Despierta mis labios con esta canción
Cierto fin de semana de enero, Natalia, amiga y compañera laboral de Brenda festejó su cumpleaños. Alonso, el jefe de ambas, ofreció su casa como lugar para realizar el evento. Transcurrían los últimos minutos de la noche de sábado, cuando Brenda descubrió que Javier no respondía sus mensajes, mucho menos atendía las llamadas y como tampoco llegaba a la fiesta, decidió beber de más y pasada la medianoche, María José recibió una llamada desde el teléfono de Brenda.
—Hola Maud Pie— disfrutaba de un momento libre y atendió de inmediato— ¿qué tal la estás pasando?
—Hola María José, soy Natalia.
—¿Y Bren?— expresó preocupada.
—Es por eso que te llamo. ¿Crees que puedas venir por ella?
—¿Está bien?
—Sí, pero está bebiendo demasiado y comienza a hacer cosas innecesarias.
—¿Y Javier?
—Por él está así, me parece que discutieron y ahora no le coge el teléfono.
—¿Ustedes dónde están?
—Seguimos en la casa de mi jefe.
—Mándame la ubicación, por favor. ¿Podrías quedarte con Bren en lo que llego?
—Por supuesto.
María José habló con Damián y pidió permiso para retirarse el resto de la noche. Abordó su auto y arribó hasta la dirección proporcionada.
—¡Y llegó, mi paramédico favorito!— Brenda expresó con júbilo y luego la abrazó con una euforia excesiva.
—Vine para llevarte a casa.
—¿Por qué? La noche apenas inicia.
—Mírate cómo estás.
—Hoy quiero fiesta— aclamó— no entender quién soy.
—Bren, por favor.
—Está bien, pero antes, ¿dime qué día es hoy?
María José revisó su reloj.
—Domingo veinte de enero.
—¡Exacto!— manifestó— un día como hoy, pero hace...— intentó recordar— hace algunos años llegué a esta hermosa ciudad y en tres días es tu cumpleaños, así que tenemos razones de sobra para seguir festejando— la sujetó de la mano y abriéndose paso entre los invitados, la obligó a caminar para llegar al interior del inmueble donde servían las bebidas y pidió dos—toma— le entregó uno de los vasos— celebra conmigo.
María José lo recibió, pero solo para dejarlo otra vez sobre la barra.
—Vámonos— volvió a pedir.
Brenda ignoró la solicitud y bebió de un sorbo el licor que le sirvieron para después continuar con el otro que rechazaron e incluso se atrevió a pedir uno adicional.
—Ven conmigo a bailar— con una mano sujetó su bebida y con la otra tomó a María José para de nueva cuenta obligarla a seguir sus pasos, pero ahora se dirigió a la pista de baile.
—¡Brenda, vámonos!— ahora si expresó con firmeza la orden.
—Está bien— se resignó— y solo porque te ves demasiado con sexy con tu uniforme de paramédico— se terminó la bebida.
María José le ayudó a caminar y en su trayecto hacía la salida, se encontraron con Natalia.
—Toma— le entregó la bolsa de Brenda— su celular ya va dentro.
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Cometas por el cielo [Completa]
RomanceDicen que enamorarse es un acto reflejo, algo que no se puede aprender ni controlar, como el respirar. Yo, no creo que sea así. Yo he tenido que aprender a querer a una mujer porque me enamoré de una. Aprendí a pasear agarrada a su cintura, a desliz...