🐝 i think i like her 🐝

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Le di un trago largo a mi vaso de agua.

— De ahí las próximas semanas no fueron tan interesantes, nos desvelamos hablando por teléfono... y bueno, una de esas noches, marcó lo que sería hoy. Cabe aclarar que yo siempre la he visto guapa, desde el primer día en que la conocí.

—  Y dejaste de tener intenciones de tener una amistad, ¿cierto? — me encogí de hombros.

— Siempre dudé en tener una amistad, no por la fama, eso queda totalmente fuera del plano, si no que, me gusta, no estoy tan enamorado ¿sabes?, es más atracción, no estoy totalmente seguro de sentir algo por ella ahora que lo pienso, o no lo sé, te digo que estoy muy confundido.

—  Cuéntame lo que pasó y ya te ayudo a aclararte un poco más.

Miércoles, 3 semanas después de conocerla.

Después de todo, no creí que llegaríamos a este punto en tan poco tiempo. Sé prácticamente todo de ella.

Sus miedos, las cosas que le desagradan, sus inquietudes, sus sueños... y viceversa.

Jamás había hecho algo así con alguien, no en un lapso tan corto, pero ella se ganó mi confianza en un santiamén.

Ahora, estamos en el jardín, ella recostada en la hamaca y yo tirado en el pasto.

— ¿______? — la llamé con cuidado.

Sólo hay una cosa que no sé de ella, del por qué enfermó.

— ¿Qué pasa Aidan? — miré el cielo nublado, deben ser como las 5, con ella el tiempo se me pasa volando.

— ¿Por qué enfermaste? — la ví de reojo, también mira hacia el cielo.

— Por un desorden alimenticio — respondió sin dar ningún detalle.

— Ya me lo habías dicho, digo, ¿cuál y por qué? — noté que se puso tensa, su rostro se quedó neutral.

Pasaron unos segundos y seguía sin hablar.

— Si no quieres contármelo, está bien, no tienes por qué, perdón por incomodarte — negó.

— No pasa nada, es solo que... — volvió a callar. — Nada, olvídalo.

— Dime, prometo no tomarlo personal — soltó una risa nerviosa.

— Está bien, no había pensado en eso, es todo — suspiró.

— Oh.

No dije nada más, regresé mi mirada al cielo gris, y tomé una bocanada de aire.

— Anorexia. — Dijo al cabo de unos minutos.

— ¿Qué? — fue inevitable voltear la a ver.

— Eso fue, anorexia — miró sus manos.

— ¿Por qué? — fruncí el ceño.

— Por que soy idiota — respondió tranquilamente.

— No lo eres — me senté. — ¿Cómo fue que pasó? — cerró los ojos.

— Tenía 13, unas chicas de mi antigua escuela me hacían burla por mi peso, iniciaron cuando tenía 11, pero obviamente no me importaba, era muy chiquita, pero... comenzó a hacerlo, quiero decir, todas eran delgadas, bonitas y yo solo era una bola de grasa amorfa, sin gracia — hizo una pausa, la miré sin decir nada, preocupado.

take a breath || Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora