Tú, el mar y el cielo
—Antes de decir mis votos quisiera expresar un agradecimiento— María José giró el cuerpo sobre su propio eje para quedar frente a sus invitados— Damián— lo buscó con la mirada. Él se encontraba sentado en la tercera fila, a un lado estaba su esposa Sofía y entre sus brazos dormía la pequeña Leire que tenía poco tiempo de haber nacido— gracias por obligarme a trabajar tiempo adicional aquel 15 de Julio— los presentes rieron— es broma, no me obligó, pero si dijo que debía quedarme porque hacía falta personal, solo no mencionaste que esa noche lluviosa— giró de nueva cuenta su cuerpo para mirar a Brenda y tomar su mano— tenía programada una cita con el amor y que debía llegar puntual a ese encuentro— le sonrió— ahora no imagino como sería yo si hubiera esperado un segundo más el amor— se acercó y la besó— perdón, sé que debía esperar la instrucción de ahora puedes besar a la novia, pero la verdad es que moría por besarla— guardaron unos segundos de silencio para mirarse entre si— y de pronto aquí y suenan bien hasta nuestros silencios y de pronto hoy ya nos reímos de aquel primer beso, ¿te acuerdas?— Brenda respondió que si moviendo la cabeza— ese beso no fue perfecto, ese beso fue sublime. Ese primer beso me elevó a lo más alto y yo toqué el cielo por primera vez— besó su mano— fue cuando comprendí que lo nuestro era para siempre.
Todos los invitados aplaudieron y ahora le tocaba a Brenda emitir sus votos nupciales.
—Esta situación es un poco injusta para mí porque todos saben que la poeta de la relación es ella y estoy tan nerviosa que terminaré diciendo cualquier tontería— volvieron a reír— pero intentaré decirle algo lindo a la mujer que pienso amar toda mi vida— tomó aire— aquella noche que te conocí, quería ser todo menos yo. Quería ser la lluvia que empapaba tus ojos negros, quería ser la brisa que acariciaba tu sonrisa, quería ser el viento que soplaba y dejaba tan gracioso tu cabello— sonrieron entre si— quería ser la luz que iluminó tu rostro aquella noche, cuando en secreto escuché tu voz y paraste el tiempo en mi corazón y a partir de hoy, quiero ser un verso dentro de tus pensamientos para que empecemos a vivir las sonrisas que aún nos debe el destino.
María José experimentó un fuerte impulso y la besó por segunda ocasión.
—Perdón otra vez— se disculpó— pero ella es mi debilidad.
—Acerquen las argollas, por favor— pidió el juez.
Los papás de Brenda junto con Paula, caminaron hasta el estrado con los anillos entre sus manos y cada una tomó el que debía sujetar.
—Bren— cogió su mano— hay palabras que ya no volverán a dejarte sola y las tuyas, vivirán por siempre en mí— le colocó el anillo en el dedo anular de su mano izquierda y dejó un beso sobre ella— te amo.
—Cookie, para el próximo discurso empezaré yo, ¿okey? Porque siempre me dejas en desventaja— bromeó— María José, si me miras a los ojos, verás lo más bonito que hay en mí y es porque encontrarás un reflejo de ti y bajo esta luna de abril, prometo amarte, cuidarte y respetarte todos los días de mi vida— Brenda observó al juez— eso en este tipo de ceremonias no se dice, ¿verdad?
El juez movió la cabeza para indicarle negación.
—Una disculpa, pero me hacía mucha ilusión decírselo.
—¿Quieren decirse algo más o darse otro beso antes de quedar legalmente casadas?— el juez les preguntó.
—Tenemos toda una vida para hacerlo— respondió María José— lo que necesito ahora, es que usted continúe con lo que sigue porque quiero que esta hermosa mujer ya sea mi esposa.
—En cumplimiento de lo ordenado y con las facultades que la ley me otorga como juez segundo del registro civil en esta ciudad capital, el día de hoy es un honor declararlas unidas en legitimo matrimonio con todos los derechos y obligaciones que la ley les concede. Que esta unión que hoy han firmado sea para siempre y ahora sí, puedes besar a tu esposa.
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Cometas por el cielo [Completa]
RomanceDicen que enamorarse es un acto reflejo, algo que no se puede aprender ni controlar, como el respirar. Yo, no creo que sea así. Yo he tenido que aprender a querer a una mujer porque me enamoré de una. Aprendí a pasear agarrada a su cintura, a desliz...