take a breath || Aidan Gallagher

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Llegué más temprano, mi padre me dejó en la entrada de la escuela.

— Ten buen día hijo, no olvides tu guitarra —  jamás lo haría.

— Gracias papá.

Bajé, justo al momento llegó una camioneta azul brillante, me detuve para esperar que pasara.

Bajó Clifford, pero lucía molesta.

Azotó la puerta trasera del carro y entró a la escuela a paso apresurado, la camioneta avanzó y yo pude entrar detrás de ella.

— ¿Todo bien? — le pregunté cuando se detuvo en seco.

— Eh, sí —  suspiró, tomando aire como si hubiera corrido un maratón.

— ¿Segura?, te ves un poco... molesta —  asintió.

— No es nada, solo tuve una pequeña pelea con mi hermano mayor — ¿hermano?, fruncí el ceño.

— ¿Tienes...? — señaló el reloj de pared.

— Vamos, en el camino te cuento — la seguí.

— Bien.

Apretó su coleta, algo nerviosa.

— No te lo conté ayer por que no sabía si hacerlo, no me da vergüenza mi hermano, lo que pasa es que pasa mucho tiempo fuera de casa y es probable que por lo mismo ni siquiera llegues a verlo —  me miró de reojo. — No es que quiera ocultar cosas así de importantes.

— Ya veo... ¿y por qué pelearon?, claro, si me quieres contar — sonrió de lado.

— Por lo mismo — empezamos a subir las escaleras. — Le dije que no me molesta que casi no esté en casa por su trabajo, lo que me molesta es que me trate como si fuera una nena pequeña, como una ingenua cada vez que regresa — puso los ojos en blanco. — Sé que intenta protegerme muchas veces, pero no es la manera.

Asentí entendiendo un poco.

— Ya, ya. — murmuré. — Entiendo, pero no te enojes tanto, apenas es de mañana y tú ya estás haciendo coraje — me miró.

Me incomodó un poco por la intensidad, después me di cuenta que no me estaba viendo a mí en sí, estaba pensando.

— No te preocupes Aidan, estoy bien — hizo una sonrisita. — ¿Qué tal amaneciste hoy? — la dejé pasar antes de mí al pasillo.

— Pues ya no tarde — bromeé, rió. — ¿Te inscribiste en algún taller? — negó.

— Aún no sé que elegir, ¿estás en uno? — abrí la puerta del aula, pasó primero murmurando un "gracias".

— No, pero igual quiero probar — asintió.

— ¿Sabes qué clase toca? — se sentó, todos estaban hablando, aún no llegaba ningún profesor.