take a breath || Aidan Gallagher

🐝 What can I say? 🐝

Dedicado a SaraAntonio360 y a Baby-Sink, espero que lo disfruten 🧡
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Solté un sollozo silencioso sorbiendo por la nariz, tallando mis ojos, queriendo parar de llorar.

Decidí usar mi corto receso para encerrarme en mi camerino y pensar.

— ¿Aidan? — escuché la voz de Robert. — ¿Está todo bien ahí adentro? — me limpié las lágrimas rápidamente.

— Eh... sí, sí, no te preocupes — contesté antes de aclarar mi garganta.

— ¿Puedes abrir por favor? — me miré en el espejo.

Me veo terriblemente triste.

— Voy — susurré para ponerme de pie.

Abrí encontrándome con Sheehan sosteniendo dos tazas de café, me sonrió con los labios cerrados extendiendo una.

— Creo que lo necesitas — asentí.

Lo dejé pasar, me senté delante del espejo, Robert se sentó en un pequeño sillón.

Recargué mi cara en mi mano, sintiendo las lágrimas resbalar por mis mejillas.

— Vine por que Justin dijo que escuchó sollozos pero creyó que era buena idea que yo viniera a hablar contigo — explicó dándole un sorbo a su café. — ¿Qué pasa?

Negué.

— Nada, una crisis emocional, es todo — suspiré. — E-es que el estrés y-y yo... n-no sé, solo quise hacer lo correcto y ahora acabo d-de p-perder a alguien, Robert e-en serio soy lo peor — solté un sollozo cubriendo mi boca.

Se levantó de su lugar con una mirada llena de comprensión, me abrazó con cuidado de no incomodar.

— No lo eres, todos cometemos errores — acarició mi hombro. — Hoy por ejemplo me comí el baguette de Tom — bromeó.

Odio sentirme así de triste, como si me hubieran arrancado algo de mi cuerpo.

— Cuéntame qué pasó, te ayudará a desahogarte — me animó a hablar.

— ¿Qué puedo decir? — murmuré mirando a un punto fijo. — Conocí a una chica.

Alzó las cejas.

— Oh ya veo, ¿la que asistió contigo a la premiere, no? — negué.

— No, ella no... su nombre es ______ — miré mis manos, solté un suspiro largo.

— Tus fans no la aprueban — dijo dudoso.

— Sí la aprueban, al menos la mayoría — le dí un trago al café. — El problema fui yo, todo iba muy bien pero tuve que meter la pata y arruinarlo todo, en este momento ella debe pensar que soy un asco — expliqué con amargura.

— Aidan, eres joven — frunció el ceño. — Hayas hecho lo que hayas hecho... no te detengas, no puedes estancarte por un problema — puso su taza en el piso. — Así hayas tenido el peor comportamiento, ojo, no estoy diciendo que debe valerte un pepino todo lo malo que hiciste, me refiero a que mejores, busques la manera de superarte y llegar a ser muchísimo más que eso, tienes tiempo para arreglarlo, si no funcionan las cosas con ella... no es su momento para que estén juntos, la vida sabrá cuando ponértela en frente. — Aconsejó recogiendo la taza.

— E-es que ese es el p-problema — reproché entre sollozos. — ¿De qué sirve ahora q-que lo eché a perder?

Palmeó mi espalda.