo más por alguna razón que desconozco, pero como si tuviera la necesidad de tenerla muy cerca. Se me sale un bostezo de la boca y digo como si lo hubiera pensado en voz alta:

- Aunque no lo creas, dormí bien.

- Yo igual.

- ¿Qué hora es?- le pregunto.

Ella se gira para ver la hora en su celular, que está en la mesita de noche. Se sienta un poco alarmada y se pone la mano en la frente.

Admito que se ve linda.

- Demonios, demonios, demonios- dice desesperada- Ya es medio día, mi mamá ya debe de estar en la casa, me va a matar... ¿Alguna vez has escapado por la ventana?

- Por desgracia, sí.

Y era cierto: por desgracia sabía y podía hacerlo, ya que a veces en la escena de acción, los padres de alguna de las chicas llegaban y yo tenía que cambiarme rápido y salir literalmente volando. Típico de película de adolescente, pero por desgracia una realidad que sufrí.

Nos levantamos y la escapatoria comienza. Recojo mi celular junto con mi reloj y me dirijo a la ventana.

- Ten cuidado- me dice al tiempo que saco mis piernas por la ventana.

Me siento en el marco de la ventana; Stassie se ve preocupada. Le pongo una mano en el brazo y la acercó a mí para darle un beso.

- No soy tan idiota como parezco.

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora