Música recomendada:
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- ¡¿De verdad vas a permitir que Kauffman compita en ese torneo suicida?!- preguntó indignada la profesora Mcgonagall.
- Ya escuchaste a Barty, Minerva-. respondió el anciano director.- ¿Qué puedo hacer to en contra de eso?
- Si se me permite opinar señor.- intervino Severus en la conversación que acontecía en la oficina de Albus.- Apoyo totalmente Minerva en lo dicho, más que nada, porque no dudo que los Kauffman vayan a causar un alboroto con tal de que su heredero no compita; especialmente Annabeth Kauffman-. un horrible escalofrío recorría la nuca del pocionista de solo imaginarse la ira de dicha pelinegra.
- ¡Y haría bien de hacer un escándalo!- exclamó con fuerza la líder de Gryffindor.- Es lo que cualquier madre que ama a su hijo de 14 años haría, Kauffman es muy joven para participar en el torneo.-
- ¿No dices que es un joven muy talentoso Minerva?- cuestionó Alastor ahí presente de manera sarcástica.- No creo que haya demasiado problema con que concurse, además, por más dinero que tenga esa familia no pueden ir en contra del Ministerio.
- Concuerdo contigo Alastor-. respondió Albus.- Además. . . .
- ¿Además?- preguntó Severus inquieto ante la cruel sonrisa que se había formado en el rostro del hombre de largas barbas. Sonrisa que solo él pudo apreciar al estar casi de frente, pero que para los otros dos profesores no había sido visible.
- Doy por terminada esta reunión-. dijo de la nada el director al momento que alguien llamaba a la puerta de la oficina-. Si me disculpan, estaba esperando a alguien, tú quédate Alastor.
Minerva con incredulidad salió furiosa de la oficina siendo seguida por un inquieto Severus, quien no podía más que imaginar miles de escenarios donde el final no era agradable de seguir con aquella locura. Sin embargo sus pensamientos fueron interrumpido al observar al "esperado invitado" del director.
" ¿Qué hace él aquí?"
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La lluvia azotaba con fuerza el castillo.
Para los alumnos y maestros que tenían que dormir en las torres o en el área de las cocinas, la lluvia golpeaba con fuerza las ventanas creando un peculiar sonido. Sonido que a muchos molestaba y que a otros gustaba, mas para los slytherin las lluvias no provocaban más que un mayor oleaje dentro del lago que se veía hermosamente reflejado en los ventanales de su sala común y habitaciones.
Sin embargo, a Diz ese juegos de luces y reflejos de agua en las paredes hacían todo menos tranquilizarlo, especialmente aquella noche donde media escuela parecía haberse puesto en su contra, incluidos algunos alumnos de su propia casa. Y para el pelinegro de ojos verdes no pasó desapercibido que sus amigos estaban demasiado callados y no le habían dirigido la mirada desde que habían sido enviados a su cuarto.
Cuando llegaron a la sala común, para Diz era más que notorio que muchos alumnos mayores susurraban a sus espaldas y era capaz de percibir sobre su persona varios ares de ojos, cosa que solo lo ponía aún más ansioso. Al momento de que él junto con muchos otros alumno subían a la parte de las habitaciones, Diz pudo comprobar hasta qué punto miembros de su propia casa se habían molestado con su participación en el torneo, pues Luke Grant, un slytherin dos años mayor; golpeó al austriaco con su hombro cuando iba cerca de las escaleras.
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Un Ángel de Ojos Verdes
Fantasi¡¡EN REMODELACIÓN!!- Para los lectores habituales, quisiera informarles que he estado remodelando la historia, sigue siendo la misma y prácticamente no ha cambiado en nada. Más que nada ha sido una revisión de errores ortográficos y de escritura, e...