54 Historia de amor

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¿Lo ves? Cómo fuiste el amor de mi vida

Para el siguiente fin de semana en casa de María José, su familia se reunió y celebraron un aniversario más del enlace nupcial de sus padres.

—Y ellos son mis hermanos— comenzó con la presentación— el de braquets es José Eduardo y el que no tiene es José Antonio, pero si algún día te confundes de quien es quien, solo diles grillo y ellos entenderán. Ella es Brenda, mi novia.

—Su hermana me ha contado mucho sobre ustedes y anhelaba conocerlos— la chica comentó.

—¿En serio? Porque a nosotros no nos ha contado sobre ti— dijo uno de ellos.

—Porque se han convertido en unas ratas de biblioteca y no me visitan— María José le respondió— hace unas semanas los invité a comer porque quería que la conocieran y se negaron a venir.

—Estábamos ocupados en esa fecha, teníamos infinidad de exámenes y tareas que terminar.

—A eso agrégale que nuestro padre se ha vuelto mega estricto y que vivimos lejos de aquí— argumentó el otro— el tráfico y todas las manifestaciones que hay a diario es imposible andar con libertad.

—Entonces, ¿en qué momento quieren que les cuente sobre ella? Necesitaría un día y diez años para decirles lo maravillosa que es— besó su mejilla.

—Y si ustedes son los grillos, ¿su hermana qué sobrenombre tiene?

—Yoshi.

—¿Yoshi? ¿Por qué?— se interesó.

—Mis hermanos son fanáticos de los videojuegos y se hacen llamar Miranda Bros, uno es Mario, otro Luigi y dicen que yo soy Yoshi, el dinosaurio ¿te acuerdas de ese personaje?

—Si claro, de niña también jugaba y tú, ¿por qué les dices grillo?

—Por el de pinocho. Era la única película que veían de pequeños y como ya lo habrás notado, en esta familia, narizones no somos.

—Me gustan sus sobrenombres.

—Y nosotros, ¿cómo podemos decirle?— le cuestionaron a su hermana.

María José observó a Brenda.

—Yo le digo que es el amor de mi vida, pero ustedes pueden decirle Bren.

—Mucho gusto, Bren— dijeron los dos.

—Por cierto, ¿han visto a mi mamá?— ahora ella les preguntó.

—En la cocina— uno le indicó.

—¿De verdad? Ni este día sale de ahí.

Las chicas caminaron juntas y llegaron hasta donde se encontraba la señora Maite.

—¿Se puede saber qué hace usted aquí, señora Ochoa?— preguntó al entrar.

—Hola hija, buenos días— la abrazó— Brenda, que gusto volver a verte— repitió la acción con la otra chica— gracias por acompañarnos.

—Un placer estar hoy con ustedes.

—¿Qué no se supone que mi papá contrató un servicio de banquete para que prepararan todo?

—Y lo cancelé en cuanto me enteré, solo dejé a los meseros.

—¿Por qué lo hiciste?

—Sabes que cocinar para mi familia es lo que más disfruto y hoy, no será la excepción.

—Pero es tu día. Ahora déjanos a nosotros seguir con todo esto— comenzó a desabotonar la filipina de chef que usaba su mamá— sube a tu habitación y ponte más guapa de lo que ya eres.

Cometas por el cielo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora