take a breath || Aidan Gallagher

🌙 Goodbye my love 🌙

Amarré mi cabello en una coleta alta, prendí mi teclado tomando aire.

Ya perdí tiempo saliendo, ahora tengo que asegurarme que todo está perfecto.

Me senté en el banco alto, me miré desde el espejo y mis dedos tocaron las teclas con las notas indicadas en mi partitura.

Comencé vocalizando.

— I been watching you, for some time... can't stop staring at those ocean eyes — canté con la imagen de Aidan en mi mente.

Cerré los ojos, sacando todo el dolor en cada palabra.

— Fifteen flares inside those ocean eyes, your ocean eyes — una lágrima salió. — No fair... you really know how to make me cry when you gimme those ocean eyes.

I'm scared, I've never fallen from quite this high, falling into your ocean eyes, those ocean eyes...

Me perdí entre cada verso, con el corazón como proyector mostrando muchos recuerdos estando a su lado.

[— ¿Le concedería el gusto a este humilde chico de bailar con usted, dulce doncella? — pidió con una sonrisa tan bonita que me hizo temblar.

Hice también una reverencia, queriendo llorar de alegría.

— Acepto.]

[— Y lo digo en serio, estoy muy perdido por la niña que se sonroja si la miro por mucho tiempo, la que aprieta su coleta cada que se pone nerviosa y no deja de hablar — confesó mientras sentía mi piel erizarse..]

[— Eres una bebé — susurró entre risas, fruncí el ceño. — Mi amor — mi corazón se llenó de calor, al fin encontré mi lugar... Aidan.]

[— ¡Qué grosera! — lo miré victoriosa, borré la horrible foto.

— Así me quieres — alardeé.

— Más de lo que crees — sonreí por sus palabras, nunca sé qué decir cuando me habla así.]

[— ¿Mío? — susurré con temor.

— Tuyo — sonreímos.

— ¿Lo prometes? — asintió mirándome como si fuera lo más bonito del mundo.

— Lo prometo — lo tomé de la cara para besarlo.]

Paré de tocar, soltando un sollozo.

Por este tipo de momentos me mantengo fiel a la espera de su amor, por que realmente vale la pena soportar todo esto si tengo la oportunidad de volverme a sentir así de viva, enamorada.

— Ibas bien — se quejó una voz.

— Ya sé — dije apenas en un susurro.

— ¿Por qué no sigues?, no demuestres debilidad ahora, si quieres ser cantante déjate de lloriqueos, no podrás ponerte así en conciertos — me regañó.

¿De qué se queja?, ni siquiera me ha puesto atención desde la vez que me emborraché, hace exactamente un mes.

— ¿Por qué no te vas mejor ver los preparativos de tu boda?, es más,  Crystal debe estar esperándote — sentí el veneno en mis palabras, rió burlón.