Mar de recuerdos

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Música sugerida:

https://www.youtube.com/watch?v=R_NOQ9Gh5cc

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Remus Lupin estaba cansado.

La luna llena se acercaba, y dada su condición, su cuerpo presentaba constante estrés y ansiedad. Se sentía cansado pues con su cambio tan cerca, le dificultaba dormir; así que lo que mejor hacia para intentar calmarse, era tocar el piano.

Siempre llevaba un piano encogido en su maleta, a donde sea que fuera.

Era de las pocas que realmente distraía su cabeza y relajaba su espíritu. Su dedos caían sobre las teclas con delicadeza; hipnotizados por las tristes memorias, creaban melodías que contaban melancólicas historias sobre una juventud perdida y añorada alegría.

Con cada nota; su mente parecía recobrar la locura que siempre amenazaba con irse. Aquella habitación tan sola, tan gris; se llenaba de una delicada música para un solo espectador, su propio intérprete.

Gritos.

Remus detuvo su interpretación ante los gritos de alumnos, que parecía venir desde fuera. Se escuchaban lejos, pero él podía escucharlos con claridad. Alerta, se asomó por la ventana de su habitación, muchos chicos al cuidado de Hagrid, al parecer en clase de Cuidado de criaturas mágicas; gritaban de horror al ver como un hipogrifo había lastimado a Draco Malfoy. Había visto claramente como el rubio, se había lanzado a cubrir al chico Longbottom, cuando se había dirigido sin cuidado al enorme animal y este, ofendido, lo iba a atacar.

Hagrid se llevó al rubio, y Dizban Kauffman comenzaba a gritar y a reclamarle a Neville.

       - ¿¡Qué demonios te pasa Neville!?-. le gritaba molesto el austriaco a Longbottom.- ¿¡Si te das cuenta de lo que pudiste haber provocado!?, ¿¡en qué estabas pensando cuando te acercaste al hipogrifo sin precaución alguna!?-. seguía reclamando bastante molesto

       - ¡Diz!-. interrumpió Zabini, colocándose frente a castaño de ojos miel que seguía en el suelo.- No fue su culpa; mejor ve con Draco y asegúrate de que lo atiendan bien.- el ojiverde no dijo nada más y se fue.

Remus alcanzó a ver un deje de tristeza en la mirada de Neville; y mucho dolor cuando este se fue sin mirar atrás y a toda prisa tras el rubio.

Algo dolió en el interior del hombre lobo, una vieja herida que se estaba abriendo de nuevo.

Al siguiente día, se dedicó a indagar todo lo que pudo a cerca del hijo de sus viejos amigos Franck y Alice Longbottom; Neville.

Era por lo que veía un chico reservado, de carácter nervioso, y eso él mismo lo había comprobado en aquella clase con el boggart. La profesora Sprout le había rectificado que en efecto, Neville prácticamente vivía en casa de los Kauffman desde que el heredero de la familia, había hecho migas con el ojimiel en primer año. Lo que más le llamaba la atención de eso, era que conociendo a Augusta, la abuela del hufflepuff, no había reclamado ni dicho nada a su nieto de que no estuviera en la casa Longbottom más que unos cuatro días durante las vacaciones de invierno o verano.

Muchas y muchos alumnos, también le habían dicho; que parecía ser que Neville era en exageración apegado a Dizban. Se les veía siempre juntos, el pelinegro cuidaba exageradamente del castaño, le compraba cosas, lo ayudaba con sus tareas; entre otras muchas cosas. Y era precisamente gracias a este, que había sido tan bien recibido entre los slytherins; tanto que se decía, era el único miembro de una casa externa que le era bienvenido en la sala común de las mazmorras.

En cada comida podía ver claramente como el tejón observaba casi con adoración al heredero de los Kauffman; pero no sol adoración o codependencia, no; había descubierto amor en su mirada, un amor que, temía, no era recíproco; pues para como las cosas se mostraban; Dizban Kauffman estaba atraído a Draco Malfoy, y viceversa.

Un Ángel de Ojos VerdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora