Cap 74

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—¿Acaso se puede hacer eso?

Asentí mientras chupaba la cuchara con helado. Estaba tan concentrada en el sabor que a penas le respondía a Hana.

»¿Dices que pude haber hecho eso desde antes y eso pudo o puede ayudarme en la universidad?—volvió a preguntar y yo volví asentir

—Delicioso—murmuré para mi misma

— Oye. Te estoy hablando. —me dijo Hana

—Y yo te estoy escuchando—rodé los ojos con obviedad mientras volvía a mi helado

Hana no dijo nada, pero después de un minuto tomó mi helado y lo lanzó al otro lado de la cafetería haciendo que casi le caiga a un chico quien chilló al ver lo cerca que había caído.

—¡Para la próxima fíjate, Hana!—le gritó el chico

—¡Tú no eres mi padre, Javier!—le devolvió el grito mi amiga haciéndome doler los timpanos

—Mi helado—empecé a balbucear como niña—Hana...

—Qué.

Hice un puchero de bebé y me apoyé en su hombro.

—Mi helado— repetí sollozando y Hana no tuvo más remedio que disculparse

—Estás actuando extraño estos días.

—Claro que no. Estoy muy bien—le afirme.

Hana asintió como para dejar la conversación ahí. Empezó a hablar de otra cosa que no entendí. Sólo quería comer.

Una imagen de una hamburguesa vino a mi mente. Sentía que iba a babear. Me levanté de allí dejando a Hana para ir a comprarme uno.

—¡Oye! ¡____! ¿A dónde vas?

Le alzé una mano para que esperara. Ella apoyo su cabeza en su mano al verme hacer fila para comprar. Cuando mi turno llegó también le pedí que agregará una galleta.

—Y...nada...¿Qué es eso? ¿Acaso es...?—me brillaron los ojos

—Pastel de chocolate, señorita—me dijo amablemente

—Deme uno—añadí. Ella puso todo en una bandeja y luego me lo dió.

Le pagué y luego de agradecerle regresé con Hana que me vio con la boca entreabierta.

—¿Acaso quieres explotar? No vas a poder acabar eso.—señaló mi bandeja

—Claro que si. ¿Tiene algo de malo?—la miré extrañada. Hana parpadeó varias veces y bufó al final

—Olvidalo. No tiene caso. Come, que te espero—apoyó su codo en la mesa.

Empecé a comer con todas las ganas del mundo. Como si nunca hubiera comido en mi vida. Hana a veces me robaba trozos de pastel. Y aunque yo le daba manotazos para que se alejara de mi pastel lograba llevarse un poco.

—Oh vaya. ¿Qué es ese apetito, Briggs?—preguntaron detrás mío

Giré mordiendo mi hamburguesa. Thomas y Dylan estaban detrás mirando la comida que tenía. Dylan tenía su sándwich de queso y lo escondió al ver que lo miraba.

—Ah. Ah. Esto es sagrado. Tendrás que pasar sobre mi para quitarmelo—me negó Dylan sentándose con Hana.

Thomas rió y se sentó a mi lado. Besó mi mejilla.

—Veo que tienes hambre.

Rió y asentí.

—¿Cómo es que todo eso entra en esa cosita? ¿Por qué no creces si comes así?—preguntó Dylan señalandome y Hana empezó a reír

You Don't Own Me.(Thomas-brodie Sangster y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora