Día 74 (parte 1)

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H A Y E S   P O V

Cuando llego a casa, aún tengo esa sensación en mi estómago de que algo anda bien y me siento feliz, pero preocupado al mismo tiempo.

¿Qué rayos me pasa? No puedo quitarme la sonrisa estúpida; tengo ganas de volver a ver a Stassie, abrazarla fuerte y hablar de cualquier tema. En las escaleras me topo a mi mamá. Me mira con el ceño fruncido y los ojos un poco entrecerrados.

- Hayes, cariño, dime que no ingeriste alguna clase de droga para traer esa sonrisa y esa mirada perdida.

Borro la sonrisa y mi mirada se centra exactamente en ella.

- Mamá, no me drogué ni nada de eso- le aclaro.

- Entonces, ¿se puede saber la razón por la que estás así?- se cruza de brazos y espera una respuesta.

- Bueno...- respiró profundo-, te cuento luego. Voy a hacer cosas a mi recámara.

Con la mirada me pide una respuesta.

- Luego te cuento, mamá.

En mi recámara, voy directo a la cama y me aviento boca arriba. Suelto todo el aire para relajarme. Mis piernas quedan en el aire. Sin pensarlo, pongo una mano debajo de mi cabeza y otra en mi estómago. Es el momento en el que me pongo a pensar en las cosas que pasan.

Frustrado coloco mis manos en la cara para pensar claramente, porque es obvio que estoy sintiendo algo más por ella; si no, ¿Por qué tengo la necesidad de tenerla a mi lado y besarla hasta vernos obligados a volver a respirar? Tengo muchas ganas de volver a dormir con ella y sentirla entre mis brazos, con su rostro relajado, sus ojos cerrados y su respiración tranquila y lenta. Me siento más confundido que antes.

Saco mi celular y le marco a Stassie.

- ¿Hola?- pregunta.

- Hola, soy Hayes- saludo.

- Ah, hola. ¿Se puedo saber la razón de tu llamada?

- Sólo quería saber si ibas a ir a la fiesta de hoy en la noche.

- Katty me dijo que la fiesta se cambió para mañana.

- ¿Pero vas a ir?- pregunto.

- Tengo que pedirle permiso a mi mamá.

- ¿Y si vas conmigo crees que te den permiso?- pregunto, esperanzado.

- No lo creo... quizá- contesta algo dudosa.

- Bueno, mañana paso por ti a las nueve de la noche.

- ¡Qué! No,no,no, Hayes- habla de prisa- Mejor te veo allá o yo qué sé, pero no vengas.

- ¿Por qué?

- Que vengas a mi casa implica que conozcas a mi mamá.

- Pero ya la conozco- me recuerdo.

- Pero conocerla como si fueras la persona con la que salgo oficialmente.

- Eso me cae como balde de agua fría porque yo ni siquiera he pensado en si salimos oficialmente.

- Bueno, correré el riesgo.

- ¿En serio?- pregunta sorprendida.

- Lo haré con tal de que te dejen salir conmigo.

- No te aseguro al cien por ciento que me den permiso, pero haré el intento.

- Nos vemos en la fiesta, Jones.

- Supongo- dice antes de colgar.

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora