Corazón de Madre

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Música sugerida:

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       - Así que es eso-. Sirius inhaló con fuerza de su cigarrillo y expulsó el humo con los ojos cerrados, intentando controlar el fuego de la ira que estaba comenzando a quemarlo-. La verdad es que me sigo preguntando ¿cómo es que alguien de su calaña no estuvo en Slytherin?.-sin tener que voltear pudo sentir las mil y un cuchillas que los ojos de todos en aquel cuarto le lanzaron por la espalda al mencionar semejante cosa.- Lo siento, supongo que es la costumbre, no es que todos los slytherins sean malos.-

       - Y no todos los gryffindors son buenos y caballerosos.- respondió Severus saliendo al balcón donde estaba Sirius para evitar que el humos del cigarro contaminara el interior de la casa-. Tu por ejemplo, eres muy bueno pero siempre has sido un idiota-. todos los presentes rieron a carcajada limpia.

Después de haber detectado el aroma de Peter en sus sobrinos, Annabeth había ido por Severus vía flu; el pocionista, como buen espía que era, tenía información de casi todos sus alumnos, y eso de casi era poco, ya que había quienes eran irrelevantes en cuanto a sus vidas, pero no era el caso de la familia Weasley.

La familia de pelirrojos no era precisamente una familia de abolengo, ni perteneciente a la clase alta de la sociedad; pero lo que la hacía conocida y digna de años de atención por parte de Severus, es que no solo eran la familia icónica del bando de la luz más reconocida, sino que era la familia más cercana a Dumbledore; y en el fondo, Severus siempre los había mantenido vigilados, escuchando cada cosa que sucedía es su hogar, observando a cada uno de sus hijos que habían tenido la mala suerte de ser sus alumnos.

Hasta ahorita los únicos que lo habían convencido de no ser unos ineptos, ciegos a las palabras de Dumbledore, habían sido William, quien según su información, estaba en Egipto ayudando con barreras mágicas en las pirámides de Giza por el momento; Charlie, quien no era muy afecto a su familia, prefería estar con especies mucho más peligrosas como lo eran los dragones en Rumania.

Fred y George eran también muy diferentes, aquel par eran unos verdaderos prodigios en cuanto a inventiva y creatividad, pero lo bromistas era lo que los perdía; sin embargo, estaba seguro que de darse la situación, ellos no se pondrían del lado de un desquiciado como lo era la vieja cabra, e intentarían hacer entrar en razón a sus padres y hermanos, pero ese aprecio excesivo hacia su familia era un tanto de cuidado.

Pero todos los demás integrantes, bueno de ellos ni que hablar, Percy era solo un chico con el ego crecido que se dejaba llevar ciegamente por lo que el ministerio dictaminaba, y los dos últimos hijos de Molly y Arthur, eran un total desastre. Ronald tenía problemas de control de ira, un claro complejo de inferioridad, y según había podido observar, descargaba sus erráticas emociones abusando de chicos menores justificándose con palabras del viejo ególatra a cerca de bandos de luz y oscuridad, y la hermana era todo lo contrario, pero igual de ruin; ella poseía un complejo de superioridad contrario a su hermano, y envidia compulsiva, además de creída y berrinchuda. Aquel par eran peligrosos.

       - Así que Pettigrew.- continuó Severus sacando ahora él un cigarro de su gabardina.- Decidió que el mejor modo de esconderse, sería bajo el cuidado de una familia de la luz-.

       - Y no cualquier familia.- comentó Lucius llegando con ambos pelinegros.- Sino con la mas allegada a Dumbledore-. el rubio sonrió con amargura.- La verdad es que eso fue bastante inteligente.-

       - O quizá demasiado idiota.- intervino Narcissa llegando al balcón junto a Bertram, Walburga y Annabeth-. Puesto que era demasiado obvio, claro que solo sería obvio para alguien que lo hubiera conocido y tuviera la capacidad de detectar su aroma-.

Un Ángel de Ojos VerdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora